'Spaghettata di mezzanotte'

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Cuando Los Rebeldes cantaron allá por 1988 “Mediterráneo, ruta de calor, Mediterráneo, al templo del sol, Mediterráneo, noches de luz y color”, seguramente estaban pensando en las noches estivas de la costa este y sur de nuestro país. Sin embargo, también viene como anillo al dedo para introducir una receta que fue un estandarte de las noches veraniegas de los 80 al otro lado del mediterráneo: en la costa italiana.

Estoy hablando de la spaghetatta di mezzanotte, un plato de pasta que los italianos preparaban -y ojo, porque está volviendo la moda entre los millenials– en esos días de verano en que se les pegaba la arena a los pies y entre birra, música, amigos y quién sabe si algún amor furtivo de los que ya no vuelves a ver en septiembre, se les hacían las tantas en la playa y al volver a casa se les planteaba una incógnita: ¿qué hay para cenar? Pues bien, no olvidemos que estamos hablando del país en el que la pasta es más importante que el Presidente de la República, así que sí: toca pasta y, en esta ocasión, espaguetis. Los italianos -y con razón- no tienen mucho reparo en consumirla de noche, eso sí, pensando en la digestión elaboraron una receta más o menos ligera, con pocos ingredientes y fácilmente localizables en sus despensas: aceite, ajo y guindilla. Vamos, lo que los ellos llamarían un aglio, olio e peperoncino.

Aunque este básico de la cocina italiana se extiende hoy por todo el país y no es nada fácil rastrear su origen, varios portales italianos apuntan que se la debemos a Nápoles. Para que no se me enfade ningún italiano de los que están leyendo esta receta, diremos que a día de hoy este plato es italiano de norte a sur. En esta ocasión, llevamos la receta a un punto de sofisticación ligeramente superior acompañando el ajo y la guindilla de otras hierbas aromáticas como el perejil, la albahaca, el romero y la salvia, y usaremos un poco de mantequilla al final para obtener una mayor cremosidad. Si estáis buscando una receta más ligera, podéis prescindir del toque lácteo, pero no os lo recomiendo.

Mezzanotte es la palabra italiana para referirse a la medianoche, por lo que, en realidad, el nombre de esta receta no habla mucho de sus ingredientes. Aunque la tradición ochentera aboga por la receta que os voy a compartir, se pueden hacer infinitas variaciones. Podéis enriquecer la receta añadiéndole unos pomodorini -tomatitos-, unas anchoas o unas aceitunas; podéis echarle imaginación, pero recordad: la virtud de los mezzanotte radica en el ajo y la guindilla, pero sobre todo en su sencillez y rapidez, es decir, si hacéis un ragú a la boloñesa o una carbonara ya no los podéis llamar mezzanotte, por muy tarde que os los comáis.

Si algo acompaña más una noche de verano que un buen plato de pasta, es sin duda la música. Os he preparado una playlist con unas pocas canciones italianas de ayer y de hoy, que podéis escuchar mientras preparáis la receta que os dejo aquí debajo.

Dificultad

Decidir irse de la playa, que siempre cuesta un poco.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 350 g de espaguetis
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 rama de perejil
  • 6 hojas de albahaca
  • 1 rama de romero
  • Salvia (preferiblemente en rama, pero puede ser deshidratada)
  • 1 diente de ajo (o al gusto)
  • 30 g de mantequilla
  • 1 peperoncino (o cualquier pimiento picante seco)
  • Sal

Preparación

  1. Cortar el perejil y reservar. Poner agua suficiente en una olla y llevarla a ebullición. Cuando haya hervido, añadir sal, poner los espaguetis y cocinar un minuto menos de lo que indique el fabricante, removiendo de vez en cuando para que no se peguen entre sí ni a la propia olla.
  2. Mientras tanto, calentar el aceite en la sartén y dorar el ajo y el peperoncino, que se pueden cortar en finas láminas o picar (al gusto). Cocinar por un minuto y añadir la salvia y el romero en rama. Cocinar un minuto más, removiendo constantemente. Por último, añadir la albahaca cortada en pedacitos con las manos y dejar cocinar durante un minuto más.
  3. Si los espaguetis aún no están listos, retirar la sartén, apagar el fuego y reservar, volviendo a ponerla al calor en el momento en que vayamos a colarlos. Escurrirlos -reservando un poco del propio agua de cocción- y verter en la sartén, integrándolos bien con nuestra salsa de ajo, hierbas aromáticas, aceite y peperoncino.
  4. Introducir el agua de cocción y remover durante un minuto más. Pasado ese tiempo, sacar la sartén del fuego, añadir la mantequilla fría -directamente de la nevera- y remover de nuevo hasta conseguir que impregne bien la pasta y se forme una crema densa. Espolvorear el perejil por encima y servir al momento lo más calientes posible.

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