Un apagón en casa siempre llega en mal momento. No solo deja a todos a oscuras, sino que además puede arruinar el trabajo de horas en el ordenador, echar a perder una larga partida a Fortnite o destruir definitivamente fuentes de alimentación de computadoras, consolas y demás equipos conectados a la red eléctrica. Ante esta realidad, los SAI (por sus siglas, Sistema de Alimentación Ininterrumpida) pueden ser un accesorio útil.
¿Qué es un SAI exactamente? Un sistema de alimentación ininterrumpida es un dispositivo que se enchufa a la red eléctrica (la toma convencional de casa) al cual se conectan los equipos que se desean proteger. Los SAI hacen de puente entre el enchufe de casa y los dispositivos que se conecten a él y tienen un doble cometido: protegen el hardware frente a la inestabilidad de la tensión (desde apagones a simples picos) y dar un tiempo extra de conexión gracias a la batería incorporada. Estos minutos extra permiten salvar los datos o apagar los equipos de forma ordenada.
El impacto de un apagón, tormenta o una sobrecarga en la red eléctrica en los equipos conectados alcanzó en Estados Unidos la cifra de 2.000 millones de dólares en pérdidas en hardware atribuibles únicamente a estos elementos. Pero no es necesario que caiga un rayo en la zona para provocar el desastre: una sobrecarga o caída puntual en la red pueden provocar daños irreparables en ordenadores, ruters, consolas y demás equipamiento electrónico. Cuando salta el automático, las consecuencias pueden ser mucho peores, como vemos, que tener que recurrir a una linterna para moverse dentro de casa.
La pandemia y el auge de los videojuegos disparan sus ventas
Los SAI son viejos conocidos en las empresas, fundamentalmente para proteger a los servidores ante una posible pérdida de datos. Ahora están usándose cada vez más en casa. La pandemia y los confinamientos han generalizado el trabajo desde casa en muchos casos, pero también ha motivado que se juegue mucho más a los videojuegos que antes. Las cifras no dan lugar a interpretaciones: el consumo de juegos on line ha crecido un 75% en España el último mes, un crecimiento que sitúa al gaming como elemento de ocio de mayor auge del momento.
“Cuando un jugador sufre un corte de luz y está inoperativo durante un tiempo puede perder una partida de clasificación, la final de un torneo o que el streaming que esté haciendo se caiga”, explica Juan Manuel López, responsable de ventas de Eaton, uno de los principales fabricantes de SAI, “todo ello tiene una consecuencia fundamental: la pérdida de dinero por no clasificarse, ganar o no seguir retransmitiendo en directo”.
Los SAI ‘saltan’ a los domicilios
La nueva normalidad sitúa a los sistemas de alimentación ininterrumpida con un dispositivo casi obligado para quien trabaje desde casa en un ordenador de sobremesa o para quien se dedique profesionalmente a los juegos. ¿Es recomendable para el resto de los hogares? “Son dispositivos muy recomendables”, afirma Fernando Suárez, presidente del consejo general de colegios de ingeniería informática, “especialmente si usamos equipos sobremesa, ya que estos no incorporan fuentes de alimentación externa como los portátiles y pueden evitar muchos quebraderos de cabeza a los usuarios”.
La gama de SAI en el mercado es variada y cubre un amplio abanico de precios, aunque no es imperativa su adquisición. “Un SAI puede ser útil y recomendable para usuarios que tengan una instalación eléctrica inestable”, explica Josep María Sempere, subdirector de Eurogamer, y que plantea como alternativa a los picos de la red “una opción mucho más económica comprar una regleta de calidad con protección para sobretensión”. Esta solución low cost puede esquivar las averías pero no el apagado inmediato del equipo, que sí evitan los SAI.
Qué hay que tener en cuenta a la hora de comprarlos
Conviene recordar que los sistemas de alimentación ininterrumpida provienen del mundo de las empresas y de ahí han ido evolucionando hacia el usuario doméstico; esta aclaración es importante porque la gama de SAI es muy elevada en función de las necesidades del cliente y del mercado al que se dirijan. “Los precios varían mucho dependiendo principalmente de su capacidad, es decir, de la cantidad de energía que pueden acumular”, explica Suárez, “muchos incluyen software que permite un apagado programado de los dispositivos, por ejemplo, si la carga baja de un porcentaje establecido”. Este experto aclara que para un entorno doméstico “no es necesario que la carga tenga una duración de horas”.
A la hora de adquirirlos hay que tomar en consideración el número de dispositivos que se van a conectar y la autonomía que ofrecen en caso de apagón. Para un usuario doméstico “bastarán unos diez minutos para que nos dé tiempo a guardar y no perder el trabajo o progreso del juego”, según Sempere. Este experto recomienda asimismo comprobar si la batería del SAI puede ser sustituida por el propio usuario cuando esta se agote con el paso de los años. Se trata, en definitiva, de una inversión que para el usuario particular girará en torno a los 100 euros pero que garantizará males mayores en caso de inestabilidad en la red o una tormenta.
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