Pau Gasol recuerda a Kobe: “Todavía no me lo quiero creer”

Pau Gasol ha vivido un año de fuertes contrastes. En 2020 perdió a un “hermano mayor” en Kobe Bryant, un dolor difícil describir todavía a día de hoy, un año después de su trágica muerte. Meses después, sin embargo, el pívot de Sant Boi experimentó también la inconmensurable alegría de ver nacer a su primera hija, Elisabet Gianna Gasol.

“Simplemente queríamos estar cerca de Vanessa y las niñas”, explica ahora el jugador catalán de 40 años en una edición especial del programa de reportajes de la ESPN E:60. “El nombre completo de mi hija es Elisabet Gianna Gasol y tener ahí a Gianna representa mucho para nosotros. Yo voy a intentar ser un buen padre también”.

El vínculo con la familia Bryant no ha hecho más que fortalecerse tras la pérdida. Pau ejerce como tío de las hijas de Kobe y sigue viendo de forma regular a su viuda Vanessa. A veces, la realidad de ese 26 de enero de 2020 sigue siendo difícil de comprender:

“Todavía no me lo quiero creer, piensas que Kobe podría haber salido de ese accidente por su propio pie. Así de invencible era”.

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“Fue mi hermano y siempre será mi hermano”, decía Bryant sobre Pau hace unos años. En la preciosa pieza sobre la amistad de ambos, Gasol recuerda cómo nació esa amistad con su traspaso de los Grizzlies a los Lakers en 2008:

“En el primer partido, en Nueva Jersey, me estuvo hablando todo el rato en español. Ya fuera para marcar las jugadas, para darme cobertura, etc. Quería conectar conmigo, que me fiara de él. A veces me ponía esa mirada suya sólo para engancharme. Cuanto tienes esa conexión con un tipo que no va a rebajarse a algo que sea menos que la excelencia le hacía ser un motivador muy potente”.

Pau recuerda que Kobe quería que todos pusieran el mismo empeño que él dentro y fuera de la pista. “Era algo irrealizable”, recuerda el catalán dejando entrever una sonrisa.

La pieza, que pone los pelos de punta, abunda en el vínculo y la química especial entre el ‘24’ y el ‘16’. “Es el hermano mayor que nunca tuve. Tenía un lado amoroso y cálido que creo que influencié de alguna manera. Le decía que estaba bien ser vulnerable y blando algunas veces, normal. Trataba de ser el mejor padre del mundo, poniendo todo el amor que se pudiera en la relación que se mantiene entre un padre con una hija”.

A un año de su muerte, el impacto de la pérdida sigue llegando hasta lo más profundo de todos aquellos que estuvieron cerca de Kobe. Y Pau fue una de las personas que más cerca estuvo.


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