Sandra Gómez, entre lágrimas, renuncia a reengancharse al Dakar

Sandra Gómez, entre lágrimas, renuncia a reengancharse al Dakar

La española Sandra Gómez, que lideraba la clasificación femenina en Rally2, no pudo llegar a tiempo a la salida de la sexta especial del Rally Dakar y, en consecuencia, no pudo participar en la etapa, situación que le dejó tan afectada que no se reenganchará a la carrera.

La madrileña se había aupado a la primera posición el jueves tras cubrir la quinta especial en 5h50:10 y aprovechar un día complicado para la neerlandesa Mirjam Pol, que cedió en meta 1h:16:24.

Con esos registros, Sandra dominaba la categoría femenina con 54 minutos de ventaja sobre Pol y con 3h:35 sobre la sudafricana Kirsten Landman.

“¡Cómo voy a estar! Pues mal. Cuando lo das todo y no sale, pues es traumático. Salí a las cinco de la mañana del vivac, todo iba bien, me he parado, he parado un poco porque hacía mucho frío, junto a otros colegas de la carrera, y hemos visto aceite. Lo he mirado, me han ayudado, y los tornillos del aceite estaban bien, pero, nada, perdía aceite. No sabíamos de dónde”, relató.

Añadió que avanzó y volvió a parar “porque no había aceite en la gasolinera donde estaba, y en la siguiente que marcaba el libro de ruta, que estaba cerca, tampoco había”.

“Era muy pronto, de noche, todo estaba cerrado, serían las seis y algo; entonces empecé a buscar aceite por talleres, entre gente, pick up que paraban, y lo conseguí arreglar. Seguí, pero cuando llegué a la salida era tarde y no me dejaron salir porque hay una hora máxima establecida y no me dejaron”, abundó.

“Dejaron que mi asistencia viniese a buscarme. Lo intenté luchar, hablar con ellos, incluso un coche de los que se aproximaban a la salida me ha ayudado a hablar con ellos, porque pensamos que era igual de peligroso que saliese en ese momento, como que me pillasen en el kilómetro 200, como está pasando. No lo entendíamos nadie, pero dirección de carrera dijo que no, y me fui de allí”, contó.

Confesó que “el único joven amable de la carrera consiguió hablar” con su asistencia y allí se quedó, sola, aún con bastante frío.

“Me he venido abajo”, advirtió antes de señalar que el español Gerard Farrès se bajó de su coche para darle un abrazo y ella, desde entonces, siguió “con la lágrima en el ojo”.

Podía reengancharse a la competición sin opciones de luchar por la victoria, pero no lo hará. “No voy a seguir, porque he venido a terminar la prueba y, si podía, ganar el trofeo femenino, pero no puedo ni ganar ni terminar. Tengo el cuerpo destrozado -derivado de una mononucleosis-, he intentado venir lo mejor posible, pero también tengo que ser realista y consecuente, y quererme un poco y recuperarme, para volver a estar al cien por cien”, admitió.

Aseguró que “seguir en carrera” puede llevarle “a otros riesgos” que asumiría en otra situación, pero no en esta. “Por eso lo tengo que dejar. No me queda otra. Me fastidia mucho porque hay mucha gente detrás, he invertido tiempo, esfuerzo, gente, familia, amigos, dinero, de todo; y no ha salido, pero seguro que volveremos porque tengo un impresionante equipazo de personas detrás”, apuntó.

Con vistas al futuro, se mostró optimista dentro del mal sabor de boca que le ha dejado este Dakar. “Volveremos a estar arriba. En el Dakar no lo creo. Bueno, nunca se descarta. Seguiré luchándolo, pero, creo que soy piloto y a algunos no se nos da del todo bien buscar financiación para nuestro trabajo y, por ahora, necesito descansar y recuperarme. Ya se verá”, dijo antes de despedirse con lágrimas.




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