Sánchez exhibe la unidad del PSOE en Andalucía tras el mandato de Susana Díaz

La importancia estratégica de Andalucía para el futuro inmediato del PSOE ha quedado clarísima en el congreso de la mayor federación socialista. La pugna que Pedro Sánchez y Susana Díaz libraron por el control del partido hace tiempo que quedó resuelta, y la sintonía de Ferraz con Juan Espadas no podría ser mejor. Pero a nadie se le escapa la debilidad que el PSOE atraviesa en su principal granero de votos con un proyecto en construcción tras el impacto que supuso la pérdida de la Junta en 2018 tras 37 años de reinado socialista. En un contexto marcado por un posible adelanto electoral en primavera, una decisión que depende del presidente, Juan Manuel Moreno, Ferraz y La Moncloa se han volcado con el nuevo secretario de los 46.000 afiliados socialistas andaluces. El objetivo, como ha recalcado Sánchez desde el principio hasta el final, es recuperar el poder en la comunidad más poblada de España. “Juan, vas a ser un gran presidente de la Junta de Andalucía. Me vas a tener como uno más para cuando se convoquen elecciones”, ha afirmado el presidente, que ha explicitado su “profundo respeto” a la federación “más importante del PSOE”.

Sánchez ha incidido en el mensaje de la unidad, que ya caracterizó al 40º Congreso Federal del PSOE, como requisito necesario para ser competitivo en las urnas. “Después de ver lo que estamos viendo en otras organizaciones, recordemos que Pablo Iglesias advirtió de que ni las estridencias ni desplantes hacían fuertes a los partidos”, ha aseverado en una referencia implícita a la crisis entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso por el control del PP de Madrid. Espadas tampoco se ha salido del guion. El secretario general ha llamado a cerrar filas después de las heridas que provocaron las primarias federales de 2017 y las primarias andaluzas del pasado junio, en las que ganó con el 55% de los votos a la expresidenta. Díaz ha acudido al congreso como invitada y ha reiterado su respaldo a su sucesor para regresar a la Junta. Sánchez le ha hecho a Espadas la misma oferta que le hizo a Díaz en 2015 para formar un tándem electoral. Entonces le dijo a Díaz, con gran enfado por parte de esta, “tú a San Telmo y yo a La Moncloa”. “Lo vamos a hacer, Juan y yo, él en San Telmo y yo en Madrid”, le ha dicho en esta ocasión a Espadas.

El rearme de esta federación y su reconexión con la calle trasciende al PSOE andaluz. Las prisas aprietan en Ferraz y La Moncloa, donde son conscientes de que un mal resultado en las elecciones autonómicas, haya o no adelanto —como muy tarde serían en noviembre de 2022—, podría ser letal para las aspiraciones de Sánchez. El presidente del Gobierno necesita compensar la pujanza de la derecha en Madrid y otros territorios del interior en sus grandes caladeros. Y el principal de ellos ha sido tradicionalmente Andalucía. “No os deseo que os vaya bien, os lo pido. Para cualquier socialista de España es determinante que así sea”, ha sido directo Emiliano García-Page en un vídeo en el que los nueve presidentes autonómicos del PSOE han mostrado su apoyo a Espadas.

Con 8,4 millones de habitantes, Andalucía es la comunidad que más diputados aporta al Congreso: 61 escaños de 350. Las siguientes son Cataluña (48) —donde el PSC ganó las últimas autonómicas y confía en crecer, frente a los peores resultados del PP— y Madrid (37). Los socialistas se han impuesto en su principal granero en 13 de las 15 elecciones generales que se han celebrado desde la restauración de la democracia. Sánchez obtuvo 13 y 10 escaños más que Pablo Casado en Andalucía en las elecciones de abril y noviembre de 2019. Pero las encuestas marcan ahora mismo una tendencia que favorece a los conservadores, a los que beneficiaría la consolidación de Juan Manuel Moreno en la Junta. En Génova destacan, además, que las dos excepciones en que fueron la fuerza más votada se produjeron en tiempos recientes: el PP se impuso en la región en 2011 y 2016. Dos resultados determinantes para la llegada y consolidación de Mariano Rajoy en La Moncloa.

El temor es que el nuevo proyecto que lidera Espadas no disponga del tiempo suficiente para que el PSOE andaluz se recupere de la desmovilización de su electorado en 2018. Susana Díaz perdió la comunidad en un momento en que 400.000 votantes optaron por la abstención. La pérdida de apoyos fue de casi el 30% respecto a 2015. El PSOE remontó en las generales, pero el gran interrogante es el desgaste del Gobierno por los estragos de la pandemia.

Otros pesos pesados de Ferraz y del Gobierno han cerrado filas con Espadas: a la apertura y clausura han asistido la vicesecretaria general, Adriana Lastra, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha estado en primera fila en la clausura, como el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia. El nuevo secretario general de Madrid, Juan Lobato, también ha estado presente en la cita de Torremolinos. Un factor de movilización del electorado, reflexionan fuentes socialistas, sería que la portavoz adjunta de Vox en el Congreso, Macarena Olona, fuese la candidata de la formación de Santiago Abascal en las próximas elecciones andaluzas.

Ejecutiva de integración

Tras el 14º Congreso Regional, el PSOE de Andalucía recupera la sintonía plena con la ejecutiva federal. La anterior dirección de Díaz mantuvo pulsos continuos con Ferraz, incluso después de perder las elecciones primarias. Y esos choques permanentes llevaron al PSOE andaluz a extraviar toda su capacidad de influencia en la dirección federal del partido. La pérdida de la Junta también restó mucha luz a la antaño poderosa federación andaluza, por más que siga siendo la más numerosa. Tras la victoria de Espadas en las primarias de junio y el 40º Congreso Federal de mediados de octubre en Valencia, esa situación se ha empezado a corregir. La sincronía se ha visto en la propia imagen del congreso, donde el rojo era el color predominante, cuando en otros cónclaves era el verde y blanco de la bandera andaluza. Esta vez no ha sonado el himno andaluz en la clausura y sí el de la Internacional.

“Ya está bien de mirarnos de perfil, de dónde estaba uno y otro. No quiero a ningún socialista enfadado, somos una familia y saldremos de aquí como una piña”, ha resaltado Espadas. El discurso del secretario general ha sido más de consumo interno que de proyección al exterior. El PSOE andaluz necesita para intentar ganar las elecciones creer que puede hacerlo y a partir de ahí poner en marcha toda su maquinaria para intentar recuperar la confianza de los andaluces.

Las dudas de que Espadas consiga en su primer intento como candidato recuperar el Gobierno autónomo están muy extendidas en el PSOE andaluz. Las encuestas que se publican —todas marcan una tendencia ascendente del PP de Juan Manuel Moreno y a la baja del PSOE— lo que hacen es achantar a los socialistas. La nueva dirección regional cree que el 14º Congreso Regional es el punto de partida para romper esa inercia de desánimo.

En ese sentido, Espadas ha llamado a los suyos a recuperar “el orgullo de ser socialista” y ha reivindicado a todos los gobiernos socialistas de Andalucía. “Estoy orgulloso de esos gobiernos socialistas. Gente con la que trabajé, colaboré y a la que quiero”, ha dicho citando a Díaz, pero sin nombrar ni a Manuel Chaves ni a José Antonio Griñán, que suman 23 años de presidencia de la Junta.

Espadas ha elaborado una ejecutiva de integración ampliando el número de sillas en la dirección. La anterior tenía 48 miembros y la actual, 60. Fue refrendada por el 84% de los delegados a Congreso, seis puntos menos que la última de Susana Díaz. Todos sus integrantes tendrán un cometido definido, pero el núcleo lo integrarán los responsables de las nueve áreas en las que se ha dividido el trabajo en el partido (Política Territorial; Transformación económica y digital; Igualdad, Equidad y Justicia Social; Transición ecológica justa y Cambio climático; Ciudadanía y derechos sociales; Institucional; Corporativa; Comunicación, y Acción Electoral).

El secretario general ha incorporado a la dirección a los secretarios generales de Córdoba (Antonio Ruiz), Cádiz (Irene García), Málaga (José Luis Ruiz Espejo) y Sevilla (Verónica Pérez), que han dado un paso atrás para facilitar listas mayoritarias en los congresos provinciales que se celebrarán en el mes de diciembre. Salvo García, el resto apoyó a Susana Díaz en la batalla de las primarias. Otro de los rasgos de la dirección es la presencia de un buen número de alcaldes y concejales, los más pegados a los problemas diarios de los ciudadanos. Espadas entiende que “el municipalismo es la puerta para recuperar el Gobierno de Andalucía”, por lo que confía en el oído de los regidores para conectar con la ciudadanía.

Espadas cerró la lista de la ejecutiva bien entrada la noche, en contra de lo que pretendía. No hubo, como en otras ocasiones, luchas por estar. El mayor problema vino de las agrupaciones provinciales, el único ámbito donde el PSOE de Andalucía tiene poder al gobernar en el 58% de los municipios de la comunidad y en seis de las ocho diputaciones provinciales. Este lunes acaba el plazo de presentación de candidaturas a las secretarías provinciales. En todas las provincias hay consensos o acuerdos mayoritarios, salvo por el momento en Huelva.

Espadas, la vicesecretaria general, Ángeles Férriz, y el secretario de Organización, Noel López, estarán en el puente de mando. Espadas quiere que desde ya la ejecutiva se convierta en un comité de campaña electoral y en un “gobierno en la sombra”. Esta semana anunciará cuándo deja la alcaldía de Sevilla, que por el momento le impide dedicarse de lleno a preparar su candidatura.


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