En el frenesí de la temporada NBA disfrutamos de innumerables historias con otros tantos protagonistas. Las caras nuevas, aquellas que acaban de aterrizar en la liga pero lo hacen pisando fuerte, siempre llaman la atención del aficionado. Este año la pelea por el galardón que acredita al mejor novato del curso va a ser uno ciertamente especial.
En una campaña atípica, con 72 encuentros disputados y en plena pandemia mundial, la nueva generación de jugadores ha irrumpido con fuerza en la liga. Muchos descartaron a esta camada por falta de talento pero ellos se han encargado de demostrar que solo necesitan confianza.
Este año ha habido tres nombres que han destacado por encima del resto de sus compañeros de graduación. Tres novatos que han tomado las riendas de la liga con convicción desde el primer momento. Ellos son los máximos candidatos a hacerse con el Rookie of the Year.
LAMELO BALL
El más mediático, el más carismático y, seguro, el más odiado. Tan solo el apellido basta para saber el tipo de jugador ante el que nos encontramos. LaMelo aterrizó en Charlotte para dar inicio a su carrera NBA y se hizo notar desde el primer día. En los Hornets le dieron rienda suelta y él respondió con actuaciones estelares y un potencial tremendo.
Melo fue durante meses el gran candidato para lograr el premio; todos los daban por hecho. Sin embargo, una inoportuna lesión en su muñeca cambió el panorama. Parecía que podía perderse el año entero, habiendo disputado tan solo 41 partidos. Por suerte, las últimas informaciones apuntan a que podría volver antes del final de curso.
Con promedios de 15.9 puntos, 5.9 rebotes y 6.1 asistencias, Ball se ha ganado a gran parte del público y también a los que votan, los periodistas. Ha demostrado madurez y desparpajo, olvidando las preocupaciones que se vertían sobre él. Si vuelve y juega tres o cuatro partidos, superará el 61% de encuentros que tuvo Pat Ewing, el ROY con menos apariciones de la historia.
ANTHONY EDWARDS
El número uno del último Draft, el hombre llamado a reventar la liga. El gran inicio de curso de LaMelo, que pareció adaptarse a la competición rápidamente, y su pobre rendimiento en los primeros meses de temporada parecían haberle condenado. Sin embargo, la lesión de Ball y una racha espectacular liderando a los Wolves le han devuelto a la pelea.
En Minnesota promedia 18.3 puntos, 4.6 rebotes y 1.2 robos por encuentro, con un pobre acierto de 40% en tiros de campo. Estos números mejoran considerablemente si analizamos los últimos dos meses, hasta los 22 puntos y 5 rebotes, anotando casi un 44% de sus lanzamientos.
Esta mejora de Edwards le ha convertido en la gran alternativa a LaMelo para conseguir levantar el premio. El balance de victorias de su equipo le castiga, sobre todo comparándole con su rival, pero las casas de apuestas mantienen su candidatura como favorita a la par de la de Ball..
TYRESE HALIBURTON
El gran “outsider” de esta carrera. Haliburton tuvo un inicio decente de año, aunque se fue desinflando poco a poco. Sin los focos de Edwards o Ball, ha ido labrándose la reputación en Sacramento, hasta convencer a su entrenador de que le necesitan. Además, la reciente baja de De’Aaron Fox le ha catapultado a la titularidad, dándole muchos más galones.
Los números de Haliburton son los menos llamativos de los tres: 12.8 puntos, 3 rebotes y 5 asistencias por encuentro. Sin embargo, sus actuaciones, madurez y gran lectura del juego han llamado la atención de muchos en la NBA. El base se ha destapado como un gran generador, demostrando que está listo para darlo todo.
Aún quedan tres semanas por delante y tan solo uno de los tres grandes candidatos disputará los playoff. Será LaMelo, cuyos Hornets son uno de los equipos más en forma de la liga. Si el base consigue volver antes del último encuentro, debería tener el premio asegurado.
Source link