¿Por qué estamos (un poco) más gordos en invierno que en verano?

¿Por qué estamos (un poco) más gordos en invierno que en verano? No es solo por las cantidades industriales de galletas y chocolate que ingerimos para intentar «animarnos» o por épocas como la navideña, sino que en realidad en invierno todos o casi todos engordamos y  el motivo por lo visto, tendría mucho que ver con el sol. Como lo oyes (o lo lees), así que te explicamos el porqué engordamos al respecto y que se «esconde» detrás del sol en relación a esto.

¿Por qué estamos (un poco) más gordos en invierno que en verano?

Cuando estamos expuestos a la luz solar, y en particular al componente azul de su espectro, las gotas de grasa en las células lipídicas del cuerpo humano se encogen y se liberan al exterior haciendo que podamos estar más delgados en verano que en invierno.

Este ha sido el descubrimiento de un grupo de investigadores de la Universidad de Alberta en Canadá, que concluyeron en que una exposición solar insuficiente en los meses de invierno en latitudes altas podría contribuir al típico aumento de peso que se produce en la temporada de frío.

En particular, las longitudes de onda entre 450 y 475 nanómetros, que producen la llamada luz azul, son capaces de penetrar a través de la piel hasta la capa de células grasas, con el efecto de disolver las grasas en su interior: las gotas de grasa se hacen más pequeñas y salen de las paredes celulares para ser eliminadas por el sistema linfático.

Sin embargo, la poca luz de los meses de invierno tiene el efecto contrario, es decir, que acaba provocando la acumulación de grasa.

Descubrimiento por casualidad

El descubrimiento, descrito en Scientific Reports , ocurrió por accidente. Los científicos estaban tratando de crear células grasas diseñadas para producir insulina en respuesta a la luz solar, como un posible tratamiento para la diabetes tipo 1, cuando notaron que las células grasas humanas en el grupo de control también se estaban adelgazando, por delante del estímulo de la luz.

El fenómeno nunca había sido descrito en la literatura, y la dinámica aún no está del todo clara: no se sabe, por ejemplo, cuánto tiempo tarda ni con qué intensidad de luz.

La importancia de la termorregulación

Sin embargo, podemos sacar en definitiva que estamos «regulados» para quemar o almacenar grasa según la temporada, probablemente para adaptarnos a los cambios de temperatura. De este modo, el tejido adiposo ayuda a retener el calor en el cuerpo y por tanto debe ser más consistente en invierno, mientras que en verano se reduce para permitir nosotros para mantenernos más frescos.


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