Revictimizando (de nuevo) a las víctimas | Artículo

Por Jacobo Dayán

La mal entendida austeridad también golpea a las víctimas. Así como la comunidad artística y científica, los centros de educación e investigación, grupos feministas y muchos otros han levantado la voz, ahora lo hace una dependencia del mismo gobierno.

La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) hizo público un posicionamiento sobre la reducción del 75% en los rubros de servicios generales que la llevará a una parálisis absoluta abandonando su misión. Tendrán que despedir a cerca del 60% de su personal; no podrá pagar ni la luz ni la renta, ni siquiera internet; se verá obligada a perder el resguardo digital del Registro Nacional de Víctimas; desaparecerá el área de traslado de víctimas y no será capaz de ofrecer asesoría legal, entre muchísimos otros problemas que generará el recorte.

Hay que reconocer el valor de la CEAV de hacer pública su postura. Al mismo tiempo llama la atención la falta de precisión de SEGOB que solo se ha pronunciado de manera ambigua diciendo que “no se dejará de prestar apoyo integral a las víctimas” y “tampoco se desistirá de defender, promover y garantizar los derechos humanos” pero no aclara si los recortes a la CEAV y a la Comisión Nacional de Búsqueda, entre otros permanecen o no. Por su parte el Secretario de Hacienda tuiteó que “…Nos aseguraremos de que tengan los recursos suficientes independientemente del mecanismo presupuestal a través del cual operen”. Siguen las preguntas de cómo y cuándo.

Aprovechando que el gobierno decide voltear a ver la agenda de víctimas habría que preguntarles si van a cumplir con su obligación de mantener el Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral que no ha sido fondeado desde hace tiempo o ese no recibirá los recursos que por ley debería tener y no tiene para dar respuesta a las miles y miles de víctimas que hay en el país y que se siguen acumulando.

LA CEAV ya venía con muchos problemas. Un marco legal no apropiado, un modelo federal que genera tratos diferenciados por estado, la carencia de modelos administrativos de reparación, una falta de compromiso de parte de secretarías de Estado en el modelo de reparación (educación, vivienda, salud, empleo, etc.), reparaciones integrales imposibles de lograr en una realidad donde la verdad y la justicia jamás llegan, un Estado que sigue siendo incapaz de saber cuántas personas se encuentran desaparecidas y un largo etcétera.

Es importante recordar que desde la sociedad civil se establecieron mesas de diálogo y construcción de políticas públicas con este gobierno durante la transición. El modelo de reparación era una de esas mesas. El gobierno decidió abandonar la agenda a pesar de que el presidente repite y repite que son su prioridad número uno. La Caminata por la verdad, la justicia y la paz en enero de este año le recordó al gobierno su obligación y compromiso al entregarle, de nuevo, al final de la caminata desde Cuernavaca, los documentos trabajados en conjunto. Desde entonces no ha habido respuesta como no la ha habido desde que asumieron el poder.

La agenda de víctimas está abandonada. Debilitar instituciones no es el camino. Ni la verdad, ni la justicia, ni la búsqueda de desaparecidos, ni la reparación, ni las garantías de no repetición son relevantes para este gobierno. No solo por este recorte, o amenaza de recorte, que solo le daría la puntilla a instituciones que deberían ser fortalecidas sino por el abandono de toda la agenda.

Hay que reconocer el valor de la CEAV que desde el gobierno levantó la voz y puso el tema a debate.

Aunque el gobierno dé marcha atrás, como lo ha hecho con otros recortes, no sería suficiente para mostrar una verdadera preocupación por las víctimas que continúan exigiendo verdad, justicia, búsqueda, reparación y garantías de no repetición. Si son su prioridad debe plasmarlo en los hechos con una agenda seria de justicia transicional que tiene en sus manos.

Una vez más, un gobierno más, revictimiza a las víctimas.

 

Jacobo Dayán

Seguir a @dayan_jacobo

Especialista en derechos humanos y analista internacional. Fue Director de contenidos del Museo Memoria y Tolerancia de la ciudad de México.

*La opinión aquí vertida es responsabilidad de quien firma y no necesariamente representa la postura editorial de Aristegui Noticias.




Source link