Regé-Jean Page, duque de ‘Los Bridgerton’ y aspirante a James Bond

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Ni los Bridgerton ni los Featherton ni la mismísima reina de Inglaterra. La revelación de la temporada seriéfila está siendo un duque. El actor Regé-Jean Page, que interpreta al aristócrata Simon Basset en la ficción de Netflix Los Bridgerton, se ha convertido en el rostro del momento. Prácticamente desconocido hasta la fecha, el actor protagoniza los ocho capítulos de la primera temporada junto a la británica Phoebe Dynevor, que interpreta a Daphne Bridgerton, y ahora apunta maneras en el mundo actoral de tal manera que se le baraja como el próximo rostro de la saga del agente James Bond.

La curiosidad que ambos generan ha hecho que les hayan atribuido un romance que traspase la pantalla y llegue a la vida real. Sin embargo, ambos lo han negado. Page, de 31 años, y Dynevor, de 25, se han hecho buenos amigos a lo largo de los meses de rodaje. En una entrevista en el diario The Guardian, Dynevor contó que la grabación de la serie les había unido y que seguían estándolo. “Pasamos tanto tiempo ensayando juntos que nos convertimos en grandes compañeros”, afirmó. “Él ahora está en Los Ángeles pero tenemos mucha comunicación”.

Page vive en California ahora que se ha convertido en una estrella televisiva. Allí está desarrollando su carrera, que probablemente incluirá escenas en la esperada y ya anunciada segunda temporada de la serie —que se prevé para finales de 2021— pese a que ya no será su protagonista. Sin embargo, la producción le ha supuesto una visibilidad inesperada y un salto de calidad en su carrera. Hasta ahora su rostro no era demasiado conocido, y había aparecido en series como Raíces, que trata sobre la esclavitud, o la ambientada en un instituto Waterloo Roads, donde interpretaba a un alumno y en la que también apareció, aunque en un momento distinto, Dynevor, su partenaire de Los Bridgerton. Con una escueta carrera que empezó a desarrollar hace ocho años, su película más famosa hasta el momento era la postapocalíptica Mortal Engines (2018) y había hecho un pequeño cameo en la primera parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte (2010).

El actor ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el Reino Unido, país donde nació. Sin embargo, cuando era niño se mudó a Zimbabue, donde se crio. Desde allí regresó a Londres cuando tenía solo 14 años. Es el tercero de cuatro hermanos, su madre es una enfermera originaria del país africano y su padre era un predicador británico, por lo que desde niño ha vivido el racismo en un país donde los matrimonios interraciales no estaban aceptados socialmente. Por ello ha expresado en más de una entrevista que la representación de personas con distintos tonos de piel en Los Bridgerton le complace sobremanera. En la revista Square Mile, Page dijo: “No ayuda en nada cuando la gente dice que no ve el color (de la piel) … Por favor, hazlo, porque si no lo haces, no me ves. Y no ves el modo en el que camino por el mundo, ni comprendes las conversaciones que estamos teniendo sobre el color, porque para ti no existe”. Además, en otra charla afirmó que trataba de “romper los límites de lo que se considera ‘normal’ y eliminar las etiquetas”.

Tras regresar a Londres, en su adolescencia Page montó un grupo de música punk con su hermano y se tiñó el pelo de verde. El arte le llamaba y decidió estudiar en la prestigiosa Drama Centre London, una escuela de la que han salido alumnos como Colin Firth, Pierce Brosnan, Emilia Clarke o Michael Fassbender. Tras su graduación en 2013 llegaron las primeras obras de teatro, como una aclamada adaptación por parte de Jonathan Munby de El Mercader de Venecia en el teatro Shakespeare’s Globe en 2015.

Tras varios papeles secundarios, su oportunidad para incorporarse al universo de Shondaland —como se llama al universo de Shonda Rhimes, la creadora de Anatomía de Grey o Scandal— le llegó en 2018, con la incorporación a la serie For the people, una ficción de abogados producida por Rhimes. Ese fue su momento para que la todopoderosa productora se fijara en él. A él le llamó la atención ser parte de Los Bridgerton por las “historias de empoderamiento” que la serie transmitía, ha afirmado. Además, la incorporación de Julie Andrews al reparto —que pone voz a la narradora y firmante de la columna de cotilleos, lady Whistledown— también le hizo especial ilusión.

Estas semanas Page se ha convertido en foco de las entrevistas, donde ha desgranado anécdotas, desde que es un gran aficionado tanto a la música como al café, sin los que no puede pasar en los rodajes, hasta que tuvo que aprender boxeo, dicción o montar a caballo para la serie. También ha contado que las abundantes y explícitas escenas de sexo no han sido las más complicadas de rodar. Por ejemplo, han ensayado de forma incesante para dar credibilidad a los muchos bailes que interpretan, dedicando entre dos y tres días a cada uno de ellos. Pero sobre todo ha sido dura la cuestión física. Para la acción, Page se levantaba a las cinco de la mañana y entrenaba en un gimnasio y con un preparador personal, como le ha explicado a The Sun. “Me trataba fatal durante una hora y media cada mañana antes de que el día empezara. Saqué mi fuerza gracias a lograr sobrevivir a él”, bromeaba.

Las escenas de sexo eran exigentes. “Cuanta menos ropa llevas, menos cómodo es, porque los trozos de tu cuerpo que no se ven suelen estar tapados con cinta adhesiva. A menos ropa, más cinta. Y quitar la cinta no es agradable”, ríe. Para que su familia no pasara un mal trago viéndole, les avisaba por un grupo de WhatsApp de qué escenas en qué capítulos podían ser demasiado sensuales.

Gracias a una serie histórica, Page se ha convertido en uno de los rostros del momento. Su perfil de Instagram ha pasado en semanas de tener 20.000 seguidores a 3,5 millones. Su fama ha sido tal y tan inmediata que su nombre empieza a sonar para ser el próximo Bond, James Bond. Por ahora, habrá que esperar a ver sus próximos proyectos, aunque ya será difícil perderle la pista.




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