Samuel Eto’o: “Cuando se vayan Messi y Cristiano, el único dios que veremos será Mbappé”


El choque de un meteorito contra la Tierra fue a la extinción de los dinosaurios lo que la irrupción de Samuel Eto’o (Douala, Camerún, 1981) a la extinción del delantero centro tanque en el fútbol de máximo nivel. Superada la fiebre postrera de Diego Costa quedan resabios ligeramente más ágiles, como Morata o Lewandowski, en un universo que exige demasiada movilidad para los pesos pesados. Eto’o, que sigue los partidos de España con la pasión de quien tiene algo más que un pasaporte español, contempla la Eurocopa con una sonrisa compasiva desde Doha. Allí se encuentra colaborando con Generation Amazing, el proyecto de desarrollo social a través del fútbol de base que impulsa la organización del Mundial de Catar 2022 en Omán, Nepal, Pakistán, Jordania, Líbano, Filipinas, la India y Haití.

Pregunta. ¿No cree que a partir de usted cambió la historia del delantero centro, y empezaron a desaparecer los tanques del área para proliferar esos puntas que tiran muchos desmarques, y que vemos ahora en la Eurocopa, como Ganbry, Cristiano o Mbappé?

Respuesta. Lo que yo he sido es el resultado de haber conocido a toda la gente que me ayudó. Sin ellos yo no habría podido llegar y no dejo de agradecerlo cada día, sobre todo a quienes me orientaron cuando llegué a España con 15 años. Creo que el fútbol cambió. No por mí, sino por una de estas personas, que ya no está en este mundo, y que fue quien empezó a meter este tipo de delanteros. Me refiero al sabio Luis Aragonés, que en paz descanse. Yo solo jugaba. Pero él me decía: “¡Negrito! ¡Rompe atrás! ¡Aunque no te la den, rompe atrás!”. Y yo solo lo hacía. Y tenía un fenómeno a mi espalda que me veía hasta cuando la luz se apagaba, que era Ariel Ibagaza. ¡Y yo las enchufaba!

El fútbol cambió. No por mí, sino porque Luis Aragonés empezó a meter otro tipo de delanteros. Luis está muy por encima de todos los demás entrenadores

P. ¿Usted le marcaba el pase a los centrocampistas que lo asistían o eran ellos los que le apuntaban cuándo debía desmarcarse?

R. La suerte que tuvimos fue que cuando llegué a Mallorca me entendí rápidamente con el Caño [Ibagaza]. Hablábamos siempre cuando sabíamos que jugábamos, por ejemplo, contra la Real Sociedad, que tenían un tipo especial de defensores. El Caño me decía: “Negro, haz una pausa, haz como que vienes hacia mí y rompes. Así las dos primeras. Luego cambiamos”. Entonces yo sabía que las dos primeras jugadas las haríamos así y luego haríamos cosas diferentes para que los delanteros nunca nos pudieran anticipar. Y Luis me decía: “Negro, te he hecho unos vídeos para que mires cómo corren ellos: mira las líneas que te dejan, ¡Mira! Siempre haz el desmarque sobre este, porque ahí falla, este se confía mucho”. Yo solo hacía lo que el sabio me decía. Y me salía bárbaro.

P. Falta un año para el Mundial y esta Eurocopa es como una etapa prólogo. ¿Cómo ve a los puntas?

R. No solo veo buenos nueves. La intensidad que estoy viendo… ¡mamma mía! Me pregunto cómo será el Mundial. Porque la intensidad del fútbol que estoy viendo en estos partidos es increíble. No hay equipos pequeñitos. Vi Hungría-Francia. Todos daban a Francia por ganador y el partido se jugó a dos mil por hora. Vi el España-Polonia y la intensidad fue increíble. ¡No puede ser! Que todos los equipos rindan a ese nivel me parece maravilloso.

P. ¿Ve a los nueves con más problemas de los habituales?

R. Lewandowski hizo su primer gol, Kane no ha marcado, Mbappé no ha marcado… Al final de temporada siempre es difícil. Pero no hay que mirar solo los goles que hacen. Yo miro la presión que hacen a los defensas rivales, los desmarques… Los desmarques no solo sirven para que los nueves reciban la pelota mejor, sino que dan posibilidades a sus compañeros de jugar con más espacios.

P. ¿Mbappé es una evolución respecto a Eto’o o le faltan cosas para alcanzar el nivel de Eto’o?

R. No le falta nada. Pero ha tenido mucha suerte. Porque ha llegado al fútbol sin la presión de ser el único. Porque por delante de él hay dos dioses: el primero es Messi y el segundo es Cristiano Ronaldo. Cuando ellos se vayan, el único dios que veremos será Kylian [Mbappé]. Ha sido campeón del mundo con 19 años y ahora puede ser campeón de Europa marcando las diferencias. Creo que marcará una época.

P. Usted fue un maestro del desmarque. ¿No piensa que Mbappé, con esa potencia y esa elasticidad, podría hacer muchos más desmarques de los que hace, en lugar de bajar tanto al mediocampo? ¿Salir tanto de su zona no le resta gol?

R. Él es eficaz de cara al gol. Ha sido tres veces goleador de la Ligue 1 con Neymar. Eso quiere decir que hace goles. Pero tiene algo en particular: es una mezcla de fútbol africano y europeo. Y como juega mucho con futbolistas sudamericanos, como Neymar, se ha dado cuenta de que el espectáculo es parte del fútbol. Él lo tiene todo: tiene calidad, fuerza, rapidez… Pero sigue siendo un niño. Cuando vaya creciendo cogerá cosas que solo el tiempo le puede dar. Solo jugando aprenderá. Ni yo con mis consejos, ni nadie, podría ayudarlo.

P. Si Luis se encontrase hoy con Mbappé, ¿le pediría que busque más la profundidad en lugar de bajar tanto a pisar la pelota?

R. Eso es otra cosa. Porque Luis puede ver 20 años por delante de todos nosotros. Pero yo como hermano mayor, ¿qué consejo le puedo dar al máximo goleador de la Ligue 1? La Ligue 1 es una de las mejores ligas del mundo… Yo poco le puedo decir.

P. ¿Usted cuando entraba al campo se obsesionaba con buscar el gol o también dedicaba su energía a armar jugadas?

R. Jugamos para marcar goles. Todo lo que hacemos es para marcar goles.

P. ¿Nació con ese afán goleador?

R. No. Yo tuve la suerte de tener a Luis como entrenador, que lo entendió a la perfección y me lo metió dentro de la cabeza. Y después, cuando salí del Mallorca me encontré en el Barça con Ronaldinho, con Giuly, con Messi… ¿Qué iba a hacer? ¿Venir al mediocampo a meter caños? Ellos lo sabían hacer mejor que yo. Aunque yo también podía tocar la pelota en el medio, yo sabía que ellos no podían meter goles como yo. Entonces me dedicaba a lo que Luis me metió en la cabeza.

P. Usted es el único jugador en la historia que ganó un triplete con Guardiola y Mourinho. Si usted comprase un club, ¿a cuál de los dos pondría de entrenador para ganar títulos de inmediato?

R. Depende de lo que quiera en el momento. Porque quitando a Luis Aragonés, que es un fuera de serie, muy por encima de los demás técnicos, Mourinho y Guardiola son los dos mejores junto con Ancelotti.

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