Roberto Mancini y Gianluca Vialli, los entrenadores que ganaron la Eurocopa con Italia, han utilizado sociedades en Islas Vírgenes Británicas

El entrenador de Italia, Roberto Mancini (izquierda), con el jefe de delegación Gianluca Vialli, antes de uno de los partidos de la Eurocopa
El entrenador de Italia, Roberto Mancini (izquierda), con el jefe de delegación Gianluca Vialli, antes de uno de los partidos de la EurocopaALESSANDRO GAROFALO (Reuters)

Roberto Mancini y Gianluca Vialli son el entrenador y el jefe de delegación de la selección italiana de fútbol, que este verano ganó la Eurocopa y que ha enfilado la cifra récord de 37 partidos seguidos sin perder, una racha interrumpida este miércoles por la noche por España. Son también excompañeros de equipo en la mítica Sampdoria que ganó el título de Liga en Italia en la temporada 1990-1991. Y, también, son beneficiarios de sociedades instrumentales en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas. Mancini mantuvo un avión a través de su sociedad; Vialli la usó para gestionar inversiones personales.

Usar una sociedad radicada en un paraíso fiscal es legal. Estas compañías se benefician de la baja tributación y del secretismo de las jurisdicciones donde están registradas. El problema es qué se hace con ellas y lo que implica su uso: se calcula que los paraísos fiscales cuestan a los gobiernos mundiales entre 400.000 y 800.000 millones de euros en impuestos cada año, dependiendo de las estimaciones.

El avión de Mancini

Roberto Mancini, nacido en Iesi (Ancona, Italia), es un héroe del fútbol italiano. No en vano, fue el responsable de la victoria de la selección nacional en la Eurocopa del pasado verano. Lo que hasta ahora no se sabía es que ha controlado una sociedad radicada en las Islas Vírgenes Británicas desde diciembre de 2008. A través de ella ha mantenido y luego vendido un avión privado de marca Piaggio. Con la amnistía fiscal del Gobierno italiano, intentó devolver a Italia su patrimonio en esas islas del Caribe.

La historia, reconstruida por L’Espresso, socio italiano del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) en los Papeles de Pandora, comienza en abril de 2008, cuando se estableció Bastian Asset Holdings con sede en el Caribe. Al mes siguiente Mancini perdió su puesto como técnico del Inter, cobró una indemnización por despido de ocho millones de euros y permaneció en paro hasta diciembre de 2009, cuando fue contratado por el Manchester City. Mientras tanto, exactamente un año antes de empezar con el equipo inglés, Mancini ya se había convertido en el único accionista de Bastian, empresa radicada en un paraíso fiscal propietaria de un avión Piaggio P180 Avanti comprado por siete millones de dólares (algo más de seis millones de euros) en noviembre del mismo año.

El 13 de enero de 2009, Bastian recibió un préstamo de 5,5 millones de dólares (4,7 millones de euros) de SG Equipment Finance Schweiz AG, una compañía financiera con sede en Zúrich. Como garantía, esta empresa suiza pignora tanto el avión como las acciones de Bastian.

En noviembre de 2009, sin embargo, la situación volvió a cambiar: Mancini volvió a la plena posesión de las acciones y al mes siguiente, cuando estaba a punto de iniciar su nueva aventura en Mánchester, escribe a una oficina de financieros de Milán, Fidor-Fiduciaria Orefici, para anunciar que tiene “la intención de aprovechar las oportunidades que ofrece la reciente legislación italiana sobre la aparición de activos en el extranjero”.

El momento no es casual. La ley de “escudo fiscal”, impulsada por el entonces ministro Giulio Tremonti, estaba a punto de expirar. La norma facilitaba el ingreso en Italia de todo aquel capital que hubiera sido exportado al extranjero ilegalmente. Era necesario apresurarse, para aprovechar las ventajas que ofrecía esta amnistía, que garantizaba la no punibilidad de los delitos fiscales con el pago de una suma global equivalente al 5% del valor de los activos mantenidos en el exterior.

No sabemos si Mancini llegó a utilizar esta herramienta legal, como anunció en su carta. Para conocer su versión de los hechos, L’Espresso envió un correo electrónico a Silvia Fortini, esposa y abogada de confianza del seleccionador nacional. Sin embargo, la solicitud quedó sin respuesta. Este abogado, indican los documentos, se ocupó del avión registrado a nombre de la empresa caribeña, vendido en octubre de 2011. En los estados financieros de ese año consta que el Piaggio P180 era el único activo de la empresa, que por tanto “será liquidada”.

El ‘trust’ de Vialli

Gianluca Vialli siempre ha estado vinculado a Roberto Mancini, su compañero de equipo hace 30 años. El nombre del exdelantero que acompañó a la selección italiana como jefe de delegación al Campeonato de Europa en julio aparece en los Papeles de Pandora vinculado a la sociedad en paraísos fiscales Crewborne Holdings Limited, establecida en 1998. Otra sociedad, Belvedere Investments Limited actúa como representante (fiduciario) en nombre del Gianluca Vialli Family Trust.

Los documentos indican que la fuente de los fondos de esas estructuras es patrimonio “personal”. Entre 2008 y 2013, los derechos de imagen de Vialli se transfirieron a Crewborne Holdings, pero en los documentos no se menciona cómo fueron explotados. Pero también aparecen varios préstamos, que van de 319.000 euros en 2009 a 4,1 millones de euros en 2012. Se trata de préstamos sin intereses pagaderos a la vista. ¿De dónde viene este dinero? El acreedor es Belvedere Investments, que, como se mencionó, actúa en fideicomiso, en nombre de Gianluca Vialli Family Trust.

La mayor parte de los fondos que presta Belvedere se destinan a financiar la empresa portuguesa Fish Eagle Trading e Servicos, establecida en el paraíso fiscal de Madeira, mientras que una participación mucho menor se entrega a Claudio Giacopazzi, amigo de toda la vida de Vialli. En su perfil de Linkedin, Giacopazzi se define a sí mismo como “asesor senior” de Fish Eagle, que se especializa en la producción y distribución de materiales digitales en la industria del entretenimiento. El propio Giacopazzi añade también que fue, desde junio de 2011 a junio de 2014, el “director general” de Geniaware srl, una casa de software en Reggio Emilia que desarrolló el videojuego Lords of Football, para el que Vialli actuó como consultor.

Los balances de Crewborne revelan que la compañía BVI también ha invertido en el fondo cerrado BC European Capital VIII, administrado por BC Partners de Londres. Justamente BC Partners habría estado interesado, según rumores recogidos en enero por el diario económico italiano Sole 24 Ore, en comprar acciones del Inter de Milán a sus dueños, los accionistas de la empresa china Suning, aliándose con Vialli y con Fausto Zanetton, exbanquero de Goldman Sachs y Morgan Stanley. Zanetton y el exfutbolista fundaron Tifosy, una plataforma de financiación colectiva de Londres, que permite a los aficionados invertir en clubes deportivos.

L’Espresso se puso en contacto con Gianluca Vialli para preguntarle sobre Crewborne, liquidado en 2017, y sus otras inversiones. El exfutbolista, a través de un mensaje de texto, solo contestó que era ciudadano británico, agregando únicamente que sus “inversiones comerciales” están “registradas y administradas” en cumplimiento de la normativa fiscal.


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