Recuerdan la revolución islámica que sacudió al mundo


Irán conmemoró el viernes el regreso al país hace 40 años del ayatolá Ruholá Jomeini, quien tras vivir en el exilio en Turquía, Irak y Francia volvió a su tierra en los últimos días de la revolución para instaurar una República Islámica.

En un avión de Air France, aterrizó el ya fallecido ayatolá en el aeropuerto de Mehrabad de Teherán el 1 de febrero de 1979, dos semanas después de que el Sha Mohamad Reza Pahlaví huyera de Irán debido a que la Revolución Islámica era imparable.

Millones de personas se concentraron en el aeropuerto y sus alrededores para recibir y aclamar a Jomeiní (1902-1989), quien viajó acompañado de algunos de sus seguidores y de periodistas extranjeros.

Al llegar, uno de los periodistas le preguntó qué sentía por volver a Irán tras 14 años de exilio, a lo que Jomeini contestó con su famoso “nada”, una respuesta que causó controversia y que ha recibido numerosas interpretaciones.

Diez días después de este regreso triunfal, con la retirada de las tropas de las calles y la renuncia del Gobierno de Shapur Bajtiar, nombrado por el Sha, se anunció la victoria de la Revolución Islámica.

La llegada de Jomeiní, considerado un imán en Irán, se conmemora cada año en el lujoso mausoleo construido para albergar su tumba al sur de la capital, y es el pistoletazo de salida de las celebraciones por el triunfo de la revuelta contra el Sha.

“Que viva el recuerdo del imán Jomeini y perdure su recuerdo”, entonaron hoy los asistentes a la ceremonia, entre ellos niños, militares, mujeres cubiertas con el tradicional chador y algunos clérigos.

El ayatolá Ahmad Yanatí, presidente de la Asamblea de Expertos, dijo en un discurso que Jomeini logró que el islam recuperase su “dignidad” y enseñó a la población a luchar contra “la humillación de Occidente”.

“Imán creía que el islam podía gobernar y fundó un poder del que actualmente sois testigos pese a que durante los 40 años que han pasado desde la Revolución todo el mundo se opuso a nosotros”, subrayó el ayatolá.

Irán se enfrenta en la actualidad a una nueva ronda de sanciones económicas impuesta por Estados Unidos, que adoptó esta medida de presión tras retirarse del acuerdo nuclear que había firmado con Irán y otras cinco grandes potencias en 2015.

Además, responsables estadounidenses, como el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, señalaron el año pasado que Irán no llegaría a celebrar el 40 aniversario de la Revolución Islámica, el próximo 11 de febrero, por lo que en Teherán se ha llamado al patriotismo.

El presidente iraní, Hasan Rohaní, aseguró hace dos días, durante una visita a la tumba de Jomeiní, que el fundador de la República Islámica “no temía a las potencias extranjeras”.

“Él despertó la esperanza en un futuro mejor, un país independiente y el gobierno del pueblo y las reglas islámicas. La movilización de la sociedad iraní (con Jomeini) no tiene precedentes en la historia”, aseveró.

El viernes, en el mausoleo, los asistentes gritaron los tradicionales lemas de “Muerte a EEUU”, “Muerte a Israel” y “Muerte al Reino Unido”, y corearon “Alá es grande”.

Cientos de banderas iraníes poblaron asimismo el recinto, donde los niños estaban incluso organizados para formar la insignia nacional con chalecos y gorras de colores rojo, blanco y verde.

El ayatolá constituyó primero en París un Consejo de la Revolución Islámica y a su regreso a Irán nombró a Mehdi Bazargan, un veterano opositor al Sha, primer ministro de un gobierno interino.


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