Sánchez salva el primer debate y Rivera no logra imponer el tema catalán



Nadie gana unas elecciones sin saber contar una historia. La campaña electoral empezó este lunes definitivamente a las diez de la noche, tras un lustro de precampaña interminable, con un debate en RTVE en el que la única verdadera historia fue el fuego cruzado. Si el estado normal de la atmósfera política es la turbulencia, el esperadísimo debate electoral se saldó anoche en medio de un clima desapacible, bronco, a ratos huracanado.
“España ya no va bien”, resumió Pablo Casado (PP) parafraseando a José María Aznar a las primeras de cambio, a pesar de que la economía española es una de las que más crece en el Atlántico norte. “Lleva en la frente escrita la palabra indulto”, espetó Albert Rivera (Ciudadanos) en su primera intervención, pese a que no hay sentencia firme ni nada que se le parezca en el juicio del procés. Pablo Iglesias (Podemos) estuvo más conciliador, pero en cuanto pudo acabó dejando claro que lo que más le interesa es que el PSOE “deje claro” de antemano con quién se va a aliar, con su partido o con Cs. El más fuerte es el que está solo, decía Ibsen: Pedro Sánchez, que encabeza las encuestas después de 10 meses en La Moncloa, fue la diana preferida de casi todos los ataques y se empeñó en mantener el tono presidencial, medio aburrido, que le ha caracterizado durante la campaña.
Además, una pareja española se encuentra entre los 321 muertos en los atentados de Sri Lanka, y EE UU pone fin a las exenciones para la compra de petróleo de Irán.


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