Renzo Piano en África



“El deseo no es solo construir un hospital. Se trata de crear una arquitectura modélica: racional, moderna, tangible, hermosa y arraigada en la tradición y el lugar”. El estudio de arquitectura Renzo Piano Building Workshop proclama que esa es la ambición del Centro de Cirugía Pediátrica que ha concluido en Entebbe, a 35 kilómetros de Kampala, la capital de Uganda. Se trata de un edificio que apuesta por el futuro con tanto afán como realismo. Sin embargo, los arquitectos puntualizan que el objetivo no era construir a cualquier precio, con este hospital el estudio confía en cimentar un cambio apoyado en la lógica, la tradición y los medios disponibles.
Aunque la inauguración se ha retrasado a septiembre debido a la crisis del coronavirus, el hospital –que cuenta con tres quirófanos y 78 camas– se ha concluido tras casi siete años de trabajo y negociaciones. Fue la ONG italiana Emergency la que buscó la ayuda de Piano y su estudio, unos arquitectos habituados al cambio de prioridades para encontrar respuestas a las necesidades específicas de cada encargo. En esta ocasión, y esto es clave, Piano trabajó de la mano de TAM Associati, un estudio con sede en Venecia desde 1996 con gran experiencia en África y, precisamente pero no solo, en la construcción de arquitectura médica que en 2013 obtuvo el Premio Aga Khan.

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Vista general del Centro de Cirugía Pediátrica de Entebbe proyectado por RPBW y TAM Associati. RPBW

En Uganda la falta de medios y la ambición de futuro dictaron una combinación paradójica: tradicional y futurista a la vez. Así, levantado con tapiales de tierra apisonada –“capaces de mantener una temperatura y humedad constantes” explican en TAM Associati–, “el edificio forma una unidad sin distinción con el lago, el parque, el interior del recinto y el lugar”, apunta el estudio de Piano.
La tierra apisonada es uno de los materiales más básicos del mundo, una técnica constructiva que se emplea para levantar las viviendas de buena parte de los habitantes del planeta. Piano apunta que, en África, esta técnica se asocia a la pobreza y que es fundamental darle la vuelta a ese prejuicio y devolverle la dignidad a un sistema lógico y sostenible que solo precisa tierra, grava y agua y no requiere mano de obra especializada.

El estudio del autor del Pompidou explica también que este hospital, “nacido de la tierra”, obtiene su energía del sol. Y en la unión de esos dos elementos reside el futuro que vislumbra Piano: la autosuficiencia energética que hace posible la humedad constante de los muros de tierra apisonada y la energía que captan los 2.600 paneles fotovoltaicos, el equivalente a un campo de fútbol. Esos paneles elevados sobre la cubierta coronan el edificio. De modo que captan energía y también producen sombra sobre el inmueble y los porches que lo rodean para asegurar la circulación ventilada de médicos, enfermeros y pacientes.
En el estudio de Piano anuncian el Hospital de Cirugía Pediátrica como “la primera obra de arquitectura en África diseñada por alguien que, durante décadas, ha escrito la historia de la arquitectura”. No hay duda de que Piano y su equipo han contribuido, y continúan haciéndolo, a construir la historia de la arquitectura actual. Tampoco existe ninguna duda sobre sus buenas intenciones, máxime cuando tanto el Building Workshop como TAM Associati han trabajado pro bono en este encargo de la ONG Emergencia. Sin embargo, resta por ver lo que Piano y su estudio aprenderán o reaprenderán al trabajar con pocos medios y tener que recurrir al ingenio para recuperar una relación lógica entre lugar, materiales, coste y mantenimiento. En ese terreno, la tradición constructiva ugandesa es una apuesta de futuro.


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