Pericles fue un importante abogado, magistrado, político y orador de la Antigua Grecia que vivió los momentos de la edad de oro de la civilización helena. Gran ciudadano de Atenas, sus grandes dotes de oratoria, su influencia en la ciudad y el fomento de las artes y la literatura, lo convirtieron en uno de los personajes más queridos y posteriormente, más aclamados por la historia.
Vida
El gran orador de Grecia vivió entre el 495 y el 429 a.C.. Fue considerado el ‘primer ciudadano de Atenas’ gracias a la influencia que tuvo en la vida de los atenienses durante el periodo en el que gobernó.
Durante la edad de oro de Pericles, Atenas se convirtió en el centro de la cultura europea, siendo suyas las construcciones más importantes de la Antigua Grecia como la Acrópolis de Atenas, o los Propileos.
Entró en política con 30 años, cuando murió Efialtes, líder del partido democrático de Atenas. Gracias a su entrada en la asamblea, realizó numerosas mejoras y consolidó la hegemonía de Atenas en la Liga de Delos.
Curiosidades sobre Pericles
Pericles fue considerado como uno de los mejores estrategas y oradores de la Antigua Grecia. Fue un político admirado por todos, brillante por su persuasión y su lucidez. Se le consideraba una persona elegante y con gran capacidad para gobernar.
Creó la Ley de ciudadanía, una de las más famosas de su legado. Esta consistía en que para conseguir ser ciudadano de Atenas, los dos padres debían ser atenienses.
Muerte
Pericles tuvo que soportar durante su último año de vida la muerte de sus dos hijos nacidos en su primer matrimonio. Fue a causa de una epidemia que llevó a Pericles a vivir sus últimos días inmerso en una profunda pena.
A pesar de ello siguió pronunciando discursos hasta que en otoño del 429 a.C., la misma epidemia que mató a sus hijos, quitó la vida del orador.
En su lecho de muerte, sus seguidores se agolparon en su cama para recordarle los éxitos y los triunfos como político que había conseguido. El propio orador ateniense recordó a los suyos que el título más grande que tenía era del de que «ningún ateniense vivo jamás ha tenido que llevar luto por mi culpa».
La muerte de Pericles supuso un duro golpe para Atenas ya que sus sucesores no eran tan brillantes como el ateniense. Fue entonces, tal y como escribió Tucídides, «el inicio del fin de la gloria de Atenas».
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