Santi Aldama tiene dos objetivos claros para un nuevo verano que él mismo define como clave en su desarrollo como jugador de baloncesto y pieza de futuro de los Memphis Grizzlies en la NBA: seguir mejorando su juego y disputar con España el Mundial de 2023. Tras el mazazo de la eliminación en la primera ronda ante Los Angeles Lakers, que se llevaron la serie por 2-4 tras arrebatarles el factor cancha, el ala-pívot canario ha pasado revista sobre su magnífica temporada de crecimiento en la liga estadounidense antes de tomarse un merecido tiempo de descanso.
“Lo más importante es confiar. Debes confiar en tu trabajo, en tu equipo y tus compañeros. Hay que comprometerse con el trabajo, y ese es el secreto. Si pones las horas necesarias, los resultados llegan”, asegura el jugador de segundo año. Su salto cualitativo este curso ha sido notable. Después de promediar 4,1 puntos y 2,7 rebotes en 11 minutos de juego como novato, Aldama ha aumentado su participación para convertirse en una pieza esencial de la rotación de Memphis, con medias de 9 puntos, 4,8 rebotes y 1,3 asistencias en 21,8 minutos de juego esta temporada.
En su primera participación en unos playoffs, sus números han sido positivos si bien han caído un poco respecto a su rendimiento en temporada regular. Contra los Lakers, en seis partidos disputados, Aldama ha aportado 6,5 puntos, 4,3 rebotes y 1,2 asistencias en 16,5 minutos de juego. Para él ha resultado una experiencia positiva a pesar de la crudeza de caer eliminados en la primera ronda tras ser el segundo mejor equipo del Oeste en la fase regular.
“Es diferente, cambia mucho jugar contra el mismo equipo cinco o seis veces seguidas”, explica sobre los playoffs. “Los pequeños ajustes, la agresividad e intensidad en pista. Jugar contra grandes como LeBron y Anthony Davis es una gran oportunidad para aprender. Voy a revisar bien todos los partidos y centrarme en lo que hice bien y lo que puedo mejorar para ayudar a mis compañeros”.
La selección, un sueño de toda la vida
Aldama no puede evitar sonreír cuando le preguntan por su más que probable participación con España en la Copa del Mundo FIBA de este verano. “Queda mucho para que eso ocurra, pero será un verano muy importante para mí. A nivel de desarrollo, estaré aquí trabajando duro, pero tengo ganas de ir [al Mundial] y representar a mi país”, confiesa. “Es algo con lo que sueño desde que era chiquito. Recuerdo crecer viéndoles, y la oportunidad de ser parte de eso será un logro enorme para mí y mi familia, un honor”.
Aldama piensa que no debe cambiar muchas cosas este verano, aunque uno de sus focos de trabajo será mejorar su tono físico y seguir puliendo sus habilidades y la puntería. “Creo que debo tener la misma mentalidad, aunque un enfoque distinto. Ahora necesito encontrar más maneras de ayudar a mis compañeros dentro y fuera de la pista. Encontrar la mejor versión de mí mismo”, analiza.
“En general, mi crecimiento requiere que gane unos kilos. Ser más fuerte, más rápido y más ágil. Me beneficiará en todos los sentidos. “Un cambio físico este año es todavía más crucial que el del primer al segundo año en la liga”, detalla. Su filosofía no tiene más secreto que el trabajo a destajo y sin atajos. “Cuando crecía, me acuerdo de que pegué un tirón y mi manejo de balón quedó perjudicado. La solución que encontré es la de trabajar a diario, practicar el tiro y las habilidades mientras vas al gimnasio y comes bien, sin saltarte ninguna comida, algo que es más difícil durante la temporada”.
A Aldama le queda dos años de contrato, aunque solo tiene garantizada su continuidad en los Grizzlies el próximo curso. La franquicia tiene la opción de decidir si le renueva para un cuarto año juntos, una cláusula que caducará el 31 de octubre de este mismo año. De garantizarse los cuatro años de contrato, sus ganancias en Memphis ascenderán a los 10,2 millones de dólares.