Plácida noche para el Atlético ante el Mallorca

Reaccionaron los rojiblancos, que comenzaron a llegar. Al principio, por la derecha, con un Llorente sobrado para llegar al área pero al que se le hacía de noche al pisarla. Y luego, por la izquierda, con Manu Sánchez muy activo. Va a más el canterano. Primero se la puso atrás a Morata, que no acertó a rematar. Después a Carrasco, que siempre se topaba con un defensa al disparar. Koke también lo intentó desde la frontal. Y Joao, que sólo apareció en el área, falló las dos que tuvo. Claras.

El marcador lo abrió Morata. De penalti. Al segundo intento. Se inventó una jugada el madrileño en el área balear tras recibir de Trippier en un saque de banda. Agarrón de Sedlar, que sólo pudo pararle así. Asumió la responsabilidad y Reina adivinó el disparo, pero el propio Sedlar había entrado en el área. Hubo que repetir, VAR mediante. Volvió a lanzar el ‘9’, que esta vez no falló. 1-0.

Al que se le diga que el Atlético ha lanzado seis penaltis en las tres últimas jornadas (cuatro pitados, más dos que se repitieron), pensará que esto es una broma. A la altura de los arbitrajes y los ‘videoarbitrajes’ de esta Liga, sensación acrecentada tras el parón.

En fin, que el gol calmó al Atlético, que tenía serios problemas ante un Mallorca en el que Pozo, Kubo y Cucho ponían la mordiente. Pero sólo con eso no llegaba para poner en aprietos a Oblak, que vivía relativamente tranquilo en su área. Y los colchoneros, aunque fuera al tran-tran, iban a llevar peligro. Como así pasó en el descuento del primer acto, con una internada de Llorente tras un buen robo de Koke, siempre presente, arriba. Pase de la muerte del centrocampista y Morata, en boca de gol, puso el pie de la única manera posible para que el centro, muy fuerte, no se fuera a Canillejas. 2-0. Descanso.

Comenzó tranquila la segunda mitad, con Carrasco fajándose en defensa para corroborar que era el mejor de la noche a esas alturas junto al goleador Morata. Gran noticia la recuperación para la causa, y para el fútbol de elite, del belga. En el Mallorca, el lateral Pozo seguía siendo el gran incordio para los colchoneros. Llegaba a línea de fondo con relativa facilidad, regates incluidos, y siempre buscaba la mejor opción.

No esperó Simeone mucho para mover el banquillo. En el 54’, un desacertado Joao y un Carrasco que va a ser importante para lo que viene dejaron su sitio a Correa y Vitolo. Llorente pasó al doble pivote, Koke a la izquierda y el argentino se colocó en la derecha. El canario, en punta con Morata. Salió poco después Costa, por Morata. Y Lodi por Manu Sánchez. Una hora quedaba por delante, con el Atlético dejando pasar el tiempo y el Mallorca luchando contra lo casi imposible. Intentándolo al menos. Y llegando, pero sin mucho peligro.

El choque había entrado en fase de letargo. Los cambios habían revitalizado al Atlético y apagado un poco más al Mallorca. Lodi rozó el tercero, con un zurdazo que lamió el larguero. Vitolo y Correa se asociaban entre líneas. Llegó el tercero, con rechace que enganchó Koke para golpear fuerte. El baló pegó en Sastre y despistó lo justo a Reina. Cerrado. O mejor dicho, cerrado del todo.

Fue momento para que Saúl descansase. Y para que el Atlético buscase el cuarto, pero sin querer hacer daño a toda costa. Los deberes estaban hechos. Y el martes toca en Vigo, donde los colchoneros pueden dar un paso prácticamente definitivo hacia la Champions. El Mallorca lo intentó. Pero no fue suficiente para puntuar, y sólo un milagro evitará su descenso.