Saúl vuelve al escenario en el que 'renació'

Saúl vuelve al escenario en el que 'renació'

El partido que el Atlético de Madrid disputará este martes 13 de septiembre ante el Bayer Leverkusen, segunda jornada de la Liga de Campeones, no será uno más para un miembro de la expedición colchonera.

Para Saúl Ñíguez, regresar al BayArena es volver a un lugar que le cambió la vida y que pudo apartarle de lo que más ama, el fútbol. Hablamos de 2015, un año en el que el canterano comenzaba a ser importante en el equipo rojiblanco. El Atlético se jugaba el pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Leverkusen. Un golpe con Papadopoulos le reventó literalmente el riñón. Tuvo que salir del campo en ambulancia para ser trasladado al hospital, donde estuvo ingresado un tiempo. La zona tuvo que serle drenada con un catéter. El jugador ya había tenido que ser operado, estando en el Rayo Vallecano, de esa zona de ese riñón izquierdo. “Para mí se hacía habitual orinar sangre después de cada partido o sesión. No entendía otra cosa: si tenía que ir al baño, iba a salir rojo”, comentaba tiempo después tras aquella operación.

Saúl Ñíguez, futbolista del Atlético de Madrid, en el partido ante el Bayer Leverkusen de la Liga de Campeones.

MD

El golpe en este mismo escenario le frenó de golpe, viviendo una situación terrible. “Cuando me senté en la camilla temblaba y ni me podía mover ni me podían pinchar. No sentía los brazos ni las piernas. Pero lo peor fue cuando vi a mi padre preocupado al verme temblar”, rememoraba el jugador tiempo después.

Cómo sería el dolor de inaguantable que el futbolista solicitó a los médicos que le extirpasen el riñón, algo que finalmente no se produjo pensando la figura de Germán Burgos, que sabía de lo que hablaba porque había pasado por un cáncer. “Tienes que pensar que después del fútbol hay una vida por delante”, le había dicho el por entonces segundo de Simeone.

Saúl Ñíguez, futbolista del Atlético de Madrid, en el partido ante el Bayer Leverkusen de la Liga de Campeones.

Saúl Ñíguez, futbolista del Atlético de Madrid, en el partido ante el Bayer Leverkusen de la Liga de Campeones.

MD

UN ANTES Y UN DESPUÉS

De aquel incidente emergió un Saúl Ñíguez renacido, distinto, más fuerte se podría decir. Se tatuó la frase ‘La fuerza no proviene de la capacidad corporal, sino de la voluntad del alma’ y, ahora, cada vez que marca un gol, se lo besa.

Además, por las secuelas del golpe en el riñón cambió su alimentación hasta hacerse prácticamente vegetariano, no por gusto, sino porque era lo mejor para su salud. Aquel golpe fue un frenazo para un futbolista que llegaba embalado: “La lesión de Leverkusen. Llegó en el momento en el que tenía más confianza, cuando me sentía más yo y encima me marcó porque hubo secuelas”.

Saúl Ñíguez, futbolista del Atlético de Madrid, siempre se besa el tatuaje que es consecuencia del trauma vivido en Leverkusen.

Saúl Ñíguez, futbolista del Atlético de Madrid, siempre se besa el tatuaje que es consecuencia del trauma vivido en Leverkusen.

MD

Tratamientos, cuidados, alimentación… aquel episodio le dejó secuelas. Ahora llega en una situación muy distinta, tras la experiencia del curso pasado en el Chelsea, intentando encontrar de nuevo en su sitio.

No es la primera vez que visita este mismo campo tras aquello. Lo hizo en la 16/17 y en la 19/20. En el primero de sus regresos, el jugador se desquitó por lo sucedido. Se marcó un partidazo en el BayArena, donde marcó un golazo recogiendo el balón en la medular, marchándose con un toque de su marcador, para perfilarse para poner el balón con rosca en el palo más alejado, donde Leno no pudo llegar. 




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