Paripé de fútbol en vacío


Se trata de distraer a las masas confinadas con fútbol televisado en campos vacíos. Así lo dice sin remilgos la directora del CSD que ha sentado en su mesa a los presidentes de la RFEF y la LFP para que se den la mano y decidir que se reanude la Liga de cualquier forma. Eso sí, menos mal que “cuando las autoridades sanitarias lo permitan”. En esa película del esperpento que vienen protagonizando dirigentes del deporte fútbol, la trama está en salvar el negocio de los clubes con los ingresos por retransmisión que les son imprescindibles porque se han entregado en cuerpo y alma a la televisión.



Pero cabe preguntarse el valor que dan los que mandan a la gente que acude a cada partido, porque ni cortos ni perezosos olvidan lo fundamental de acompañarlo con unas gradas bien animadas. El condimento principal de los estadios es el ambiente que generan quienes acuden a ellos y no es de recibo asumir la patética imagen de un campo vacío, como la del último partido que se disputó de la Liga entre el Eibar y la Real. Tan es así que por ejemplo, el Real Madrid valora si jugar sus partidos en Valdebebas (no sé si Zubieta está en el plan), más que nada para salvar la papeleta, vamos todo un paripé que lo presentan como una especie de salvación.

Mientras en Holanda, que es un país con menos repercusión de la pandemia no han dudado en suprimir todo el deporte hasta septiembre, aquí desde el primer día de confinamiento manejan un galimatías de fechas intentando meter presión a quienes no tienen otra preocupación que planificar de la mejor forma posible evitar víctimas. La salud de los futbolistas, sus acompañantes y del público en general debe ser la única prioridad, y no el fútbol a cualquier precio…

Inolvidables recuerdos

El final de abril ha sido en algunos años un gran referente en la historia de la Real, que ayer cumplía aniversario del bien recordado ascenso de Puertollano y el fin de semana conmemora también un año más de las grandes gestas que sumaron a su palmarés los títulos de Liga de las temporadas 80/81 y 81/82, las dos rubricadas con apoteosis en los últimos partidos del campeonato, como el de aquella tarde lluviosa de Gijón en el campo de El Molinón con el primer título conquistado con el gol de Zamora a falta de un puñado de segundos para el final de una Liga que otros creyeron haberla ganado pero trajeron a Gipuzkoa.

O la de un año después en Atotxa, también conquistada en la última jornada tras vencer 2-1 al Athletic. La Real quiere ofrecer a sus seguidores aquellas dos finales y prepara sendos programas con invitados y la emisión de los dos partidos que tiene la intención de emitir en las noches de sábado y domingo, a través de su página web y colgará en su canal de YouTube para quienes quieran recordar aquellos momentos que quienes los vivimos nunca podremos olvidar o para aquellos otros realzales que no han podido ver a la Real tocar y celebrar con el frío metal.

Está todo tan en barbecho que andamos a vueltas también con la fecha para la final de Copa y que ya le han colocado unas cuantas fechas futuras. Real y Athletic y la Junta no tienen reparo en esperar a cuando sea con tal de poder jugarla con aficionados y hablan incluso llevarla al próximo año, algo que la UEFA no termina de legalizar.

Cuesta imaginar cómo va a ser nuestro futuro a partir del que dicen será un “progresivo regreso a la normalidad”. También en el fútbol hay mucha incertidumbre, porque hay que volver a entrenar sin saber exactamente cuándo se jugarán partidos y porque nadie sabe cuándo volverán los aficionados a las gradas. Todo está muy en el aire. Cuídense.




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