Queralt Castellet vuelve a Nueva Zelanda para animar a la Roja

Queralt Castellet vuelve a Nueva Zelanda para animar a la Roja

En la previa del segundo partido de la fase de grupos entre España y la selección de Zambia Iberdrola organizó un evento para los medios de comunicación desplazados hasta Nueva Zelanda.

Allí estuvieron también Queralt Castellet, la ganadora de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekin con el snowboard; Sandra Sánchez, la mejor karateka española de toda la historia, y Lucía Martino, la surfera que fue campeona nacional.

Charlamos con Queralt Castellet, una chica que nació cerca de Barcelona, pero que a los 19 años se fue a vivir a Nueva Zelanda. El motivo, había una estación que era un snowpark.

El poder entrenar día sí día también en un parque de ese tipo hizo ver a la catalana que se le abrían muchas posibilidades para poder triunfar en lo suyo. Tomar esta difícil decisión fue clave para poder llegar donde ha llegado.

“El sueño de todo snowboarder era ir allí en nuestro verano, que aquí (en Nueva Zelanda) era invierno”, explica la que acabó viviendo hasta seis años en un país a casi 20.000 km de su casa.

Años más tarde, Queralt sigue desplazándose a Oceanía. “La estación por la que vine al principio ya no existe, pero quedan muchos otros rincones que son increíbles”.

La deportista reconoce que el snowboard no es un deporte muy conocido en Nueva Zelanda, pero en cambio hay el terreno y la opción de poder practicarlo. Además, la mujer en el deporte está muy reconocida y considera que, en este sentido, es un país referente.

Tras el partido de la selección española, el resto de las embajadoras de Iberdrola volvían hacia España, pero Queralt se quedó en Nueva Zelanda, donde pasará los meses más fríos para poder entrenar y retomar sus piernas de snowboard.

“Me hizo mucha ilusión saber que jugaría (la selección española femenina de fútbol) aquí el Mundial”, cuenta a Mundo Deportivo. Las tres embajadoras de Iberdrola visitaron a la selección durante un entrenamiento y pudieron charlar con las jugadoras.

Todas las internacionales les firmaron una camiseta, y tanto Queralt como sus dos compañeras fueron al partido con el outfit que les regaló la RFEF para animar a la selección.




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