El ministro de Finanzas alemán y candidato a canciller del partido socialdemócrata (SPD), Olaf Scholz, compareció este lunes ante la Comisión de Finanzas del Bundestag para defenderse de las acusaciones contra la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), un organismo que depende de su departamento y que está siendo investigado por la Fiscalía alemana ante la sospecha de que no actuó de manera correcta para impedir una transferencia millonaria sospechosa a un país africano. La investigación, a solo unos días de las elecciones del domingo en las que el socialdemócrata lidera las encuestas, ha despertado suspicacias en el seno del partido, que sospecha que podrían responder a una campaña alentada desde la CDU de la canciller Angela Merkel para erosionar la imagen de Scholz.
La Fiscalía de Osnabrück realizó registros en los Ministerios de Finanzas y Justicia el pasado 9 de septiembre y días después se pidió la comparecencia de Scholz en el Parlamento alemán. Los diputados esperaban que la declaración del ministro se realizara por videoconferencia, por su apretada agenda en la recta final de la campaña electoral, pero Scholz compareció en persona ante la treintena de miembros que conforman la comisión. En la sesión especial, celebrada a instancias del partido Liberal (FDP), Los Verdes y la izquierda de Die Linke, Scholz rechazó las acusaciones contra la unidad de lucha contra el blanqueo de capitales y señaló que el volumen de informes en la UIF se había triplicado desde su creación y que esperaba que “se duplicara de nuevo en muy poco tiempo”. “Por ello, es importante que se amplíe la estructura informática [de la unidad] y que tengamos una estructura de personal suficientemente buena”, señaló.
La investigación de la Fiscalía de Osnabrück, dirigida por Bernard Südbeck, un activo militante de la CDU, despertó las sospechas del SPD, a causa de la repentina solicitud hecha por el fiscal para poder llevar a cabo el registro de los dos ministerios, que fue aprobada el pasado 25 de agosto por Phillip Brauch. La posibilidad de que el Ministerio de Finanzas podía estar encubriendo las malas prácticas de la Unidad de Inteligencia Financiera, un organismo creado por el exministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, fueron utilizadas por el candidato de la CDU, Armin Laschet, para acusar a su contrincante de “negligencia” en su trabajo como ministro y sugerir, asimismo, que Scholz podría estar encubriendo la mala gestión de la UIF.
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El ministro dijo que había un perfeccionamiento constante del procedimiento para analizar todas las denuncias que llegan para impedir que las actividades delictivas pasen desapercibidas. “Cuando asumí como ministro en 2018 todas estas tareas estaban todavía por hacer”, dijo. Scholz detalló que, bajo su dirección, la Unidad había pasado de 150 a 500 empleados, ahora disponía de una moderna estructura informática y el número de informes va en aumento. Asimismo, aseguró que se están mejorando los criterios de transmisión de los informes sobre blanqueo de capitales a las autoridades.
El Ministerio que dirige Scholz ya fue objeto de críticas el año pasado por descuidar su vigilancia en la quiebra de la sociedad Wirecard, el mayor escándalo financiero desde la guerra en Alemania. Esta empresa de pagos a través de internet reconoció en junio de 2020 que 1.900 millones registrados en sus cuentas simplemente no existían, lo que obligó al ministro a responder a preguntas incisivas de los diputados durante una comisión especial de investigación.
El punto de partida de la investigación, que se inició en 2020, fue la “declaración de actividades sospechosas por parte de un banco (…) respecto a pagos con destino a África por un monto superior al millón de euros”. La Oficina Central de Investigación de Transacciones Financieras (UIF) no transmitió este informe a las autoridades judiciales, lo que impidió “cesar estos pagos”, según la Fiscalía. Esta transacción “tenía como telón de fondo el tráfico de armas y drogas, así como la financiación del terrorismo”, señaló el banco en su informe. La Fiscalía pidió registrar los Ministerios de Finanzas y Justicia para verificar “en qué medida la dirección y los responsables de ambos Ministerios estuvieron involucrados en las decisiones de la UIF”. No fue hasta el 9 de septiembre cuando la Fiscalía decidió allanar los Ministerios.
En su comparecencia, Scholz aseguró que su Ministerio había “mejorado continuamente” en los últimos años la lucha contra la delincuencia financiera, enumerando los esfuerzos realizados por el Gobierno. “Pero ningún ministro puede resolver los problemas chasqueando los dedos”, dijo a los parlamentarios,
Los representantes de la oposición, pero también los conservadores de la CDU/CSU, socios de coalición en el Gobierno, habían acusado al ministro, antes del inicio de la sesión, de graves fallos en la gestión del Ministerio que ocupa desde 2018. El diputado liberal Florian Toncar, por ejemplo, dijo que consideraba a Scholz responsable de una “zona sin ley en la lucha contra el crimen organizado”.
Laschet agita el fantasma de la crisis económica con el SPD
Con las elecciones a la Cancillería del próximo domingo en el horizonte, el candidato de la CDU, Armin Laschet, hizo un llamamiento a los liberales de la FDP para impedir la amenaza que a su juicio se cierne sobre Alemania si los comicios arrojan como resultado una alianza del SPD, Los Verdes y Die Linke para gobernar el país los próximos cuatro años.
El candidato conservador apeló al bolsillo de los votantes para intentar atraer el voto de los indecisos al asegurar que un Gobierno de izquierdas en Alemania “provocaría una grave crisis económica” en el país. Es casi el último cartucho en la recámara de Laschet después de que su rival socialdemócrata, el ministro de Finanzas Olaf Scholz, volviera a ganar el domingo el tercer y último debate de la campaña electoral.
Laschet aseguró que el SPD y Los Verdes están buscando una alianza con la izquierda de Die Linke, un peligro que solo el FDP podría impedir. El conservador apeló a los liberales para que no pongan demasiados obstáculos a la posibilidad de una coalición con la CDU/CSU. “De lo contrario, solo queda el rojo-rojo-verde”, aseguró en una rueda de prensa celebrada en la sede del partido en Berlín, en alusión a los colores de las formaciones de izquierdas.
Tras un encuentro con la dirección del partido, Laschet se aventuró a pronosticar los resultados de las elecciones del domingo y las posibles alianzas. “Aunque el SPD quede en segundo lugar, es capaz de formar una alianza rojo-rojo-verde, dependiendo de los resultados electorales. Estamos haciendo todo lo posible para estar en primer lugar y que no se produzca esa alianza”, aseguró.
Los integrantes de esa alianza “tienen otras ideas sobre la política económica y financiera que llevarían a Alemania a una grave crisis económica si las pusieran en práctica”, subrayó Laschet. A lo largo de la campaña, Scholz se ha distanciado en repetidas ocasiones de Die Linke pero no ha descartado por completo formar coalición con la formación de izquierda y con Los Verdes.
Lo cierto es que el mensaje de “firmeza” de Laschet no parece haber calado entre los votantes, preocupados por el cambio climático, la inmigración y la pandemia del coronavirus. Un sondeo de INSA para el Bild sitúa al SPD en el 25% de apoyo y al bloque conservador de la CDU/CSU en el 22%.
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