La organización Partners in Health alerta que las personas con este síndrome se encuentran entre las que tienen mayor probabilidad de ser hospitalizadas o fallecer por el Covid-19, incluso más que aquellas que padecen diabetes o hipertensión.
Por Daniel Bernal, Omar Torres y Almudena Laris
Compañeros en Salud México y Partners In Health
Por fin, se ha aplicado la primera vacuna contra el Covid-19 en México. En medio de un recrudecimiento en los contagios, la saturación hospitalaria rebasando la capacidad de respuesta del sistema de salud, y la crónica de una economía al borde del colapso, hay un rayo de esperanza. Sin embargo, la llegada paulatina de las dosis exige administrar la escasez. El plan de vacunación, a pesar de estar pensado para minimizar los contagios y proteger a la población más vulnerable, deja de lado a una población clave: las personas con síndrome de Down.
Las personas con síndrome de Down se encuentran entre las que tienen mayor probabilidad de ser hospitalizadas o fallecer por la Covid-19, incluso más que aquellas que padecen diabetes o hipertensión. De acuerdo con el estudio COVID-19 Mortality Risk in Down Syndrome: Results From a Cohort Study Of 8 Million Adults, que incluyó a más de 8 millones de adultos en el Reino Unido, los individuos con Síndrome de Down tienen cinco veces más probabilidades de requerir hospitalización y más de 10 veces el riesgo de fallecer por Covid-19 en comparación con la población general, aún en ausencia de otras enfermedades concomitantes.
Asimismo, en Estados Unidos se ha observado que las personas con síndrome de Down que son hospitalizadas por Covid-19 tienen, en promedio, 10 años menos que el resto de los pacientes, y a pesar de ello tienen una menor probabilidad de sobrevivir la hospitalización. Este aumento en la mortalidad es particularmente marcado a partir de los 40 años de edad, lo que los hace vulnerables desde una edad más temprana que el resto de la población.
Julia Hippisley-Cox, epidemióloga clínica de la facultad de medicina de la Universidad de Oxford y autora principal del estudio del Reino Unido arriba mencionado, afirma que ésta es una población vulnerable que puede necesitar políticas de protección.
El Síndrome de Down es la causa genética más común de discapacidad intelectual a nivel mundial. En México, no hay un registro exacto del número de personas con síndrome de Down. Sin embargo, considerando que se presenta en uno de cada 388 a uno de cada 2,680 nacimientos y que la expectativa de vida es de 50 años, es probable que vivan entre 44 mil y 305 mil personas con esta característica en el país.
El Síndrome de Down no se limita a las afectaciones neurocognitivas, sino que también condiciona diversos problemas físicos que sitúan a esta población entre las más vulnerables para sufrir formas graves de Covid-19, incluyendo alteraciones en la inmunidad, diferencias anatómicas en la vía respiratoria, un menor tono muscular y una mayor frecuencia de enfermedades cardiacas y pulmonares crónicas. Adicionalmente, estas personas poseen tres copias de un gen en el cromosoma 21, el gen TMPRSS2, que codifica una enzima que facilita la entrada del virus a las células humanas. De acuerdo con los hallazgos del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, las células de personas con síndrome de Down suelen expresar 1.6 veces más TMPRSS2, lo que podría hacerlas mucho más susceptibles a la infección viral.
Atendiendo a estos hallazgos, el Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización del Reino Unido recomendó el pasado 2 de diciembre dar prioridad a las personas con síndrome de Down para una vacunación pronta, incluso antes que a la población entre 60 y 65 años de edad. Sin embargo, en México no se ha hecho una recomendación de manera explícita para anteponer a este grupo, y el síndrome de Down no se menciona en la Política Nacional de Vacunación contra el virus SARS-CoV-2, elaborada por el Dr. Ricardo Cortés Alcalá y presentada el 8 de diciembre de 2020, ni en su última actualización el 11 de enero de 2021.
En dicho documento, el grupo prioritario 3.2 se compone de una lista de “Personas con comorbilidad o comorbilidades” en donde se incluye a personas con obesidad mórbida, diabetes mellitus, hipertensión arterial sistémica, EPOC, asma, enfermedad renal crónica, estados patológicos que requieren inmunosupresión, y personas con cáncer en tratamiento. Sin embargo, en toda la lista no hay una sola mención a las personas con síndrome de Down, dejando a un lado a este grupo vulnerable que debería ser priorizado.
Asimismo, el Grupo Técnico Asesor de Vacunación Covid-19 (GTAV Covid-19), en su ejercicio de priorización para determinar las fases de la vacunación en México, no analizó el impacto del síndrome de Down. Esto podría deberse a que dicha condición no se contempla entre las comorbilidades a seleccionar en el formato de estudio epidemiológico de caso sospechoso de enfermedad respiratoria viral, y no se registra en las bases de datos abiertos del gobierno, sino que se agrupa como “otras comorbilidades”. Consideramos que, dada la clara evidencia de vulnerabilidad de las personas con síndrome de Down, es importante que esta condición se incluya como una variable explícita en las bases de datos correspondientes.
Al momento, la evidencia sustenta que las personas con síndrome de Down tienen mayor riesgo de morir, independientemente de sus comorbilidades, que el resto de las personas mencionadas en el grupo prioritario 3.2, por lo que se les debe anteponer de manera explícita. De no hacerse, y dejarse a la libre interpretación del aplicador de la vacuna, las personas con síndrome de Down podrían pasar al último grupo considerado para la vacunación, lo que implicaría al menos 4 meses adicionales de exposición a la enfermedad. Dar prioridad a este grupo implica la recanalización de una proporción muy baja de las vacunas que el gobierno mexicano ha logrado asegurar hasta el momento.
De acuerdo con los cálculos presentados arriba, la población con síndrome de Down en mayor riesgo -los mayores de 40 años- pudieran ser entre 10 mil y 66 mil, e inmunizarlos requeriría menos del 0.24% al 1.66% de las dosis de vacunas que llegarán para abril de 2021 (de acuerdo con lo expresado por Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores), cuando se supone que finalice la segunda etapa de vacunación. Esto quiere decir que con menos de 2% de las vacunas, en el caso más extremo, podríamos proteger a la población con mayor riesgo de morir.
De forma que vacunar a la población con síndrome de Down, además de ser urgente, es posible para el gobierno mexicano; todo está en tener la voluntad para incluirlos como un grupo prioritario de manera explícita. En este artículo, hemos mostrado que el riesgo de mortalidad y de hospitalización para las personas con síndrome de Down es de los más altos, sino es que el más, en comparación con otros grupos. A pesar de esto, no son mencionados en la Política Nacional de Vacunación. Consideramos que una política de vacunación que se rija por los principios propuestos por el GTAV Covid-19, léase: el bienestar humano, respeto igualitario, equidad global y nacional, reciprocidad y legitimidad debe de considerar a las personas con síndrome de Down como un grupo prioritario, incorporando esta condición al grupo 3.2, el cuál será vacunado en la etapa 2 de la estrategia de vacunación, entre febrero y abril de 2021.
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Almudena Laris Gonzáles (@AlmuLaris) es Médica Especialista en Infectología Pediátrica y Maestra en Ciencias en Medicina Tropical y Salud Internacional. Realiza actividades clínicas, de docencia e investigación, con particular interés en vacunación y virus respiratorios, asimismo es profesora en la Escuela de Medicina de la Universidad Panamericana.|| Daniel Bernal (@Dan_BernalS) es médico internista, maestro en estudios humanísticos, y maestro en ciencias en política, planeación y financiamiento en salud. Actualmente, es profesor de la Escuela de Medicina del Tec de Monterrey, coordinador de proyecto en Compañeros en Salud/Partners in Health México, investigador asociado en el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria y médico especialista en área de atención a pacientes con COVID-19.|| Omar Gabriel Torres (@GabrielTorresVa) es médico general por el Tec de Monterrey, candidato a licenciado en Historia por la UNAM, y estudiante de la licenciatura en Relaciones Internacionales por la University of London. Funge como asistente administrativo en Compañeros en Salud/Partners in Health México, y profesor asistente en el Tec de Monterrey.