Stevanovic: “Me alegra ver cómo está la Real ahora”


Dalibor Stevanovic (Liubliana, 35 años) llegó a la Real con 21 años y el cartel de gran promesa. No pudo triunfar como txuri urdin en una época convulsa para el club que desembocó en descenso. Sin embargo, dejó una huella de gran tipo. 12 años después de su salida, recuerda desde Suiza las vivencias de su primera experiencia lejos de casa.



Veo que no ha perdido su perfecto castellano.

Bueno (sonríe). Todavía cometo errores, pero después de más de 10 años, me encuentro cómodo. Tengo amigos en España y luego, en los clubs en los que he jugado siempre hay algún español, o portugués o brasileño con los que te puedes entender. Eso me facilita aprender cada vez más.

¿Sigue jugando?

Estoy en Suiza. Con esto del coronavirus lo tengo que pensar. El Nyon me ha propuesto renovar, pero también tengo mi negocio. No estoy jugando por un tema económico, sino por ayudar al club a ascender a Segunda, y el fútbol me quita mucho tiempo, así que tengo que valorarlo.

¿Cuál es su negocio?

Tengo dos agencias deportivas. Tengo un ‘partner’ y ya llevamos unos 14 jugadores. Soy agente de fútbol. Tenemos seis talentos muy buenos de Croacia, Eslovenia, de países balcánicos y también en Suiza tenemos dos talentos. Pero lleva mucho trabajo, viajas mucho. Por eso tengo que pensar si seguir jugando.

Después de salir de la Real pasó por muchos países. ¿Cuál ha sido su mejor experiencia?

En todos los sitios me he sentido a gusto. Vine a Suiza porque mi familia y yo buscábamos un sitio para acabar mi carrera y quedarnos a vivir. Estábamos entre Austria y Suiza, porque son países con una muy buena educación para mis hijos, y me llegó la oferta del Servette. Pero el país que más me ha llenado… a España fui demasiado joven, fue un salto muy grande. En Holanda quizás se juntó todo lo positivo para mí.

Explíquese.

Allí formé mi familia. Cuando estaba en España, mi mujer vivía en Eslovenia. En Holanda, cuando tuvimos un hijo, vino a los meses y nos quedamos juntos. Y luego deportivamente jugué muy bien, teníamos un buen equipo. Pero también me fue bien en Rusia, en Polonia gané la liga, la copa y la Supercopa. Me ha ido bien. Ahora estoy tranquilo en Suiza y ya no me muevo más (se ríe).

¿Qué recuerda de su llegada a Donostia? Descartó buenas ofertas para fichar por la Real.

Sí. Tuve ofertas de Lazio, Marsella o Heerenveen, pero mi sueño era jugar en España y no lo dudé. Mis primeros días… Yo qué sé, era muy joven. Es que incluso en Eslovenia vivía con mis padres, tenía 21 años, un país nuevo, idioma nuevo, solo, otra mentalidad… Al principio no fue fácil, pero los recuerdos son buenos, de verdad. Darko Kovacevic me ayudó mucho e hice muy buenos amigos.

¿Es cierto que había un esloveno en Tolosa?

¡Sí! A los pocos días, vino a Zubieta y se quedó para hablar conmigo después del entrenamiento. Se llama Nejc y sigue allí, con su mujer y sus tres hijas preciosas. Al principio incluso vino a traducir alguna rueda de prensa.

A los pocos meses ya no necesitaba traductor. ¿Cómo aprendió tan rápido?

No lo sé. Hablo ocho idiomas. Tengo esa facilidad, no sé si naces con ella o algo. Ahora he aprendido francés aquí. También hablo español, inglés, esloveno, serbio, polaco, ruso y holandés. Pero de todos, yo creo que el español es el que aprendí con más facilidad. En dos meses creo que lo hablaba. Además, tenía un profesor muy bueno en Lacunza. Se llamaba Ángel.

¿Por qué no triunfó en la Real?

Ahora en Eslovenia se ha mejorado mucho en cuanto a entrenamientos técnicos, físicos… Pero antes el salto era muy grande. Quizás debería haber pasado antes por una liga como Holanda, por ejemplo. Es de lo que me arrepiento. Quizá tenía que haber elegido el Heerenveen y a los dos o tres años, ir a España Y luego, no era una buena época para el club. Había mucha inestabilidad y no había tiempo para esperar a que un jugador como yo se desarrollara, creciera. Pero de verdad que tengo muy buenos recuerdos y me alegra ver a la Real como está ahora.

¿Qué recuerdo guarda de la ciudad?

Yo he viajado mucho y siempre que mis amigos o alguien me pregunta respondo que es la ciudad más bonita del mundo. Todavía no he estado en un sitio como San Sebastián. Cuando digo bonito me refiero a todo: la gente, tan amable, el mar, ese tiempo que en un día podía pasar de sol a lluvia, Ondarreta, La Concha, Gros, el Centro… Es algo impresionante.

¿Ha podido regresar?

Sí, claro. La última vez fue en junio de 2017. Estuve con mi amigo Mikel Sokoa, también con Nejc y con más gente. Como los mejores pintxos están en la Parte Vieja, cogimos un hotel allí (se ríe). Estuvimos felices.

¿Cómo ve a la Real?

Es un equipo que está unido, se nota, y que juega un fútbol muy dinámico, con transiciones rápidas. Tiene jugadores de mucho talento como Oyarzabal, los delanteros Isak y Willian y los jugadores de la casa. El club tiene estabilidad y produce muy buenos jugadores. Me alegra mucho.

¿Ganará la Copa?

Creo que sí. ¿La última Copa se ganó en el 82?

Fue en el 87.

¡Es verdad! En el 82 fue la segunda Liga. Pues son más de 30 años esperando, y que haya pasado esto… La salud es lo primero, pero si se consigue jugar, estoy 100% seguro de que la Real va a ganar la Copa.

Stevanovic no duda en señalar al jugador que más le llamó la atención a su llegada. “Xabi Prieto. Era un crack ya cuando llegué yo, creo que es uno o dos años mayor y ya entonces se veía que tenía una calidad de esa que no se puede aprender, con la que naces. Era un puro, puro talento, un jugador muy inteligente, que técnicamente podía hacer lo que quería”.

También nombra a “Darko Kovacevic y Nihat Kaveci, claro. Y luego, jugadores de la casa: Aranburu, Labaka, Jauregi, Garrido, Mikel Alonso, De Cerio… Fue una lástima que el club no tuviese estabilidad porque había muy buenos futbolistas”.



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