“Solución amistosa” o justicia, el dilema que confronta a sobrevivientes de Acteal

El Consejo Pacifista y Las Abejas de Acteal son organizaciones de sobrevivientes de la masacre, pero mientras las primeras buscan una “solución amistosa” con el gobierno, las segundas buscan que la justicia alcance al expresidente Ernesto Zedillo y el exgobernador Julio César Ruiz Ferro.

Por Ángeles Mariscal

El pasado 18 de septiembre, las hijas de Francisco Vázquez Hernández -quien fuera líder moral de la organización Las Abejas de Acteal y sobreviviente de la masacre-, desmantelaron la Casa de Salud y tres viviendas ubicadas en Acteal.

Las hijas de Francisco, y las personas que habitaban las casas destruidas, son también sobrevivientes, pero mientras las primeras buscan una “solución amistosa” con el gobierno mexicano e indemnización por los daños causados el 22 de diciembre de 1997, las segundas exigen que antes que cualquier acuerdo con las autoridades, la justicia alcance al expresidente Ernesto Zedillo, el exgobernador Julio César Ruiz Ferro, y otros exfuncionarios de gobierno. El desmantelamiento de las viviendas evidencia el dilema que confronta a sobrevivientes de la masacre.

Faltan 3 meses para que se cumplan 22 años de la masacre de Acteal, y la pobreza y falta de justicia persiste en esta región donde paramilitares pretendieron inmovilizar toda organización vinculada de manera directa o indirecta a la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

María, Catarina, Rosa, Micaela y María Segunda, son hijas de Francisco Vázquez Pérez. Francisco es una de las ocho personas que han muerto en los años posteriores a la masacre. En las cinco hermanas persisten afectaciones en su salud física y psicológica. Recibieron durante los primeros años, luego de la masacre, servicios de salud por parte del Estado mexicano, quien después los suspendió de manera unilateral.

Ellas viven, al igual que el resto de los sobrevivientes que forman parte de la organización Las Abejas de Acteal, en casas de madera y pisos de tierra; en extrema pobreza y precariedad.

Las hijas de Francisco y otros sobrevivientes renunciaron en 2014 a Las Abejas de Acteal, crearon un grupo alterno llamado “Consejo Pacifista” o “Concejo de Las Abejas”. La organización de los sobrevivientes de la masacre se dividió. Desde entonces el “Consejo Pacifista” ha buscado con el gobierno mexicano, una indemnización por daños sufridos.

Antes de la fractura, en 1999, de manera conjunta los sobrevivientes demandaron por la masacre al Estado Mexicano, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instancia que admitió el caso, pero quien no ha emitido hasta el momento un pronunciamiento de fondo sobre el caso Acteal.

En julio de este año, el “Consejo Pacifista” se reunió con la Secretaría de Gobernación. Ahí acordaron gestionar una reunión de trabajo con la CIDH en Washington, D.C., “con el objeto de tener coadyuvancia y asistencia técnica de dicho organismo internacional para la posible acuerdo de solución amistosa”, señaló la organización.

Contrario a esta postura, Las Abejas de Acteal señalaron que siguen esperando el informe de fondo por parte de la CIDH, y en tanto no se reconozca y lleve a juicio a los autores intelectuales de la masacre, niegan cualquier acuerdo con el gobierno mexicano.

La fractura y diferencias entre los sobrevivientes de la masacre se había mantenido fuera del debate público, sin embargo, el desmantelamiento de tres de las viviendas y la Casa de Salud de Las Abejas de Acteal, del pasado 18 de septiembre, sacó a la luz la confrontación entre quienes buscan una “solución amistosa” con el Estado mexicano, y quienes exigen que antes de cualquier acuerdo, como un acto de justicia imprescindible, el llevar a juicio de Ernesto Zedillo y Julio César Ruiz Ferro.

“Lo que más nos da tristeza, es cómo las hijas de nuestro hermano difunto Francisco, llegaron a destruir nuestras casas con sus hijos. Ellas y ellos no son paramilitares, pero han actuado igual que los paramilitares al destruirle la casa y desplazar a nuestra hermana Juana Pérez Arias, esposa de nuestro hermano Manuel Santiz Culebra”, uno de los principales denunciantes de la masacre ante la CIDH.

Recordaron que las hijas de Francisco reclaman como suyo un terreno que su padre donó, poco antes de la masacre, para establecer un campamento donde se pudieran refugiar quienes estaban siendo desplazados por los grupos paramilitares; y que actualmente también da refugio a nuevos grupos de desplazados, como las 6 familias expulsadas en agosto del poblado Río Jordán.  

Señalan que el desmantelamiento de las viviendas, “tienen un trasfondo político, que se explica por la solución amistosa que ha ofrecido el gobierno actual y una estrategia orquestada por el grupo `Consejo Pacifista´ o `Concejo de Las Abejas´”.

“Los conflictos y divisiones existentes en nuestras comunidades son consecuencia de una gran impunidad arraigada en todo México, y es una estrategia para romper los tejidos sociales y comunitarios”, señalaron.

Cabe señalar que el pasado 23 de agosto, el “Consejo Pacifista” se reunió con el Subsecretario Alejandro Encinas. En ese encuentro el funcionario dijo que “refrenda su compromiso para que este acuerdo (el “acuerdo amistoso”) sirva para la unidad y la paz en la comunidad de Acteal”.

Ahora Las Abejas de Acteal señalaron en un comunicado: “Señor Encinas, si un grupo de sobrevivientes de la masacre de Acteal optaron por la solución amistosa, respetamos su decisión, pero, si ello implica desplazarnos de nuestro campamento y de la sede de nuestra organización Las Abejas de Acteal (…) no nos vamos a mover de esta tierra sagrada. Acteal es la Casa de la Memoria y de Esperanza para muchos”. 




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