La gran mayoría de personas, si no están acostumbradas a escuchar su voz, les suena extraña y normalmente no suele gustarle. Incluso puede resultar algo difícil de reconocer. Pero sí, somos nosotros. La respuesta, entre muchas otras cuestiones que veremos a continuación, es simple, pues resulta que se trata de una voz, que aunque nuestra, no la escuchamos normalmente.
Los entendidos en temas de oídos establecen que en el oído interno, la cóclea transmite las vibraciones al nervio auditivo y este a su vez lo transmite al cerebro en forma de impulsos eléctricos. De manera que no nos gusta nuestra voz cuando la escuchamos porque la percibimos como un sonido externo, pero cuando hablamos entonces lo hacemos a través de dos canales distintos, el externo y el parece una vibración que producimos en los huesos y tejidos del cráneo al articular las palabras.
Según el tipo de grabación
Sin entrar a especificar algunas razones técnicas, al parecer, la acústica del cráneo reduce la frecuencia del tono y solemos escuchar nuestra voz más baja, agradable y suave. Pero no es la única razón del porqué nos oímos de forma extraña al grabarnos, pues precisamente esta grabación también afecta a cómo oímos nuestra voz.
El ambiente, el micrófono y la frecuencia en que se hace la grabación determinan que nos escuchemos de una manera u otra. Todo esto reúne una serie de condicionantes que hacen que algunos no reconozcan que son ellos los que están hablando.
Cuestión de psicología
¿Y si fuera por temas psicológicos? Otra teoría que hace que no nos guste nuestra voz grabada viene relacionada con un estudio que realizó un psicólogo de Nueva York. Establece que aquellos que tienen una baja autoestima suelen demostrar más rechazo a su voz que los que la tienen alta.
En pocas décadas, las personas estamos cada vez más acostumbradas a escuchar nuestras voces. En este sentido, un estudio del año 67 estableció que tan solo un 38% de los voluntarios fueron capaces de reconocer su voz de inmediato, pero esto comparado con uno que se dio en el año 2010 demostró que los participantes distinguían sus voces entre un 89 y 93%.
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