Malik Monk anotó 36 puntos y enchufó nueve triples desde el banquillo en la tremenda remontada de los Charlotte Hornets sobre los Miami Heat por 121-129 tras una prórroga. Los visitantes perdían de 10 puntos a menos de tres minutos del final y le dieron la vuelta a la tortilla forzando el tiempo añadido precisamente con un triple de Monk a 16,6 segundos del final.
Los 36 tantos del jugador son el récord histórico de anotación de un jugador de banquillo de los Hornets, una marca que supera los 35 de Devonte’ Graham en noviembre de 2019 contra los Indiana Pacers. Graham, precisamente, también brilló anoche con 24 tantos en la remontada.
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La victoria llegó en el primer partido de titular de LaMelo Ball, que finalizó con 14 puntos y 7 asistencias. “Somos un grupo luchador, nunca tiramos la toalla”, concedió James Borrego, técnico de unos Hornets que se sitúan a media tabla en el Este (10-11).
El equipo respondió una vez más ante el reto de unos Heat por fin sanos y con la plantilla al completo. Cody Zeller, con 19 puntos y 12 rebotes y Gordon Hayward, con otros 19 tantos, apuntalaron el trabajo de sus compañeros de banquillo.
Erik Spoelstra criticó la falta de capacidad para cerrar el encuentro de sus pupilos, liderados por los 25 puntos de Jimmy Butler y los 23 de Bam Adebayo. Duncan Robinson finalizó con 16 tantos y Tyler Herro, tras un falso positivo de un amigo, pudo jugar y aportar 11 tantos y 8 asistencias.
Los Heat siguen con necesidad de acumular victorias tras un inicio de curso flojo. Ahora mismo acumulan 7 victorias y 13 derrotas, números que les sitúan en la tercera posición por la cola en el Este.
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