Se necesitan alumnos extranjeros, sobre todo chinos


Las restricciones de viajes internacionales, el miedo y la ansiedad en aumento, los prejuicios crecientes y la desaceleración económica, entre otros factores, podrían convertirse en obstáculos para los estudiantes internacionales que deseen asistir a una universidad o escuela de negocios en el extranjero. La reflexión la hacen en ESIC, en un informe elaborado junto a la Universitat Jaume I, preocupados ante el incierto retorno de los estudiantes, sobre todo chinos, para estudiar idiomas o negocios en los centros de formación superior.

La situación actual refleja un entorno altamente dinámico, cambiante y disruptivo, con un gran impacto de la pandemia en la internacionalización de la universidad española, y los nuevos retos a resolver para la era pos-Covid, con el fin de mejorar la competitividad de la enseñanza superior en España de cara a recuperar al alumnado internacional, sobre todo al procedente del gigante asiático.

En este sentido, los autores del citado informe proponen diversas líneas de actuación encaminadas a conseguir la vuelta de los estudiantes chinos, concretándose una oferta de programas idóneos que contribuyan a ello, en idioma inglés y español, así como en un formato online, presencial e híbrido.

Y definen lo que entienden por new education, una nueva forma de educación superior que emerge como consecuencia de determinadas fuerzas disruptoras: la necesidad de satisfacer a los nuevos estudiantes globales, con movilidad restringida por la pandemia, pero habiendo asumido una serie de cambios que condicionarán su modo de querer formarse en el futuro, aun cuando el escenario pos-Covid haya permitido recuperar la movilidad. Pero también es preciso integrar nuevas herramientas tecnológicas que faciliten la docencia, no solo a distancia, sino también como nueva necesidad surgida en el aula, creando una nueva realidad en el panorama educativo. Sobre esta idea, se incluyen ejemplos transversales para ilustrar este novedoso concepto de nueva educación, donde se integran el on y el off en un mismo espacio y cuya implementación implica grandes desafíos.

La educación superior internacional va a sufrir un gran impacto, y se espera que la pandemia dure más tiempo en Europa y América del Norte

Una de las iniciativas se basa en una plataforma inmersiva en 3D como máxima expresión de la gamificación empleada tanto para alumnos en el aula como en remoto. En esta realidad virtual educativa, cada estudiante dispone de su avatar para interactuar con el profesorado y con otros compañeros de forma análoga a la presencial.

Sirvan los siguientes datos para avalar la importancia que tiene para el país receptor atraer a este colectivo estudiantil: en 2018, aproximadamente 662.100 jóvenes salieron de China para realizar estudios en el extranjero, lo que convierte a este país en la fuente de origen más grande de estudiantes internacionales en el mundo.

Los chinos estudian principalmente en países de habla inglesa, como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, y en menor medida en Japón, Corea del Sur y otros destinos asiáticos y europeos. Se estima que casi seis millones de ciudadanos chinos habrían estudiado en el extranjero entre 1968 y 2018.

La lengua, el mayor hándicap

Desde hace unos años, se ha producido un interés creciente por parte de los alumnos chinos para estudiar en universidades españolas. Esta predisposición puede deberse a dos razones fundamentales: la calidad de la educación y las oportunidades de acceso que estas instituciones ofrecen a Europa y América Latina, mediante sus contactos y programas de movilidad. Sin embargo, el interés de los estudiantes no se ha visto acompañado por su necesario conocimiento de la lengua española, afirman los autores del estudio.

Porque el español sigue siendo, en la mayoría de los casos, una tercera lengua extranjera (a veces incluso cuarta o quinta), con una dificultad muy alta de aprendizaje. Por esta razón, algunas universidades han optado por ofrecer a los estudiantes chinos cursos en inglés, bien exclusivamente para ellos o bien compartidos con otros alumnos extranjeros y españoles.

Por otra parte, la economía y los negocios en China despiertan mucha curiosidad entre los estudiantes españoles y europeos. Se conoce poco sobre este país que está creciendo rápidamente y cuya economía se encuentra entre las más importantes del mundo. La mayoría de los cursos existentes en las universidades españolas no recogen necesidades de los estudiantes chinos y, en la mayoría de los casos, tampoco abordan aspectos importantes de la economía y la empresa en China, especialmente desde el punto de vista práctico.

De momento, este interés por España se ha visto sorprendido por la aparición en escena de la pandemia, y aunque se prevé que todo vuelva a este camino, los expertos aseguran que tardará uno o dos años en normalizarse este regreso. También aparecen voces que aseguran que es hora de echar el freno a la libre movilidad por todo el mundo. En este sentido, señalan que surgirá una nueva generación de ciudadanos glocales, que puedan navegar sin problemas entre sus identidades globales y locales.

Y es que, si algo está cambiando la pandemia, es el panorama educativo para siempre. Pero aún está por verse cómo quedará el nuevo paisaje cuando se disipe esta situación de incertidumbre por la pandemia y las cosas se estabilicen pudiéndose ver los resultados. En este escenario, donde el brote de coronavirus puede ser la mayor interrupción de los flujos de estudiantes internacionales en la historia, quizá se abran nuevas oportunidades para aquellos países occidentales que sepan trasladar esa amabilidad de acogida a estudiantes chinos, y puede ser un buen momento para ofrecer programas en inglés, tanto en formato online como presencial, y afianzar relaciones de confianza y buen recibimiento a los alumnos foráneos. Porque esta situación de pandemia global acelera, dentro del sector de la educación internacional, la necesidad de estrategias de gestión de riesgos para garantizar la sostenibilidad.

Asimismo, hay que tener en cuenta que el impacto económico de la reducción de estudiantes internacionales no solo afecta a las universidades, sino también al turismo, a los proveedores de alojamiento, a los restaurantes y a los minoristas que atienden a estos visitantes.

Los autores manifiestan que es palpable una crisis de globalización, aunque las conexiones globales serán todavía más importantes en el futuro, especialmente en el ámbito de la colaboración internacional en investigación. Por tanto, la educación superior global, tal como existe ahora, está en peligro de obsolescencia rápida, y hará falta agilidad en la creación de cursos en formato online y creatividad para reinventarse en la etapa posterior a la pandemia.

España, uno de los destinos preferidos

  • Salud. Las principales preocupaciones, según un estudio de la Universidad de Lingnan, con respecto al aprendizaje en el extranjero en tiempos pos-Covid para los estudiantes chinos son la salud y el bienestar (79%), la seguridad personal (87%), las finanzas (86%) y las dificultades de aplicación profesional (70%). Destacan el impacto positivo de tener una inmersión en una nueva cultura, conocer o mejorar otro idioma y ampliar su red de contactos.
  • Movilidad. Parece que costará recuperar la movilidad global. Según el profesor de la Universidad de Oxford Simon Marginson, “la educación superior internacional va a sufrir un gran impacto, y se espera que la pandemia dure más tiempo en Europa y América del Norte debido a la necesidad de aplanar la curva y minimizar las bajas”. En cuanto a los efectos económicos, cree inevitable la reducción de la clase media global que ha sostenido históricamente el crecimiento de la movilidad estudiantil internacional. El mayor impacto se producirá en los países de destino de habla inglesa, acostumbrados a recibir tantos estudiantes internacionales como permitía la gestión de visados, y que tendrán que operar en un mercado de compradores, donde buscar estudiantes internacionales será difícil durante algunos años.

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