Cuesta mucho, muchísimo para alguien que no conozca sus entresijos formarse una opinión concreta respecto a lo que está sucediendo en el seno de la selección española femenina. Y cuesta muchísimo por algo tan simple como que falta información pública. No es normal que 15 jugadoras pidan no ser convocadas para jugar con el combinado nacional, con todo un Mundial en el horizonte. No es normal que después de un verano movidito no se hayan dado explicaciones concretas. ¿Qué pasa con Jorge Vilda? Si el desacuerdo se debe estrictamente a razones deportivas es lógico que la Federación no tenga razón alguna para prescindir de un técnico con el que España ha sido cuartofinalista europea, eliminada con un gol ilegal siendo mejor que la anfitriona y a la postre campeona, y que se ha clasificado para el próximo Mundial ganando sus ocho partidos y no encajando un solo gol. No hay directivo de empresa que tenga justificación alguna para cargarse a un ejecutivo con semejante cuenta de resultados.
Pero ¿hay algo más? En el comunicado de las jugadoras se alegan razones emocionales y de salud. ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué no se cuenta con pelos y señales lo que pasa? Llegados a este punto es más que necesario que las futbolistas den explicaciones públicas y claras sobre su postura para que todo el mundo pueda comprenderlas. Se trata de responder a esa pregunta, que parece sencilla y a la vez compleja: ¿Qué pasa con Jorge Vilda?
Cargando siguiente contenido…