El clima impacta a la economía y, en el caso de México, en un periodo de 100 años, se podrían perder hasta cinco puntos porcentuales del Producto interno Bruto (PIB). Ése es el tamaño de los impactos del cambio climático, aseguró el coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, Francisco Estada Porrúa. China, en cambio, podría perder de dos a nueve puntos de su PIB.
Para analizar las relaciones bilaterales, historia, estado actual, desafíos y oportunidades, especialistas se reunieron en la segunda sesión del Seminario Internacional “Aprendizaje recíproco para el desarrollo en el marco del 50° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y México”, organizado por la UNAM y el Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China (CICIR, por sus siglas en inglés).
El director del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-China, Adalberto Noyola Robles, abordó la amenaza que representa el cambio climático para ambos países y el resto del mundo.
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Si los niveles de emisiones contaminantes no cambian en los próximos años es probable la ocurrencia de eventos climáticos extremos, como inviernos crudos en latitudes medias (Norteamérica y Eurasia), y patrones meteorológicos con mayor duración, como sucesos de calor extremo.
Sin acciones de mitigación internacionales a las emisiones, en México tardaríamos 20 años en llegar a un clima que desconoceríamos y China únicamente 13, afirmó Adalberto Noyola Robles.
Sin embargo, si los Estados, las empresas y las sociedades se acoplaran al Acuerdo de París y se limita el calentamiento global a menos de dos grados, “no nos tendríamos que preocupar en este siglo por enfrentarnos a un clima que desconozcamos”, complementó asegura Estada Porrúa.
A su vez, la coordinadora del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África de la UNAM, Alicia Girón, alertó que el modelo de desarrollo llevado a partir de la Revolución Industrial y, sobre todo, después de la Segunda Guerra Mundial, “nos ha llevado a la destrucción del planeta”.
“Hoy, se requiere construir una nueva teoría, y definir si queremos un desarrollo equilibrado, sostenido y sustentable”, concluyó.
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