El seleccionador de Australia, Tony Gustavsson, afirmó tras la clasificación de su equipo para semifinales este sábado que “soy el entrenador más feliz del mundo”. “Esta pasión es algo increíble. Muchos niños se inspirarán en este equipo, todos se han unido en torno a él. Soy el entrenador más feliz del mundo”.
Preguntado por la larguísima tanda de penaltis, dijo: “Fue una montaña rusa. Chutamos 10 tiros a puerta. Arnold (la portera) se mantuvo en su partido aunque falló su lanzamiento. Tiene una fuerza mental increíble”.
Sobre el partido en sí, comentó que “vimos dos equipos que atacaban mucho, fue una batalla muy dura. Dominamos algunas partes del encuentro y Francia dominó por momentos también. Hubo muchos centros en el área, tuvimos que despejar muchos balones, fue un partido enriquecedor y muy hermoso de ver”.
Y respecto a la suplencia de Sam Kerr, fue claro: “Creo que mi decisión más importante fue convocar a Sam Kerr, queríamos esperar el momento adecuado para hacerla entrar, teniendo en cuenta que podíamos jugar la prórroga. Venía tocada y se podía lesionar la pantorrilla, pero vimos que el equipo ganó en confianza con su entrada, ella es la que lleva la equipo sobre sus hombros”.