Se cumplen 24 años del tapón de Vrankovic al Barça


La final de la Final Four de la Liga Europea 1996 celebrada en París entre Panathinaikos y Barcelona saldada con derrota azulgrana (67-66) tras un tapón ilegal de Stojan Vrankovic a José Antonio Montero en el último segundo del partido que los árbitros del encuentro, Reuben Virovnik y Pascal Dorizon, dieron por válido se ha convertido en una página inolvidable del baloncesto europeo y, desde luego, en uno de los momentos más tristes de los aficionados del Barça.



Tras un año de ausencia en la gran cita europea del año, el Barcelona de Aíto García Reneses llegaba a su quinta Final Four acompañado esta vez del actual campeón, el Real Madrid, del CSKA Moscú y de un equipo que empezaba a ser fijo en las Final Four, el Panathinaikos.

Las semifinales depararon un duelo fratricida entre Barcelona y Real Madrid. Los blancos defendían su corona conquistada un año antes en Zaragoza, con un equipo que ya no tenía a Arvidas Sabonis y que contaba con Joe Arlauckas como máxima estrella y con Zeljko Obradovic en el banquillo. Por los azulgrana, Arturas Karnisovas y Dan Godfread eran las referencias, secundados por los Ferran Martínez, José Antonio Montero, José Luis Galilea, Xavi Fernández y Andrés Jiménez.


Tras imponerse al Real Madrid en semifinales, el Barça se las veía con el Panathinaikos, que había eliminado al CSKA en la otra semifinal. Era la cuarta final para los azulgrana y la primera para los atenienses. El equipo azulgrana fue casi todo el partido perdiendo y su derrota parecía decidida en el minuto 38 (52-61), pero en esos minutos finales recuperó dos balones, Karnishovas anotó un triple, Galilea un ‘dos más uno’.

A falta de 4,9 segundos para la conclusión y con 67-66 a favor del equipo griego, el Barça recuperó un balón, Montero lanzó el último tiro, el balón tocó el tablero y posteriormente Vrankovic colocó el famoso tapón ilegal que sentenció la final. Los árbitros debieron dar como válida la canasta de Montero, pero no lo hicieron. Fueron unos pocos segundos de auténticos despropósitos, con el reloj de posesión detenido y varias faltas previas a esa acción de Montero que no fueron señaladas.

La confusión fue total y absoluta. El Barça hizo todo lo posible para cambiar el 67-6 final, pero de nada sirvieron todas las alegaciones a pesar de que los árbitros admitieron su error. El presidente de la sección de basket del Barça por aquel entonces, Salvador
Alemany,presentó un recurso justo después del encuentro que fue estudiado hasta las cuatro de la madrugada en el hotel Concorde Lafayette, donde tenía instalado su cuartel general la FIBA, cuyas cabezas visibles eran Nar Zanolin, director de la Comisión Técnica, Patrick Baumann, vicesecretario general, y Dirk Reiner, asesor jurídico.

Finalmente, todas esas gestiones no dieron resultado y la FIBA desestimó el recurso del Barça. El título fue definitivamente para el Panathinaikos.


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