River traumó a Boca


River logró algo que tal vez sea aún más relevante que su funcionamiento. Traumó a Boca. Le impuso otra vez condiciones en el juego. Y fundamentalmente le rompió la cabeza. Es capaz de hacerle un gol a los pocos minutos de empezar el partido por un penal detectado por el VAR. Es capaz de desarmarle el planteo al entrenador rival y que al final termine desdibujado, como si Alfaro se hubiera olvidado por el golpe de que la semifinal dura 180 minutos. Es capaz de hacer sentir a gran parte del mundo exterior que la serie está cerrada aunque sólo terminó 2 a 0 en el Monumental. Es capaz de todo eso porque es el mejor equipo de la Argentina. Y el fútbol a larga tiene lógica. Puede haber un accidente en un partido pero al final de cuentas gana el mejor. Así pasó en el partido de ida, una película repetida desde que Gallardo se sentó en el banco de River. Su equipo disfruta. Hace delirar a su gente. Boca lo padece al borde del diván. Y todo parece temblar otra vez. como cuando perdió en Madrid.



Alfaro contó en la rueda de prensa que les había pasado un video a sus jugadores con las simulaciones de River. Más allá de que sonara un tanto insólito que hablara de eso en vez de las diferencias en el juego, el técnico de Boca alertó a su plantel de esta situación. A los siete minutos de juego Más le hizo un penal a Borré cerrando hacia la derecha, su pierna menos hábil, aunque marcaba de frente Izquierdo… El plantel de River es mejor que el de Boca. Tiene más jerarquía, un entrenador que lleva 5 años de trabajo, una diferencia de carácter en estos partidos y por momentos más inteligencia. Ese penal fue poco inteligente. Desde allí, sin hacer diferencia en el resultado, River volvió a imponer condiciones. Boca no jugó tan tirado atrás como en el torneo local, más allá de que repitió el invento de Soldano de volante por derecha pese a ser centrodelantero. El entrenador lo volvió a exponer. Así Boca tuvo una jugada clave, un mano a mano que Capaldo definió por arriba. Es un volante que no aparece mucho en el área. En todo caso el problema es que Boca no puede jugarse el pase a la final de la Copa a una sola jugada.

Boca después se desdibujó. Alfaro empezó a revolear todos los jugadores ofensivos que había guardado. Tevez pasó de tener pocos minutos a ser el primer cambio. Entró Salvio pese a venir tocado muscularmente. Ingresó Mauro Zárate. Ya no importaba que Boca estaba partido y que en el camino River se había puesto 2-0 con un gol de Nacho Fernández, el mejor jugador de la Argentina según la calificación de Riquelme, después de una muy buena jugada colectiva. Allí River le hizo precio a Boca. Los dos goles de diferencia fueron poco cuando el partido fue ganando minutos. Boca se presentó para un cachetazo que terminara la serie antes de ir el 22 de octubre a la Bombonera. Tiene razón Gallardo cuando declara que si alguien se detiene a hablar del árbitro es porque la está camiseteando. El penal fue penal. Y si bien pareció exagerada la roja a Capaldo, antes debió irse expulsado Lisandro López y le perdonaron la tarjeta. La diferencia estuvo en otro lado. En la búsqueda de River, en la inteligencia de Enzo Pérez, en el encare de De la Cruz. En fin, en que River ratificó que es el mejor de todos más allá de cualquier planteo.


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