Se venden vidas, aviones y especies desconocidas: el mercadillo de Internet cumple 25 años

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Comprar 150 packs de 32 rollos de papel higiénico -por aproximadamente 6.000 euros- para hacer negocio con ellos en eBay no era una buena idea antes de la pandemia. Y ahora tampoco, pero un ciudadano australiano tuvo que intentarlo. “Le cazamos, le bloqueamos y desactivamos su posibilidad de vender en eBay”, recuerda Pete Thompson, jefe de producto de la plataforma, en su intervención en la nueva edición virtual del evento tecnológico Collision. “Entonces llevó el papel de vuelta a la tienda donde lo había comprado, donde se negaron a hacer el cambio y le dijeron que lo donara a una organización benéfica”. El precio por el que intentaba vender su alijo online no trascendió, pero la división australiana de la web ha visto packs de 20 rollos alcanzar precios cercanos a los 80 euros.
El caso del papel es uno más de la oleada de intentos de especulación y fraude que ha registrado eBay desde el inicio de la crisis del coronavirus. La tendencia no ha sido uniforme, explica Thompson, sino que ha ido siguiendo la llegada del virus a las diferentes regiones -primero apareció en Italia, más tarde en Estados Unidos- y ha ido afectando a distintos productos según avanzaba la pandemia: al principio afectaba a productos relacionados con el virus, después a productos relacionados con el confinamiento.

Un cita online entre 32.000 personas

Collision es el hermano canadiense del evento tecnológico WebSummit, que anualmente reúne en Toronto a miles de emprendedores, inversores, investigadores y personalidades relacionadas de forma directa o indirecta con la industria tecnológica y los últimos avances del sector. En esta descripción encajan desde Brad Smith (Microsoft) hasta la celebrity Paris Hilton pasando por el DJ Steve Aoki y la CEO de Mozilla, Mitchell Baker. Los temas de conversación van desde los últimos avances en robótica e inteligencia artificial hasta las más recientes viscisitudes de la industria del fitnesss.
Este año, Collision lleva el apellido from home (desde casa), puesto que por primera vez y como respuesta a la crisis del coronavirus y las restricciones que esta impone a la celebración de un evento global de estas características, la cita se celebra online. Internet se ha convertido el punto de encuentro entre más de 600 ponentes, 850 inversores, un millar de startups y decenas de miles de asistentes, que de acuerdo con los datos más recientes, rondan los 32.000 y proceden de 74 países distintos.

La veterana web de subasta y comercio electrónico, que cumplirá 25 años en septiembre, ha registrado a lo largo del primer cuarto de 2020 más de 174 millones de compradores activos. “Estos son tiempos únicos”, admite Thompson. Pero con la oleada de compradores, llegó también una oleada de vendedores interesados en sacar rédito de la crisis. En general, estos comerciantes malintencionados pueden clasificarse en dos grandes grupos, en función de la señal que les delata. ¿Precios demasiado altos? Especulación. ¿Precios demasiado bajos? Fraude.
La plataforma, que tiene presencia en 190 países y un inventario que supera los 1.500 millones de artículos, ha combatido el problema con una estrategia mixta integrada por humanos y máquinas. “Durante años hemos estado desarrollando soluciones tecnológicas automatizadas para asegurar que vigilamos asuntos como la especulación de precios, pero también las complementamos con juicio humano y supervisión manual”, explica el ejecutivo, que antes de llegar al sitio de comercio electrónico fue vicepresidente del servicio de voz de Alexa (Amazon) y jefe de operaciones en Tivo.
Una de las incorporaciones tecnológicas más recientes en este sentido ha sido la integración de algoritmos de visión artificial en los sistemas de control automatizado. “Ahora también revisamos ciertas imágenes, como las de mascarillas, de modo que si no escribes que estás vendiendo una mascarilla, podemos ver la foto y verificar que no hay especulación”, explica. En la parte de control ‘humano’ de este fenómeno, la novedad es la posibilidad de que la propia comunidad de compradores y vendedores de eBay haga la denuncia. Además de los controles que los empleados de la propia empresa hacen sobre las categorías de productos más sensibles, se ha habilitado la posibilidad de que los usuarios señalen posibles casos de especulación. “Si se nos escapa algo, la comunidad lo ve y nos avisa”.
Caza de perros verdes
En el nivel inicial, las primeras pistas las dan los precios que se salen de lo normal. Para estudiar esta información con suficiente contexto, eBay compara el valor de los productos vendidos en la plataforma con el valor medio que alcanzan en los mercados a los que van dirigidos y en otros comercios online. “Los que sobresalen por encima o por debajo son los que nos dan las señales que estamos buscando”, añade Thompson. La de ahora es una batalla más intensa pero no es nueva. “Siempre estamos mejorando. Y los que están al otro lado también mejoran y siguen intentando encontrar maneras de engañar al sistema”, asegura Thompson.
¿Qué pasa si te pillan vendiendo papel higiénico sobrevalorado? Lo más probable es que inicialmente se bloquee tu venta y que, una vez se aclare que efectivamente estás especulando con un producto de primera necesidad, te expulsen de eBay. “Creo que esto es un gran ejemplo de la importancia de esta relación simbiótica entre las tiendas físicas y las online, especialmente en estos tiempos. No permitimos que la gente se aproveche de los dos tipos de comercio”.
Además, la crisis ha potenciado esa simbiosis al convertir Internet en la única vía de ingresos para los comercios físicos que vieron su actividad interrumpida por la pandemia. “Estamos trabajando con muchos pequeños negocios que todavía no están online. Les damos mentores y les ayudamos a vender sus inventarios en eBay o en otros mercados”, continúa el ejecutivo. Durante los últimos meses se han incorporado a la plataforma miles de nuevos vendedores. “Estamos intentando ayudarles a tener éxito en esta relación simbiótica de mantener sus negocios físicos pero suplementarlo con una presencia online”.

Fe de errores
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