Patricio Fernández: “Un triunfo del rechazo sería muy complejo para el Gobierno de Boric”

Patricio Fernández: “Un triunfo del rechazo sería muy complejo para el Gobierno de Boric”

El escritor y periodista Patricio Fernández (Santiago, 52 años), fue uno de los 154 convencionales que durante un año redactaron la propuesta constitucional chilena que se plebiscitará este 4 de septiembre. Electo como independiente se unió rápidamente al Colectivo Socialista. Se define como un “moderado por excelencia”. Desde el salón de su casa en Providencia, invadida por centenares de libros, asegura que se sumergió en el proceso por curiosidad, pero que dentro de la Convención imperó más la rabia. Partidario de aprobar el texto y enterrar la Constitución heredada de la dictadura de Pinochet, insiste en que esa rabia no se impuso en las normas y que “los expertos fueron los que estuvieron en las partes más cuestionadas”. Fernández participará este jueves del seminario Hablemos de la Constitución, organizado por el centro de estudios independiente Espacio Público, del que Fernández es director.

Pregunta. La derecha se fraccionó en el plebiscito sobre si redactar o no una nueva Constitución. Ahora es la centro izquierda la fraccionada sobre si aprobar o no la propuesta. ¿A qué lo atribuye?

Respuesta. Un grupo de la centro izquierda se ha desligado, pero todos sus partidos están por el Apruebo. Creo que hay mundos más nostálgicos con el pasado y resentidos con las nuevas generaciones. Hay una parte a la que le ha costado más entregarse al paso siguiente de la evolución política y ver cómo colaborar con ella, en lugar de enfrentarse con esta nueva generación -al igual como esta los enfrentó a ellos-. También porque en este proyecto hay asuntos en disputa, debates posibles. El resultado del plebiscito inicial [80% aprobó cambiar la Constitución] invitaba a soñar con salir de ahí todos bailando y abrazados. Fue un encuentro conflictivo, complejo, ripioso, con independientes, con 40% de sus miembros menores de 40 años, con mitad de mujeres, con pueblos originarios, con inexperiencia política, con causas de combate. Tengo la impresión de que algunos [del centro izquierda] creen que ahora se les quiere. Y que hay como una vuelta a reconocer su experiencia y creo que se saltan un cambio epocal importante.

P. Según las encuestas no están solos. Hay muchos que votaron por cambiar la Constitución y ahora van por el rechazo. ¿Qué quiso encontrar esa gente que no está en el texto?

R. Se encontraron con convencionales que no les gustaron. Con un tono, con una inexperiencia, con una informalidad que para muchos no se condecía con la importancia del momento. No encontraron la solución final en el proceso. Yo creo que en el texto sí se encuentra la solución final. Los grandes pilares, más allá de los detalles que haya que reparar, son: democracia paritaria; tema ecológico; desconcentración del poder; reconocimiento de la diversidad cultural, muy plasmada en el concepto estado plurinacional; y el paso del Estado subsidiario al Estado social de derecho. ¿Significa que está listo? No. El proceso continúa, pero sí establece los grandes ejes de transformación que son ineludibles.

P. ¿Por qué cree que de esos cinco ejes las críticas se han centrado en los temas indígenas?

R. Una razón, que entiendo, tiene que ver con que no están dibujados los bordes de la plurinacionalidad y, por lo tanto, la posibilidad de ver surgir fantasmas son altas. ¿A qué me refiero? Si va a haber pluralismo jurídico, y alguien se imagina que con eso los indígenas van a a tener completamente otro universo de leyes, que si alguno entra en un conflicto con un indígena lo va a juzgar un lonko y va a privilegiar al indígena, etcétera, es entendible que tengan terrores. Pero el pluralismo jurídico está por dibujarse en la discusión parlamentaria. Podría terminar reducido a líos de familia o al robo de huevos.

Detalles en el refrigerador de la casa de Patricio Fernández.sofia yanjari

P. O podría incluir temas penales, administrativos…

R. Pero tenemos un Senado donde la mitad de sus miembros son de derecha y una Cámara de Diputados donde son el 43%, y esa gente la eligen los chilenos. Si alguien cree que los poderes constituidos son nefastos y una banda de criminales que a la mínima posibilidad van a dejar la grande, bueno, sí, que se aterre. Pero le tendría que decir que se aterre por muchas más razones que por la plurinacionalidad. Quiere decir que estamos en manos de Alí Baba y sus ladrones. También es innegable que en Chile nos cuesta reconocer el valor de las diferencias. Además, nos olvidamos en la realidad que estamos, principalmente con el pueblo mapuche. Hemos llegado a unos niveles de violencia y de ruptura muy, muy graves. Todo esto al alero de una Constitución que no reconoce la existencia de los pueblos originarios.

P. La derecha critica que fueron marginados del proceso

R. Es cierto que muy pocas propuestas de la derecha pasaron adelante. No es cierto que no tuvieron participaron en el resultado final, porque muchísimas normas no hubieran pasado sin su aprobación. Dicho eso, creo que uno de los grandes errores de la Convención fue no haber abierto la posibilidad de diálogo con algunos sectores de la derecha que llegaron con buena disposición. Esa cerrazón provenía, en parte, a rencores, historias de postración que responsabilizaban a los que habían estado en el poder. Por otra parte, hubo mundos en el Frente Amplio y en el Colectivo Socialista que tardaron en descubrir su responsabilidad a la hora de liderar un tono y durante mucho rato sucumbieron ante esta fuerza reivindicativa ante la cual no quisieron pararse como contraparte, sino como aliado.

P. ¿Es de los que aprueba a secas o para reformar?

R. De los que aprueba como parte de un proceso que no se tiene que detener y al que le faltan etapas. Lo hecho por la Convención tiene múltiples ámbitos de mejoras. Curiosamente, la mayor cantidad pertenecen a los espacios donde trabajaron más los especialistas: el sistema político, que era como el Club de la Unión, donde estaban los constitucionalistas, los abogados, los políticos. Y el sistema de justicia, que era más o menos parecido. Cuando se piensa que faltaron expertos, los expertos fueron los que estuvieron en las partes más cuestionadas. La Constitución de Pinochet terminó siendo la Constitución de la transición y satisfaciendo a algunos que fueron perseguidos por la dictadura. Si ese ciclo pudo tener esa inmensa evolución, imagínate la que le espera a esta Constitución nacida de un acuerdo democrático en tiempos de cambio.

P. Dentro del Apruebo hay una división entre quienes quieren fijar las reformas antes y los que lo quieren hacer después del plebiscito. ¿Usted cree que puede sumar más adeptos hacerlo antes?

R. Me parece buena idea. Creo que es muy claro que hay una batería de reformas bastante acordadas y además estoy en línea, no solo con distintos grupos de la centro izquierda, sino con el Presidente de la República, que acaba de decir que no solo lo desea, sino que lo insta. Las mayorías para realizar los perfeccionamientos a esta propuesta constitucional están.

P. Dice que hay acuerdo en las reformas, pero falta un mes para el plebiscito y no hay un compromiso escrito y detallado

R. El problema para que esto cuaje es que habrá ciertas diferencias al interior de Apruebo Dignidad [conformado principalmente por el Frente Amplio de Boric y el Partido Comunista]. En el socialismo democrático hay bastante alineamiento. Ahora, con el presidente Boric manifestándose con esa claridad, supongo que activará la búsqueda de alguno de estos puntos y espero que lleguemos a una propuesta para que los votantes sepan que de votar apruebo, ya hay un compromiso fijado con determinadas transformaciones.

Patricio Fernández en su estudio de Santiago de Chile. sofia yanjari

P. ¿Cuánto le afecta el resultado del plebiscito al Gobierno de Boric? ¿Cuánto le perjudica el rechazo y cuánto le beneficia el apruebo?

R. Para el Gobierno de Boric es muy complicado un triunfo del Rechazo. Primero, porque el mandatario es uno de los creadores fundamentales de este proceso. Es posible que sin Boric, el acuerdo por la paz y la nueva Constitución no hubiese fluido. Segundo, porque el Gobierno se ha comprometido, existe un nuevo ciclo político, la llegada de una nueva generación, es todo muy parte de una misma historia. Son muy difíciles de disociar. Creo que Boric dio una luz cuando propuso que si ganaba el rechazo había que retomar el proceso, porque en el fondo lo que dijo fue: más allá del resultado, el buen final de este proceso es mi responsabilidad también. En ese sentido, si tiene la habilidad de llevarlo adelante, el triunfo del Rechazo no tendría porqué ser la derrota del proceso, pero sería duro.

P. El proceso constituyente comenzó a raíz de una fractura social plasmada en el estallido. ¿Cómo ve hoy esa fractura?

R. Mejor que el 4 de julio de 2021. Si de algo nos dimos cuenta en el estallido y la Convención es que aquí hay heridas, rencores, que son muy grandes. Algunos vienen de la dictadura, otros de experiencias sociales, de discriminación cultural. Muchos hablaban a nombre de sus padres, primeras generaciones universitarias que todavía tienen la historia de postraciones de sus familias, muchas mujeres con historias de desprecio. ¿Por qué creo que estamos mejor? Porque se expresaron. ¿Dulcemente, como un coro? No. Se expresaron con rabia, dolor, resentimiento. Pero al cabo de esto, esas voces forman parte de esta nueva etapa. No es verdad que el país está más polarizado que antes. Es cierto que las voces están gritonas, pero el apruebo crece en su propuesta con reformas y el rechazo explica y explica que no quiere continuar con la Constitución de Pinochet. El asunto que parece en juego es a cuál de las ofertas le crees más.

P. ¿Es un plebiscito a la credibilidad de la derecha versus la de la izquierda?

R. Creo que en buena medida se ha convertido en eso. A quién le crees.

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