La Champions vuelve este martes, y lo hace con un partido de ida de octavos de final en el Parque de los Príncipes que enfrenta a la deslumbrante ambición del Paris Saint-Germain con la aristocracia clásica del Real Madrid. El club blanco llega a la capital francesa con un ramillete de futbolistas jóvenes en los que confía como germen de su siguiente época dorada en la Copa de Europa, entre ellos Rodrygo Goes (Osasco, Brasil; 21 años), que charló la semana pasada con EL PAÍS desde Valdebebas a través de videollamada, por los protocolos anti covid del club. El brasileño, ya en su tercera temporada con el Madrid, mostró desde el principio una sintonía especial con la Champions: ha marcado siete goles en 941 minutos, mientras que en la Liga lleva tres en 2.622.
Pregunta. Debutó en la Copa de Europa, como titular, en un partido comprometido contra el Galatasaray y en su segundo partido marcó tres goles. ¿Qué tiene con esta competición?
Respuesta. No sé, creo que es fruto de mi entrenamiento. Creo que las cosas me salen muy bien en esta competición y creo que es lo natural, es lo que estoy acostumbrado a hacer. Todo lo que hago en esta competición es lo que estoy acostumbrado a hacer y espero poder hacer todo lo que hago en la Champions en las otras competiciones también. Creo que mi versión de la Champions es lo que soy y es lo que voy a mostrar a toda la gente.
P. ¿Veía estos partidos cuando era niño en Brasil? ¿Cuál es su mejor recuerdo?
R. Mi mejor recuerdo de la Champions es la décima del Madrid. El Madrid siempre fue el equipo que más me gustó de Europa, y la décima, cuando Sergio Ramos empata el partido, es el mejor recuerdo que tengo. Grité mucho en mi casa. Estaba muy feliz, porque había sido un partido muy difícil y en el minuto 93 Sergio hace el gol… Este es mi mejor recuerdo.
P. Todavía estaba viendo el partido en el 93 confiando en que el Madrid remontara. ¿Usted es de los que creen?
R. Claro, si estás en el Madrid tienes que creer hasta el final. Y yo ya tenía esto desde niño.
P. El sorteo les emparejó precisamente con el equipo de Sergio Ramos. ¿Ha hablado con él?
R. No, no hemos hablado nada. Creo que él está centrado ahí en el PSG y nosotros aquí en Madrid. No hablamos nada, para llegar al partido bien. Estamos concentrados, solo pensamos en lo de aquí y dejamos a la gente de allí tranquila.
A veces en casa soy muy muy brasileño, cuando estoy con mis amigos, soy muy brasileño; y luego en otros sitios soy más tranquilo; soy un poco de los dos
P. Tienen una delantera espectacular y a alguno lo conoce bien: Neymar, Messi y Mbappé. ¿De quién tiene que tener más miedo el Madrid?
R. Creo que de los tres. De todos los jugadores del PSG, que son muy buenos. Está claro que los tres de arriba son los que más nombre tienen, los mejores, pero todo el equipo del PSG es muy bueno, y tenemos que tener no miedo, pero sí respeto y cuidado con ellos. Sabemos que son muy buenos y si los dejamos libres nos pueden hacer daño.
P. ¿Cree que a Mbappé le puede afectar el interés que mostró el Real Madrid en verano?
R. No sé, es una pregunta que no sé contestar.
P. Para usted, el fútbol se puso serio muy pronto. Con 11 años ya firmó un contrato con Nike. ¿Le dio tiempo a disfrutarlo como juego?
R. Creo que he tenido las dos partes. Sé que es muy serio, pero yo intento siempre disfrutar. Yo sé que es serio, sé que tengo una responsabilidad, pero es la cosa que me más me gusta hacer en mi vida. Intento disfrutar siempre con responsabilidad. Y es lo que hago desde mis 11 años, desde que empecé a jugar en la cantera del Santos.
Mi padre estudia los partidos conmigo. Siempre ve contra quién voy a jugar. Cada partido me dice una cosa: “Este lateral juega así”. Le gusta ver cómo juegan los otros
P. Su padre también jugaba y lo dejó más o menos cuando se puso serio para usted. ¿Iba a verle cuando jugaba?
R. Sí, lo recuerdo. Yo siempre iba con él. Cuando tenía vacaciones de la cantera iba a la ciudad en la que él estaba y me quedaba todas las vacaciones con él y el equipo con el que estaba. Le acompañaba en casi todo y me acuerdo de muchas cosas.
P. ¿Había algo de lo que él hacía en el campo que quería imitar o algo que haga ahora que se parezca a lo que hacía él? ¿O ya hace todo mucho mejor?
R. Ya hago todo mucho mejor [ríe]. No se lo digo a él. Me gustaba cómo tiraba las faltas, que tiraba muy bien, centraba muy bien. Pero él era lateral, y yo soy delantero. No era la misma posición. Pero, claro, hay cosas que él hacía bien que yo quería hacer también, como tirar faltas o que centraba muy bien.
P. ¿Hablan mucho de fútbol?
R. Sí. Hablamos de todo, pero de fútbol es de lo que más hablamos, porque es lo que más nos gusta, pero hablamos de todo. El fútbol siempre está en nuestra vida y entonces siempre vamos a hablar de eso.
P. ¿Le da muchos consejos o se mantiene más al margen?
R. Siempre me aconseja mucho, porque él está fuera y puede ver cosas que yo ahí dentro no puedo ver. Es más difícil para nosotros, que estamos dentro. Él siempre que puede me ayuda con algo. “Podrías hacer algo así, no podrías hacer algo así…”. Está fuera y ve muchas más cosas que nosotros dentro. Y él me ayuda mucho con esto.
P. ¿Hay algo en lo que insista siempre?
R. Él dice muchas cosas, siempre me ayuda mucho. Estudia los partidos también conmigo. Siempre ve contra quién voy a jugar. Cada partido me dice una cosa: “Este lateral juega así, tienes que…”. No “tú tienes que hacer”, ¿sabe? Pero sí “puede ser que esto va a salir bien”. Me dice estas cosas. Le gusta ver cómo juegan los otros.
Modric es muy bueno. Hace todo muy fácil. Le vemos hacer las cosas y pensamos: “Eso es fácil”. Pero vamos a intentar hacerlo y vemos que no es fácil.
P. En el equipo está Modric que tiene más o menos la edad de su padre y con quien usted tiene muy buena relación. ¿Es más padre o compañero?
R. Un poco de los dos, claro. No es mucho la relación de padre, porque no es mi padre; es más como un amigo, un compañero. Pero muchas veces me dice cosas que mi padre también me dice. Por eso siempre digo que él es mi padre, y también por la edad. Esto empezó así: estábamos hablando y él me preguntó cuántos años tenía mi padre y cuando se lo dije… “Tiene la misma edad que yo”. Y dice: “Tú ahora me respetas, que tengo edad para ser tu padre”. Y ahí empezó esta broma, y ahora siempre le llamo padre y él a mí, hijo. Y así tenemos una buena relación.
P. Al llegar al Madrid, ¿quién le llamó más la atención al verlos de cerca?
R. Modric.
P. ¿Por qué?
R. Es muy bueno. Hace todo muy fácil. Le vemos hacer las cosas y pensamos: “Eso es fácil”. Pero vamos a intentar hacerlo y vemos que no es fácil. Y él hace parecer todo fácil. Y es lo que más me impresionó. Yo lo veía jugar en la tele y pensaba: “Sí, es muy bueno”. Pero cuando lo he visto cerca, en el campo con él, he dicho: “No, es mucho mejor de lo que pensaba”. Fue el que me sorprendió más, pero son todos muy buenos.
P. Casemiro contaba que cuando llegó al Madrid vio que la pelota iba muy rápido y que pensó que no iba a ser capaz de jugar a esa velocidad. ¿A usted le pasó algo así?
R. Esto también me llamó la atención, porque en Brasil los campos no son tan rápidos como aquí. Los primeros entrenamientos yo veía el balón muy rápido y yo también pensaba: “No puedo jugar así”. Pero pude adaptarme rápido. Ahora ya no es un problema, pero cuando llegué, pensaba: “Madre mía, el balón viene muy rápido, ¿cómo voy a controlar así, cómo voy a chutar?”. Es una de las cosas que más me sorprendió.
P. Hazard dijo en su presentación que tenía un poco de espíritu brasileño en cómo veía el fútbol. A veces, usted, siendo brasileño, parece más europeo. ¿Es así, más sobrio, o aún no se ha visto todo su potencial?
R. Depende, pero está claro: todavía no se ha visto todo mi potencial. Yo tengo en mi cabeza que todavía no jugué todo lo que sé aquí en el Madrid. Estoy entrenando cada día para mejorar y que puedan ver mi mejor versión. A veces en casa soy muy muy brasileño, cuando estoy con mis amigos, soy muy brasileño. Y luego en otros sitios soy más tranquilo. Soy un poco de los dos, tengo una mezcla ahí.
P. ¿Si se suelta, vamos a ver más fantasía?
R. Sí, sí. Es lo que más me gusta hacer y poco a poco vamos a ver más.
P. Usted, que conoce bien a Vinicius, ¿cómo explica su cambio de la temporada pasada a esta? ¿Qué ha hecho?
R. Creo que es fruto del trabajo que él estaba haciendo desde que llegó aquí al Madrid. Antes de llegar aquí yo hablaba con él y veía todo lo que hacía. Después llegué también, y estábamos entrenando juntos y él siempre ha entrenado bien, pero puede ser que las cosas no salían en los partidos. Ahora empezaron a salir y estamos muy contentos porque vemos toda la dedicación que tiene. Y que las cosas le salgan bien en el partido nos alegra mucho. Nos ayuda mucho también al Madrid.
P. Volviendo a su lado más brasileño. En los últimos meses ha compartido vídeos y fotos en los que aparece tocando el cavaquinho [un instrumento de cuerda parecido al ukelele usado habitualmente en la samba]. ¿Desde cuándo toca?
R. Desde el año pasado. Era un instrumento que siempre quise aprender, pero no es que no tuviera tiempo, pero prefería hacer otras cosas. Pero un día le dije a mi madre: “Mamá, voy a aprender a tocar el cavaquinho sí o sí”. Hay un chico que conozco que toca, y me ha enseñado. Tuve cinco clases y ya estaba tocando. Ahora ya no tengo más clases, y voy a seguir aprendiendo solo. Todavía no soy muy bueno, pero sí que sé tocar.
P. ¿Ya tiene nivel como para tocar el Brasileirinho de Azevedo [una pieza muy popular ya de cierta dificultad]?
R. No, no mucho. Una musiquita u otra puedo tocar.
P. ¿En su casa, tiene más gente con la que tocar?
R. Yo toco el cavaquinho, y algunos amigos míos el tantã [una especie de tam tam]. Samba brasileña en casa.
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