Fernando
Pacheco recobra su mejor nivel. El cancerbero ha asumido mayor protagonismo en las últimas jornadas y ha contribuido con decisivas paradas al crecimiento defensivo del equipo. En los seis primeros duelos disputados, el Alavés encajó ocho goles. En los dos últimos, sólo uno.
El arquero vuela de nuevo en Mendizorrotza y, ante el Barcelona, sus intervenciones fueron vitales para retener un punto ganado a base de sacrificio extremo. Para beneficio albiazul, el pacense, otra vez ‘Santo’, vuelve a ser San
Fernando.
En un equipo en el que Pablo
Machín realiza continuas rotaciones, Pacheco es el único que ha disputado todos los minutos, un total de 720, en estas ocho primeras jornadas. En ellas ha recogido el balón del fondo de sus mallas ocho veces, lo que arroja una media de 1,125 tantos por envite.
“Orgulloso”
Con siete paradas, el de Badajoz fue vital para salvar un punto ante la escuadra de Koeman. Hasta 23 remates intentó el Barça en Mendizorrotza, donde se hizo con el total dominio del duelo en el arranque del segundo tiempo y lo convirtió en un monólogo desde que, en el minuto 62, fuera expulsado Jota
Peleteiro por doble amarilla.
[+] Mira aquí la excepcional actuación de Pacheco:
El cuadro culé vio cómo Hernández
Hernández le anuló dos dianas por fuera de juego y, además, cómo Leo
Messi y toda su artillería se topó con Fernando
Pacheco. El meta hizo dos paradas de mucho mérito a remates del astro argentino, frenó el descarado ímpetu de Ansu
Fati y se lució ante dos durísimos remates de Dest y Pjanic. Además, vio también cómo Lejeune, en una falta lanzada por el 10 blaugrana, y Battaglia, ante un testarazo de Piqué, salvaron dos goles bajo los palos cuando él ya estaba batido. Eso se llama trabajo en equipo.
Pacheco, “orgulloso y contento” por su actuación ante el Barcelona
Al término del suplicio en que se convirtió el asedio sin tregua de los de Koeman, Pacheco se sentía muy satisfecho por “un punto que sabe a gloria”, conquistado en un partido “muy trabajado y sufrido”. “El equipo se ha dejado el alma y el empate hace justicia a todo lo que hemos puesto en el campo”, expresó en un sentido elogio al gran esfuerzo colectivo babazorro.
Cuestionado por sus decisivas paradas, se mostró “orgulloso y contento”. “He podido aportar mi granito de arena y hay que destacar el trabajo de todos, que ha sido increíble”, subrayó. Recordó los muchos apuros que pasó su equipo al quedarse con diez en el minuto 62, cuando ya el Barcelona gobernaba con claridad el envite. “Con la expulsión de puso todo muy cuesta arriba, pero el equipo tiró de corazón y garra”, destacó.
El cancerbero, al igual que el resto de compañeros y Pablo
Machín, echa de menos el empuje de las gradas vacías por la pandemia. Hasta el fatídico inicio del confinamiento en marzo, Mendizorrotza era uno de los campos con mejor ambiente de Primera
División. El pasado viernes, en el acto de izada de la gigantesca bandera que hondea en el estadio con el nuevo escudo alavesista, expresó su “confianza” en lograr la permanencia e invitó a toda la parroquia albiazul a “seguir disfrutando del Alavés en Primera”.
Bache superado
Precisamente la maldita pandemia afectó de manera muy importante a su rendimiento en la vuelta a la competición en el tramo final del pasado curso. Un clamoroso error ante el Espanyol, con expulsión incluida al tocar el balón con la mano fuera del área, significó el inicio de la grave crisis de su equipo.
Tras perderse por sanción el siguiente choque ante la Real
Sociedad, Asier
Garitano prefirió dejarle en el banquillo y confiar en Roberto
Jiménez para visitar al Celta. Después fue titular en las derrotas ante Osasuna (0-1) y Atlético
de
Madrid para, debido a una microrrotura muscular en la zona de la pelvis, perderse las cinco últimas jornadas del campeonato.
Ya en este curso, su inicio fue de nuevo titubeante pero, con el paso de las jornadas, ha ido asentándose hasta ser de nuevo San
Fernando frente al Barcelona. Recupera así el Alavés a uno de sus pilares fundamentales en los seis últimos cursos.
Cuenta con uno de los contratos más largos
Con 28 años y ya en plena madurez deportiva, el cancerbero cuenta con contrato hasta junio de 2023. Forma parte del grupo con el vínculo más largo en la plantilla y es una apuesta segura para Sergio
Fernández. Forma junto a Manu y Laguardia el trío de supervivientes en el actual Alavés del equipo que conquistó el ascenso a Primera en la campaña 15-16. En la entidad albiazul ha encontrado el entorno ideal para desarrollar su mejor fútbol. Desde que llegó procedente del Real
Madrid en el verano de 2015 fichado por el anterior director deportivo, Javier
Zubillaga, ha sido titular indiscutible y no de los pesos pesados en el vestuario.
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