PERTE Agroalimentario: ¿cómo acceder a los fondos europeos?


Mil millones de euros hasta 2023 para transformar la industria agroalimentaria y que las pequeñas y medianas empresas (pymes) tomen impulso y den un salto cualitativo. El nuevo Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del sector agroalimentario, un instrumento creado por el Gobierno para coordinar la colaboración público-privada, destinará capital del fondo europeo Next Generation EU a programas para aumentar la competitividad, la digitalización, la sostenibilidad y la trazabilidad de esta industria, a la que pertenecen todo tipo de compañías, desde una granja ovina hasta una planta de envasado o una distribuidora nacional. Más del 95% de estas empresas son pymes y una gran parte opera en el medio rural, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

El impacto real de este PERTE

Anna Merino, directora de Economics en Strategy&, el área de Consultoría Estratégica de PwC España, que participará en el webinar PERTE Agroalimentario: ¿cómo puede beneficiarse tu explotación de los fondos europeos?, organizado a través de HUB Empresa de Banco Sabadell, señala: “Las ayudas del fondo europeo Next Generation EU deben contribuir a reforzar el desarrollo de la cadena agroalimentaria y dotarla de las herramientas necesarias para afrontar los retos medioambientales, digitales, sociales y económicos de la próxima década”.

Daniel García, director de las sedes de Andalucía y de Extremadura de la consultora Zabala Innovation y experto en fondos europeos, explica que el PERTE del sector agroalimentario tiene como fin modernizar esta industria que aporta cerca del 10% del producto interior bruto (PIB) del país y que genera unos tres millones de empleos: “La idea es lograr un impacto a nivel nacional y en toda la cadena de valor: producción primaria, transformación y logística”, detalla.

A través de este PERTE, con un impacto mínimo de 3.000 millones de euros en la contabilidad nacional y con la creación de 16.000 nuevos empleos, según estima el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha de emerger un modelo resistente a vaivenes económicos como el derivado de la situación provocada por la crisis sanitaria que, en palabras de Fernando Ortega, presidente de la Comisión de Industrias Agroalimentarias del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Cataluña, supuso un “reto para todo el sector, y en especial para las pymes”. Este experto asegura: “Nuestras empresas demostraron resiliencia y flexibilidad, adaptándose a condiciones extremas como el abastecimiento de los mercados, las limitaciones de la movilidad, la formación de personal o las cadenas logísticas tensadas”.

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Este PERTE se centra en los dos grandes ejes del fondo europeo Next Generation EU: la digitalización —con la dotación de herramientas para impulsar el comercio electrónico y la omnicanalidad— y la sostenibilidad —con abastecimientos de energías renovables y la alineación con el Green Deal (Pacto Verde Europeo en castellano) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas—. Este plan convive en armonía y complementa otras ayudas europeas, como el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) o el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), y a políticas comunitarias como la Política Agrícola Común (PAC).

Los programas concretos para las pymes

El PERTE del sector agroalimentario ofrece una amplia cantidad de planes y de acciones concretas para que las pymes accedan a las ayudas europeas. Estos son los programas más destacados:

  • Kit Digital. Este programa ofrece ayudas a pymes y autónomos para mejorar su presencia en internet con herramientas de comercio electrónico, redes sociales y analítica de datos. También impulsa la digitalización de sus procesos y de sus lugares de trabajo, así como la adopción de medidas de ciberseguridad, entre otras soluciones, detalla Merino. Se prevé que, de los 3.067 millones de euros con el que lo ha dotado la Unión Europea (UE), aproximadamente unos 275 millones de euros se destinen al sector agroalimentario, con bonificaciones que irán de 2.000 a 12.000 euros.
  • Agentes del cambio. Complementario al Kit Digital, este plan provee a las pymes agroalimentarias de agentes que asesoran, enseñan y acompañan en el proceso de digitalización: “Estos agentes forman y guían a los agricultores o a los ganaderos sobre cómo mejorar su explotación haciendo uso de nuevas herramientas”, sintetiza García. Se estima que unos 37 millones de euros lleguen al sector agroalimentario de los 300 millones de euros con los que la UE ha dotado este programa.
  • Energías renovables. Para las pymes de producción primaria y de transformación, existen distintas fuentes de energía renovable cuya instalación subvenciona este PERTE. La horquilla es amplia, ya que el importe de las ayudas dependerá del tamaño y de la actividad. Un ejemplo son las placas fotovoltaicas que ya se están instalando en depósitos de agua para regadío. Se colocan en balsas que flotan en la superficie del depósito, una manera de captar energía sin ocupar terreno: “Potenciar la autosuficiencia energética a través de estos bombeos es muy interesante dado el precio actual de la energía”, añade García.
  • Agricultura y ganadería 4.0. Ayudas para la sensorización y la automatización de procesos agrícolas y ganaderos, la introducción de la robótica, la implantación de sistemas de visión artificial en los procesos productivos, el desarrollo de soluciones de inteligencia artificial (IA) y la simulación de procesos o medidas de digitalización para la mejora en la eficiencia de los procesos, tal y como afirma Merino.
  • Gestión de subproductos y de residuos ganaderos. Subvenciones para la reutilización de residuos de ganadería y su conversión en energías verdes como el biogás —combustible para el que existe también una hoja de ruta específica en este PERTE—, destinado a abastecer la calefacción o la electricidad de las explotaciones.

Proyectos tractores y oportunidades para las pymes

Además de los planes concretos para las pymes, el PERTE cuenta con varios proyectos que alcanzan todos los eslabones de la industria y que acaparan buena parte del presupuesto. Estos proyectos suponen 400 millones de euros de los 1.000 millones de euros totales. Nacen con una finalidad demostrativa: primero impulsan un cambio concreto y, una vez corroborado el éxito, sirven de espejo para que los demás actores se lancen. Aunque estos programas suelen estar traccionados por empresas de gran calibre y de alcance nacional, García explica que las pymes también pueden resultar beneficiadas: “Dan oportunidades de negocio a este tipo de compañías, ya sea como subcontratas o a través de proyectos a menor escala derivados del original”.

Ejemplos de estas actuaciones son la digitalización masiva del sector vitivinícola, con el uso de satélites y de datos en la producción de uva y de vino, o la transformación de la industria porcina, que se sirve de tecnología para mejorar el bienestar animal: “Hay que fomentar estos proyectos transformadores en los que cooperen diferentes eslabones de la cadena alimentaria, con una visión integral y poniendo el foco en las necesidades del consumidor. En el año 2050 seremos 10.000 millones de personas en el mundo a alimentar, y eso debe ser un objetivo claro”, argumenta Ortega.

Cómo acceder a los fondos europeos

Carmen Urraca, directora de Fondos Europeos de Banco Sabadell, que también participará en el webinar, destaca que las pymes deben analizar sus necesidades y sus carencias primero y, después, solicitar ayuda profesional para encontrar el programa que mejor se adecúe a su negocio. “Las empresas deben hacer la reflexión sobre qué proyectos quieren acometer para transformar su negocio y hacerlo más resiliente”.

Para Urraca, un factor clave es identificar qué subvenciones son las más apropiadas para cada pyme en función del sector, de la ubicación, de la actividad y de otros criterios comerciales.

Los organismos públicos juegan un papel crucial. “El impacto del PERTE será real, si bien su magnitud dependerá sobre todo de la aplicación y de la accesibilidad a los fondos europeos”, advierte Ortega. Como indica García: “Los clústeres alimentarios, que están dentro de las Consejerías de Agricultura, están dando información sencilla y clara”.

La fluidez en la financiación, los anticipos monetarios y la logística, procesos que si se desconocen suelen ser complejos, resultan más sencillos con la intervención de terceros, como pueden ser las entidades bancarias. Por este motivo, es aconsejable contar con el asesoramiento profesional, como el de consultores especializados que acompañarán a las organizaciones en todo el proceso de planteamiento de proyectos y de solicitud del fondo europeo Next Generation EU.

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