Raynald Denoueix (Rouen, Francia, 1948) ha vuelto a hacerse respetar con hechos. Igual que cuando se metió en el bolsillo para siempre a la familia de la Real hace 17 años, no sólo por hacerla subcampeona de Liga, sino también por profesar al escudo una lealtad mayúscula, sin necesidad de articular una palabra más alta que la otra. No fuera a ser que se las llevara el viento.
El entrenador francés, desligado del fútbol desde hace años, ha ideado una venerable iniciativa para ayudar a combatir la crisis del coronavirus. Denoueix ha decidido subastar la medalla de oro con que fue condecorado cuando conquistó la Ligue 1 de su país en 2001. El galo donará las recaudaciones a los hospitales con el claro objetivo de que el mundo se restablezca del mayor golpe que ha recibido en décadas. Un gesto que le honra.
Si hubiera que medir la carrera como técnico de Denoueix relacionado la duración de sus etapas con los éxitos alcanzados, no existirán demasiados precedentes en el fútbol profesional. Dirigió al Nantes y a la Real entre 1997 y 2004. Siete años que se fraguaron por los derrotores del triunfo, ya que con los franceses ganó dos Copas y una Liga y como txuri urdin fue segundo, llegando a rozar el tercer alirón en la historia del club. Además de un campeón, ha vuelto a evidenciar el resto de sus virtudes, entre ellas la solidaridad.
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