Si Alfonso VIII, su fundador allá por 1.186, levantara la cabeza, vería como Plasencia se hizo y se sigue construyendo para agradar a Dios y a los hombres, tal y como reza el lema otorgado a su escudo desde entonces :Ut placeat Deo et hominibus. Un sentimiento especial inunda estos días las calles de Plasencia. Un sentimiento profundo y sincero basado en unos pilares centenarios, un valiosísimo legado patrimonial y humano que transciende más allá de esta ciudad, antesala del florido Valle del Jerte, así como de las comarcas del norte extremeño, una de las zonas más fascinantes de España.
Semana Santa
Una ciudad dinámica que se entrega a su día a día más terrenal, a la que vez que mantiene su conexión con la fe gracias a una Semana Santa casi milenaria. Y en este 2022, con una nueva propuesta a medio camino entre el cielo y la tierra: la exposición sacra de Las Edades del Hombre, un acontecimiento cultural y artístico de carácter mundial que desembarcará en la Catedral el próximo mes de mayo.
La Semana Santa en cifras
La Semana Santa de Plasencia tiene más de 800 años de historia a sus espaldas, un hito que la convierte en la más antigua de Extremadura y una de las más longevas de España con cofradías del siglo XIII. Partiendo de esta premisa, podemos comenzar a comprender la relevancia que tiene esta celebración para la ciudad. Una relevancia que quiere seguir creciendo, ya que la Semana Santa placentina aspira a ser declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, escalando así un peldaño más en la actual catalogación que ostenta como Fiesta de Interés Turístico de Extremadura desde el año 2012.
El expediente para este reconocimiento ya está en marcha y en la ciudad es palpable gracias a iniciativas puestas en marcha desde la Unión de Cofradías que a primera vista han conectado con los comerciantes y vecinos de la ciudad. Una de las más recientes ha sido la elaboración de 15.000 triángulos morados para que los placentinos los coloquen en balcones, puertas y ventanas. Según el presidente de la Unión, Pedro Cordero, se trata de “una oportunidad para que los vecinos y vecinas de Plasencia puedan mostrar su cariño y su apoyo hacia esta fiesta tan importante no sólo para el mundo cofrade sino para toda la ciudad, puesto que de estos días nos beneficiamos absolutamente todos”.
Historia de los pasos
La historia de la Semana Santa de Plasencia se palpa a través de sus protagonistas y de las imágenes que podemos ver en los pasos. La ciudad cuenta con un total de 11 cofradías que suman alrededor de 3.500 cofrades y hermanos, aunque el total de penitentes ronda los 10.000, una cifra que simboliza muy bien hasta dónde llega el halo que envuelve esta fiesta y su significado. Algunas de estas cofradías datan del siglo XIII. Es el caso de la Muy Antigua Franciscana y Venerable Hermandad de la Santa Vera Cruz, que, además, es una de las primeras fundadas en España. La cofradía se remonta a los momentos fundacionales del Convento de San Francisco. Lugar elegido por el propio San Francisco De Asís al visitar Plasencia siguiendo la invitación de Alfonso VIII. Fray Alonso Fernández la describe ya en 1627 con «pasos de mucha devoción» en la noche del Jueves Santo. Desfilaba con «disciplinantes». Tenían para ello en el mismo convento de San Francisco una capilla propia llamada «Capilla de Sangre». Su actual etapa gloriosa comienza en 1950 gracias a la «Junta de Fomento de la Semana Santa Placentina».
Desde la más antigua hasta la de más reciente nacimiento, un total de 25 pasos salen a las calles durante los 12 desfiles procesionales que se desarrollan. Entre ellos podemos encontrarnos con tallas que son auténticas obras de arte. Es el caso del Cristo del Santo Sepulcro, de autor desconocido y realizado en el siglo XVI. Destaca por estar construido en corcho policromado en gran estado de conservación. Esta sorprendente particularidad hace que estemos ante una escultura única en el mundo. Otro de los pasos destacados es el de la Sagrada Cena, escultura majestuosa y monumental realizada por José Jerique en 1930 en la que podemos ver representado a Jesús con los apóstoles. Precisamente el maestro Jerique y la escuela valenciana están detrás de la mayoría de las esculturas que protagonizan las imágenes. Igualmente, reseñable es el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, una talla del siglo XVI de madera policromada y autor desconocido que destaca porque las heridas del costado están representadas con material de cuero incrustado. También sorprende el Cristo de la Agonía, talla del mismo siglo que la anterior. Según la tradición, está inspirada en un cadáver.
Plasencia puede presumir de contar con una amplia riqueza patrimonial que en el caso de la Semana Santa configura un escenario de excepción. No en vano, estamos en la ciudad de las dos catedrales, la Catedral Vieja (XIII) y la Catedral Nueva (XVI), ambas unidas por un claustro en el que el estilo románico y el gótico se unen en una bella estampa que fusiona ambos templos convirtiéndolos en un conjunto arquitectónico único y diverso.
Basta con recorrer la ciudad para darse cuenta del peso que la simbología religiosa ocupa aquí. Buena prueba de ello son hasta las 11 iglesias parroquiales a las que hay que sumar las iglesias que no se usan ya como parroquias, las 4 ermitas o los 8 conventos que podemos encontrarnos entre las callejuelas del Casco Antiguo.
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