La Comisión de Salud Pública, de la que forman parte el Ministerio de Sanidad y los gobiernos autonómicos, ha aprobado este viernes terminar con las cuarentenas de grupos burbuja completos en educación infantil y primaria cuando haya menos de cinco casos en el aula. “Con el objetivo de garantizar la presencialidad, se recomendará cuarentena para todo el grupo siempre que se den cinco casos o más de infección activa en un aula o afectación del 20% o más de los alumnos de la clase en un periodo igual o inferior a siete días”, afirma el ministerio en un comunicado. ”En caso de que sean cuatro casos, o menos del 20%, se considerarían casos esporádicos y no se recomendaría cuarentena”. Es decir, solo se aislará en este escenario el niño contagiado. La medida se aplicará desde el lunes, cuando se reinician las clases.
Estos alumnos menores de 12 años, que no disponen aún de la pauta completa de vacunación ―han empezado a inmunizarse a mediados de diciembre y recibirán la segunda dosis ocho semanas después―, están exentos de hacer cuarentena (tanto los de infantil y primaria como los contactos estrechos vacunados de secundaria) pero deberán extremar las precauciones. A la espera de la redacción definitiva de la actualización de la guía del Ministerio Sanidad que se aplica en los centros, que también tiene que adaptarse a los nuevos criterios de detección precoz aprobados el 22 de diciembre para toda la población, se recomendará a estos estudiantes que durante los 10 días siguientes al último contacto con el positivo reduzcan sus interacciones sociales, eviten el contacto con personas vulnerables y vigilen la posible aparición de síntomas compatibles con la covid como tos, fiebre, problemas para respirar, cansancio o dolor de cabeza. Los alumnos con inmunodepresión deben realizar siempre cuarentena.
Quique Bassat, pediatra y epidemiólogo, se muestra crítico: “Me llama la atención de que sean necesarios cinco positivos para que se aísle a todo un grupo burbuja, cuando ya habíamos pasado de dos a tres casos. Tres ya me parecía más que razonable para el aislamiento de toda una clase, porque sería mucha casualidad que los tres llegasen externamente y con estas normativas tratamos de evitar las trasmisiones dentro del aula”. Bassat cree que es “una concesión a la presión de algunas comunidades autónomas como Andalucía y Madrid” que no avala la ciencia. “Y, además, podíamos haber esperado unas semanas que habrá más niños vacunados”.
En Francia, por ejemplo, el Gobierno ha decidido que los menores de 12 años puedan seguir yendo a clase aunque sean contacto estrecho de un caso positivo, siempre y cuando resulte negativo el test PCR o de antígenos realizado nada más conocer su situación de contagio. A continuación, sus padres deberán efectuarles nuevas pruebas el segundo y el cuarto día tras el primer test. Para ello, anunció el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, las familias recibirán de forma gratuita en las farmacias las pruebas rápidas. En el Estado de Nueva York, en Estados Unidos, la estrategia es distinta: no se aísla la clase cuando hay un positivo, pero se entregan pruebas a toda el aula para que se sometan a ellas durante siete días. Más profusos aún son en Berlín, donde han hecho test a los niños durante toda la semana y a partir de la próxima serán en días alternos.
Polémicas regionales
El 31 de diciembre, el Gobierno de la Comunidad de Madrid, sin esperar a que se reuniese la Comisión de Salud Pública, que siempre consensúa la estrategia contra la pandemia, anunció en un comunicado que terminaba con las cuarentenas completas de infantil y primaria en todos los casos, no con menos de cinco positivos. Incluso su consejero de Educación, Enrique Ossorio, se jactó en un comunicado tras el “paripé” de la reunión con los ministros de Sanidad, Educación y Universidades de haberse “adelantado al Gobierno de España, estableciendo que, ante la aparición de casos esporádicos, no habrá cuarentenas en los centros educativos para menores de 12 años”.
Ahora Madrid no confirma que aplicará el acuerdo de todos los gobiernos autonómicos, aunque previsiblemente lo decidan así sus sanitarios. Con tres casos con vínculo epidemiológico, explican desde la Consejería de Educación, Salud Pública “investiga y se determina la actuación, que entre otras acciones también incluye la cuarentena”.
Este lunes se unió al anuncio madrileño Andalucía, aunque en esta comunidad se dejaba la decisión final en manos de los médicos de atención primaria o la enfermera escolar. Ambas comunidades sabían, porque sus técnicos forman parte del grupo, que la Ponencia de Alertas estaba estudiando el fin de las cuarentenas. La Junta de Andalucía confirma a este diario que acatará el acuerdo de la comisión.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, pidió el martes a todos los gobiernos autonómicos que esperasen a la resolución de la Ponencia de Alertas porque si esta era afirmativa se aprobaría en la Comisión de Salud Pública. Madrid y Andalucía se reafirmaron en su posición y la ministra de Política Territorial cargó entonces contra el Ejecutivo de la capital en declaraciones a La Sexta: “Se sale por la tangente y no se ajusta a la lealtad institucional, cuando hay un foro multilateral en el que se adoptan decisiones conjuntas para dar una respuesta de país ante unas circunstancias como estas”.
Los mayores de 12 años, como el resto de la población
La situación ha sido distinta en España para los alumnos mayores. En secundaria, Formación Profesional o bachillerato, que no se han considerado nunca grupos burbuja, se aísla al estudiante contagiado, a sus contactos más estrechos no vacunados o a compañeros que tengan síntomas compatibles con la covid. A ellos se les va a aplicar la medida para la población en general aprobada el 30 de diciembre, que ha rebajado las cuarentenas de 10 a 7 días para casos de positivos leves o asintomáticos. Entre los mayores de 12 años, las infecciones han descendido este curso porque el alumnado está ya mayoritariamente vacunado (el 90,8% tenía la pauta completa el miércoles).
El Ministerio de Educación calcula que a inicios de febrero el 70% de los niños de cinco a 11 años habrán recibido ya al menos una dosis de la vacuna y ello ayudará a que amainen los contagios en paralelo a que se produzca ―como está estimado― una bajada general de la curva en todas las franjas de edad. El miércoles, el 31,5% de esos escolares ya se había inoculado la primera dosis.
Tras la vacunación del segmento de cinco a 11 años, solo quedan sin inmunizar los menores de esa edad y ello no ocurrirá a corto plazo, aunque los ensayos están en marcha. Comisiones Obreras, el sindicato mayoritario de profesores, alertaba el lunes en un comunicado: “Es necesario que se haga un esfuerzo adicional en recursos humanos y técnicos en educación infantil, dada la peculiaridad del trabajo con niñas y niños tan pequeños que no llevan mascarilla ni están vacunados”.
En la última semana antes de las vacaciones de Navidad se aisló el 0,3% de las aulas ―en torno a 3.000 solo en primaria, la mayor cifra desde que se reabrieron los centros educativos en septiembre de 2020― y la previsión del Ministerio de Educación era que esa cifra se iba a superar. Esta nueva medida cambia por completo el escenario. La segunda semana de febrero los escolares de menos de 12 años empezarán a recibir la segunda dosis.
Puedes seguir EL PAÍS EDUCACIÓN en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.