La NBA ya tiene todo en marcha para la vuelta de la competición en menos de tres semanas y basa el éxito de su estructura en el testeo diario de jugadores y trabajadores para asegurar la seguridad dentro del complejo de Disney World.
Precisamente este nivel de eficiencia está levantando ampollas en Estados Unidos, donde no pueden entender que se esté priorizando el testeo y posterior procesado de las pruebas de la NBA frente a las de la población general, sobre todo teniendo en cuenta que Florida es uno de los estados más afectados por el COVID-19.
Adam Silver ya ha confirmado que si el virus consigue adentrarse en el campus y empieza a expandirse no tendrá más opciones que cancelar todo el tinglado que han montado durante estos meses, algo que podría llevar a la NBA a un parón de muchos meses que nos dejaría sin baloncesto, al menos, hasta 2021.
Los equipos en Orlando se someten a pruebas de coronavirus a diario y después las mandan a un laboratorio que las analiza casi de inmediato. Esto choca con la realidad que existe fuera de la burbuja de Disney, en la que muchas personas tienen que esperar hasta una semana para obtener sus resultados, en caso de no formar parte de los grupos “Priority 1” que el departamento de salud ha instaurado.
La NBA ha contratado los servicios de BioReference Laboratories, según NBC Sports. Esta farmacéutica es la encargada de procesar sus tests una vez se han instalado en la burbuja de Orlando, igual que están haciendo con la MSL, la liga de fútbol americana.
La polémica existe cuando se descubre que BioReference también se encarga de procesar muchas pruebas del gran público y que están sufriendo grandes retrasos a la hora de ofrecer resultados a la población. Según algunas autoridades, se está forzando de más un sistema que ya está sobrecargado.
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