EL PAÍS

Sheinbaum lidera las encuestas de atributos: honesta, cumplidora y cercana a la gente; Ebrard gana en conocimiento del país


Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, durante la conferencia de prensa matutina presidencial del 30 de noviembre 2021.Galo Cañas Rodríguez (Cuartoscuro)

Claudia Sheinbaum es la aspirante de Morena mejor evaluada entre la población, de acuerdo con un seguimiento de a las encuestas que se han publicado en los últimos meses. La medición de atributos es utilizada por la mayoría de las casas encuestadoras para tener un perfil más amplio de los candidatos a puestos de elección popular y se perfila como uno de los criterios determinantes en la carrera por la sucesión dentro del partido gobernante. La ex jefa de Gobierno de Ciudad de México aparece a la cabeza en criterios como la honestidad, la cercanía a la gente, el cumplimiento de sus promesas de campaña y como la que mejor representa a la Cuarta Transformación frente a las otras corcholatas, como se conoce coloquialmente a quienes aspiran a hacerse con la candidatura. En cambio, dentro de los parámetros analizados, Marcelo Ebrard solo sobresale por su conocimiento sobre el país.

El acuerdo alcanzado el pasado domingo 11 de junio entre las corcholatas incluyó una peculiar y relevante negociación sobre el método de selección. El excanciller había propuesto que el método de selección fuera una encuesta de pregunta única donde se preguntara directamente por la preferencia de candidato o candidata, una aproximación estándar que contaría con la ventaja de la claridad en el resultado. Pero frente a esta alternativa se ha defendido un cuestionario de múltiples preguntas donde además de la preferencia por candidato se pregunte a la población por determinados “atributos” relevantes de los aspirantes. Esta postura es congruente con ejercicios pasados en Morena, y agrega complejidad al proceso. Según la secretaria general del partido, Citlali Hernández, este parecía un tema ya superado a favor del cuestionario amplio, donde incluso mencionó que cada pregunta tendría el mismo peso a la hora de ponderar al ganador. Sin embargo, el exsecretario de Relaciones Exteriores sigue poniendo presión para que ya defina la metodología.

Mientras la Comisión de Encuestas de Morena trabaja en la forma final del cuestionario, los equipos de Ebrard y Sheinbaum aún no se han puesto de acuerdo sobre cuántos atributos deberían incluirse, qué debería preguntarse y cómo se ponderarán estos criterios. Sheinbaum, mejor posicionada en estos criterios, defiende que la encuesta interna siga una metodología similar a la que ha utilizado el partido en otras elecciones. Ebrard, en cambio, prefiere que se pregunte directamente a quién prefieren los encuestados como candidato. Está previsto que los otros participantes también se sienten en la mesa de negociaciones para llegar a un acuerdo sobre la metodología en los próximos días.

En un escenario hipotético de seis atributos más la pregunta de preferencia directa, la diferencia a favor de la ex jefa de Gobierno es de seis reactivos favorables contra uno de Ebrard. Eso dicen los resultados que se desprenden de un análisis las encuestas que son relativamente comparables entre sí por la manera en que plantearon estas preguntas de atributos.

Cierto que es que Sheinbaum también va en cabeza en la mayoría de encuestas ante la pregunta de a quién prefiere como candidata de Morena. Sin embargo, la distancia que le lleva a su principal competidor, el excanciller Ebrard, no es suficiente como para afirmar que ésta es irreversible. Especialmente, si se considera que las campañas apenas empezaron. Incluir esos otros 6 atributos y asumiendo una ponderación neutra (cada atributo con el mismo peso para ponderar al ganador), diversifica las opciones de victoria de Sheinbaum mientras que le pone la carrera más cuesta arriba a Ebrard.

Uno de estos atributos podría tener más peso, si no formal, al menos sí tácito: la capacidad percibida de representar el proyecto del presidente López Obrador y llevarlo hacia el futuro, en tanto que el actual líder de Morena sigue manteniendo unos índices de aprobación muy elevados. En el atributo clave Claudia aventaja de manera importante al resto de los competidores en las dos encuestas que lo han medido en los últimos meses: Mitofski y Covarrubias y Asociados.

Un atributo vecino al de representar los valores de la 4T es el de la cercanía con la gente. En este caso también destaca de forma importante la ex jefa de Gobierno. Esta situación serviría para explicar la estrategia de Marcelo Ebrard en sus primeros días campaña. Principalmente en su propuesta de crear la Secretaría de la Cuarta Transformación y proponer a uno de los hijos del presidente López Obrador para dirigirla. También ha enfatizado sus acercamientos a uno de los hermanos del Presidente y sus esfuerzos por mostrarse cerca de la clase trabajadora.

El atributo en el que se observa el mayor margen de ventaja, es aquel que busca evaluar el respeto y la defensa por los derechos de las mujeres. Como era previsible, en este ámbito también Sheinbaum (la única mujer en la carrera) lleva la delantera de manera cómoda y evidente. Este aspecto, crucial en la sociedad contemporánea, es evaluado por las mismas tres casas encuestadoras que se encargaron de medir el atributo anterior, y serán las mismas que evaluarán todos los atributos subsiguientes: Buendía y Márquez, Mitofski y TResearch.

En cuanto a los atributos de honestidad y capacidad para cumplir promesas, la diferencia entre los candidatos es menos pronunciada, pero la ex jefa de gobierno, Sheinbaum, sigue liderando. A pesar de la menor brecha, su liderazgo sugiere que la percepción pública le atribuye mayor integridad y fiabilidad, factores de peso en cualquier carrera política, y en especial en la de liderar un movimiento cuyo discurso se articula en torno a la idea de integridad contra la corrupción, o contra la clase política que precedió a la actual generación de Morena.

Entre los diversos atributos evaluados por las casas encuestadoras consultadas, Marcelo Ebrard sobresale únicamente en uno: el conocimiento del país. Este aspecto, en el que Ebrard supera a sus contrincantes en términos de opiniones positivas, podría convertirse en un factor valioso para potenciar su campaña, pero es en todo caso un primer anclaje, no un punto de llegada estratégico.

La encuesta realizada por De Las Heras – Demotecnia a fines de abril, a pesar de emplear una metodología diferente, corrobora en términos generales el panorama presentado por las demás casas encuestadoras. Este estudio proporciona una capa adicional de confirmación que valida la tendencia observada en las percepciones de los candidatos y sus atributos.

A la luz de estos datos, parece difícil ignorar que la mayoría de atributos correlacionan con la preferencia de liderazgo: la primera y el segundo en las preguntas sobre atributos coinciden en casi todos los casos con ese mismo orden en las encuestas sobre elección específica de un líder. Sheinbaum podría usar este patrón para fortalecer su posición simultáneamente en la carrera general y en las de los atributos, diversificando sus estrategias de victoria. El hecho de que también encabece la cuestión sobre la herencia de la 4T morenista contribuye a esta potencial diversificación: en el eterno debate que mantiene la investigación politológica sobre si los votantes eligen a ciertos políticos por sus cualidades específicas o porque se alinean más con el partido al que se sienten más cercanos, la exjefa del gobierno capitalino se está mostrando competitiva en todos los frentes. La dificultad para Ebrard está en encontrar cómo desacoplar al menos alguno de ellos para recuperar el terreno en una batalla que, según los datos aquí volcados, se le plantea cuesta arriba.

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