Real -Rulli: una relación en la que el amor se fue apagando

Gerónimo
Rulli (La Plata, Argentina, 1992) es el sexto extranjero que más partidos ha disputado en la Real: 170. Sólo tiene por delante a verdaderas leyendas como Kovacevic, Carlos
Vela, Claudio
Bravo, Antoine
Griezmann y Valery
Karpin. Su currículum como txuri urdin deja claro que no hablamos de un futbolista cualquiera en la historia reciente del club que, sin embargo, pondrá punto final a seis años en Donostia en el momento más bajo de una relación en la que, claramente, el amor se fue apagando.

Hace poco más de un mes se cumplieron seis años de su presentación oficial. Su llegada ya fue rocambolesca, anticipo, de alguna manera, de lo que ha sido su estancia en la Real, marcada en no pocas ocasiones por los tira y afloja en torno a su contrato, en especial en los dos primeros veranos, cuando el futbolista aún pertenecía a Maldonado y jugaba en la Real como cedido. Ya en 2015, tras su primera campaña en Donostia, la renovación de su cesión se eternizó por un presunto interés del Valencia pero Rulli acabó firmando. Un año más tarde, el escenario se repitió con el arquero en su mejor momento, demandando un mejor salario, si bien entonces la Real acabó fichándolo en propiedad a cambio de 7 millones de euros por el 70% de sus derechos y un millón más cada año a partir de 2017 hasta llegar a los 10 en 2019 y adquirirlo al 100%.

Esas tres primeras campañas en Donostia fueron las mejores del argentino, en clara línea ascendente y haciendo olvidar a toda una figura como Claudio
Bravo, a quien reemplazó en Anoeta tras la marcha del chileno al Barcelona. Aunque su debut, en la maldita eliminatoria previa de Europa
League en Krasnodar no pudo ser peor ya que se lesionó, desde que reapareció en Liga en diciembre de 2014 en el campo del Levante, ya con David
Moyes de entrenador, adquirió una regularidad que le llevó a jugar prácticamente todo. Entre diciembre de 2014 y junio de 2017, sólo se perdió tres partidos de Liga, logrando además ese último verano el pase a la Europa League.

Fue a partir de sus dos últimas campañas en la Real cuando más dudas comenzaron a surgir en torno a su rendimiento. Cuando, a los 25 años, parecía en su mejor momento para convertirse en uno de los mejores porteros de la Liga, bien porque la competencia de Toño
Ramírez no era suficiente, bien por acomodamiento, lo cierto es que Rulli se estancó, viviendo su peor momento con la eliminatoria europea en Salzburgo, en la que además se lesionó. Pocos días después, la Real fichó a Moyá, elevando el nivel de la portería txuri urdin.

Aunque Rulli terminó jugando la temporada 17/18, la primera vez que Imanol se hizo cargo del equipo, y también arrancó como titular la 18/19, con Asier
Garitano, una serie de errores en el comienzo de esta última campaña terminaron por mermar la confianza de buena parte de la afición de la Real en el argentino, relegado a la suplencia por Moyá. Con el regreso de Imanol al banquillo en enero de 2019, el platense recuperó la titularidad y terminó la campaña a buen nivel, si bien la suerte sobre su futuro estaba echada. La presencia de Moyá y la apuesta de Roberto
Olabe por un guardameta como Álex
Remiro situó a Rulli por primera vez en la puerta de salida en verano de 2019. Tras jugar cedido en el Montpellier, ahora parece que su salida será definitiva, rumbo al Villarreal, donde tratará de recuperar aquel prestigio con el que llegó a la Real, que le situaba como el futuro portero de la selección argentina.


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