Perdóname, Athletic


No han empezado los cuartos de Copa y la aventura del Athletic ya da para escribir un libro. Si después de la tanda de penaltis en Elche parecía haber consumido alguna que otra vida, tras la tortura con final feliz vivida en Tenerife es posible que ya le toque a deber. Es difícil imaginar un escenario con más adversidades y el conjunto rojiblanco las fue superando una a una. Parecía indestructible.



El Athletic tiene sus carencias técnicas. Garitano lo dejó claro tras el empate en Cornellà: “Necesitamos más calidad en esas últimas decisiones, no podemos fallar tantos pases”. Sin embargo, posee fe para exportar a medio mundo. La rendición no está permitida en ese vestuario. Mientras hay vida, hay esperanza y los leones se aferran con garras y dientes. Otros equipos hubieran dicho basta después de tanta zancadilla en el Heliodoro. Los bilbaínos, en cambio, insistieron e insistieron. Y encontraron el tesoro en la isla.

Perdóname, Athletic. Yo fui uno de los que dejaron de confiar, lo reconozco. Estaba subiéndome por las paredes de casa viendo el encuentro y me dio el primer gran bajón con el 2-1. Salisteis a flote, vino la prórroga y con el 3-2, estando diez contra diez, perdí la fe definitivamente. Y mira que no dais motivos para ello. Entonces Yuri hizo magia y los once metros cayeron del lado rojiblanco. Un milagro construido desde la casta de un equipo.

Es difícil analizar desde lo futbolístico un choque tan condicionado desde tan pronto por la expulsión de Herrerín, la modificación del sistema y el 1-0. Triple revés en diez minutos. Claro que falló Iago. Y también lo hicieron Yuri e Iñigo Martínez en el 2-1, pero el Athletic llevó el juego a su terreno. No siempre lo consiguió porque jugar en inferioridad, aunque sea ante un Segunda que lucha por la salvación, es un reto mayúsculo. El derroche físico fue espectacular, pero el desgaste mental por ir tres veces a remolque no se queda corto.

Admito que no entendí que Garitano no hiciera antes los cambios durante el choque dado el cansancio reinante. Hasta que escuché su razonamiento en sala de prensa. Ahí cambié de opinión, me convenció. Muchos eran los candidatos para ser relevados. Muniain y Yuri, por ejemplo, estaban tiesos antes de alcanzar el noventa. ¿Pero qué hubiese sucedido si el míster les llega a sustituir? Se habría quedado sin opciones cuando Williams y Lekue
no podían ni andar en la prórroga y el Athletic hubiera acabado con nueve. Antes de criticar hay que escuchar. Lo demás es atizar por atizar.


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