Saúl se reencuentra con el rival que le dejó cicatriz en su carrera

El Bayer Leverkusen, rival del Atlético de Madrid en esta tercera jornada de la Liga de Campeones, no es un ‘enemigo’ más para Saúl Ñíguez. El cuadro alemán tiene marchamo de hito en la carrera del internacional español.



Se puede decir que fue el equipo que convirtió, en parte, a Saúl en lo que hoy en día es, un futbolista y una persona más fuerte. Un rival que estuvo a punto de dejar la carrera del ilicitano en nada. Hablamos de un equipo al que se midió en 2015 en Liga de Campeones. El Atlético se jugaba el pase a los cuartos de final del torneo, ante el cuadro teutón.

Él comenzaba a ser una pieza importante para Simeone. Se había ganado la titularidad pero no podría acabar ese partido. El jugador tuvo que ser ingresado de urgencias por un trompazo de Papadopoulos que reventó el riñón. El canterano no fue trasladado a España por precaución y se quedó en el centro médico germano, después de haberle sido drenada la zona utilizando un catéter.

De ese mismo riñón izquierdo había tenido que ser operado a final de la pasada anterior, cuando estaba cedido en el Rayo Vallecano. Una circunstancia que cambió para siempre al colchonero. “Cuando me senté en la camilla temblaba y ni me podía mover ni me podían pinchar. No sentía los brazos ni las piernas. Pero lo peor fue cuando vi a mi padre preocupado al verme temblar”, rememoraba el jugador tiempo después.

Saúl tuvo que ser sacado del campo y tuvo que trasladarse al hospital.
Saúl tuvo que ser sacado del campo y tuvo que trasladarse al hospital.

El dolor era tan inaguantable que el jugador, según confesó tiempo después el padre del mismo, pidió que le extirpasen el riñón. Ahí entró la figura de Germán Burgos, que sabía de lo que hablaba porque había pasado por un cáncer. “Tienes que pensar que después del fútbol hay una vida por delante”, le había dicho el segundo de Simeone.

Finalmente, el jugador aguantó y pasó una dolorosa recuperación de muchos meses. “La lesión de Leverkusen. Llegó en el momento en el que tenía más confianza, cuando me sentía más yo y encima me marcó porque hubo secuelas”, explicaba. Aunque ya estaba activo, el jugador tenía que someterse a algunos tratamientos para poder aguantar.

No fue sencillo aquel trance para él. De ahí nació el ‘Saúl más fuerte’. El tatuaje que cada vez que marca se besa, tiene su origen en aquel mal trance que le tuvo dos meses parado. ‘La fuerza no proviene de la capacidad corporal sino de la voluntad del alma’ es lo que se puede leer en su muñeca.

YA SE QUITÓ LA ESPINA

Desde ese 2015 no es la única vez que Saúl se ha vuelto a cruzar con el Bayer. Ya lo hizo en la temporada 16/17, cuando el Atlético apeó al cuadro germano de la Champions. Entonces, el ilicitano se quitó de encima aquel trauma.

Lo hizo a lo grande, con un partidazo en el BayArena, donde casi calcó a una de sus mejores versiones, la del golazo que marcase a otro equipo alemán, al Bayern de Munich en el Vicente Calderón, en la ida de las semifinales de la 15/16 . Recogió el balón en la medular, se marchó con un toque de su marcador, al que dejó tirado, se fue perfilando para ponerla con rosca en el palo contrario, y la pegó, como los ángeles, para ponerla en la escuadra de Leno y abrir el camino del triunfo.


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