Producto genérico


Dícese del producto que ha perdido su identidad como marca. Suele ser más barato, de bajo coste. En algo así se convertirá la Liga de la “nueva normalidad”. No tendrá nada que ver con el producto que nos vendieron, el que muchos compramos cuando nos abonamos a según qué plataforma televisiva. El que seguirán pagando los socios de los clubes que lo verán desde su casa sin saber si recuperarán su cuota.



Este otro fútbol, que se abrió paso gracias a decretos y leyes incumplidas ad hoc’, nace bajo la marca blanca de una mentira: “Volver es ganar”. El fútbol es otra cosa, aquí sólo ganarán los patrocinadores y mandamases, los del riesgo sanitario cero. Esto es un pobre genérico.

No todos los clubes jugarán en sus estadios (La Nucía, Valdebebas) y otros lo harán entre andamios y grúas, lo que desvirtúa por completo la competición. Basta con echar un vistazo al porcentaje de victorias locales en la Bundesliga. Se jugará bajo condiciones climatológicas y físicas contraproducentes para el óptimo desempeño de los futbolistas. Incluso las retransmisiones irán trufadas de sonidos de ambiente pregrabados, sin el escaso acicate de escuchar a los valientes en estéreo. Con monigotes de cartón y puede que con pantallas donde ver a personas desde sus casas, probablemente con retardo y mala conexión.

Será una burda pretemporada, un penoso colofón deprisa y a todo correr. La Liga se acabó en marzo. Este sucedáneo genérico que lo consuma otro.


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