quítalo antes de que sea tarde

A la hora de decorar el hogar, debemos valorar tanto la estética como la funcionalidad. Hay un elemento que todos tenemos en casa y que, aunque no lo parezca, es un foco de suciedad. Se trata de la alfombra, que entre sus fibras acumula caspa, insectos, restos de piel, barro, residuos químicos, moho…

Hay algunos de estos desperdicios que son fáciles de ver, como por ejemplo los restos de comida y el barro. Sin embargo, hay otros microscópicos que son imperceptibles y que, si no lavamos y desinfectamos las alfombras con regularidad, pueden convivir con nosotros durante meses.

La suciedad oculta en las alfombras

Uno de los principales problemas en las alfombras son los insectos. Los más comunes son las pulgas, los ácaros del polvo y las chinches. Estos se alimentan de los residuos orgánicos que caen a la superficie, como restos de comida, piel o pelo. Aunque los ácaros por sí solos no suelen ser un problema para la salud, la cantidad de residuos que generan sí pueden serlo.

En las alfombras también se acumulan muchas bacterias, que llegan hasta ellas en las suelas de los zapatos y en las mascotas. A esto hay que sumar los alérgenos estacionales, como el polen en primavera, que llegan hasta las alfombras simplemente abriendo las ventanas. Los alérgenos afectan en gran medida a la salud de las personas, pero muy especialmente a aquellas que tienen problemas respiratorios.

Aunque nosotros no lo vemos, todos perdemos pelo a diario que se pueden quedar en la alfombra. Ocurre exactamente lo mismo con las mascotas. El problema es que los pelos se meten entre las fibras, y eliminarlos es muy complicado.

Por increíble que parezca, según han corroborado varios estudios, una alfombra puede acumular hasta cuatro veces su peso en suciedad. Teniendo esto en cuenta, muchos expertos recomiendan quitar todas las alfombras de la casa. Si no queremos tomar una medida tan drástica, debemos poner en práctica algunos trucos para evitar que se acumule tanta suciedad. Ahora bien, debemos saber que las alfombras nunca van a estar 100% limpias.

Es muy importante que nos quitemos los zapatos antes de entrar en casa, y pedirles a las visitas que también lo hagan. La recomendación general es de aspirar las alfombras una vez a la semana y, si tenemos mascotas, dos veces por semana. Además, debemos llevarlas a la lavandería cada seis meses para que las limpien y las desinfecten.


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