‘Ted Lasso’ y las cosas buenas que todavía pasan en 2020

Aunque tras su sonada llegada a la guerra del streaming poco se ha vuelto a hablar de las producciones de AppleTV+, la plataforma estrena nuevos programas cada pocas semanas, y algunos de ellos merecen mucho la pena. The Morning Show resultó ser un drama mucho más interesante de lo que pintaban sus primeros episodios. Dickinson era una peculiar combinación de comedia romántica histórica y drama juvenil desde un punto de vista moderno y feminista (todo eso junto) muy disfrutable. Servant es una interesante propuesta del terror psicológico más retorcido. Y ahora ha llegado una firme apuesta por el humor puro y duro con una sitcom titulada como el videojuego en cuyo desarrollo trabajan sus protagonistas: Mythic Quest: Banquete de cuervos.

La historia sigue al equipo creativo, de desarrollo y comercial de un videojuego online. Como ocurre en otras comedias que tienen lugar en el entorno de trabajo, la base para que la cosa funcione está en sus personajes, seres con muchas taras y algunas virtudes a los que interpretan Rob McElhenney, David Hornsby, Charlotte Nicdao, Danny Pudi y F. Murray Abraham. Ellos dan vida al ególatra director creativo, a su siempre desbordado segundo de a bordo, la talentosa ingeniera técnica, el hombre de las finanzas y el responsable de la narrativa, un escritor ganador del premio Nébula en los años setenta resignado a no entender nada de lo que pasa a su alrededor.

Pero lo que hace que Mythic Quest: Banquete de cuervos se diferencie de otras comedias es el mundo en el que se desarrolla y los aspectos pintorescos propios de un entorno tan peculiar como el de los videojuegos. Desde los streamers que retransmiten en directo sus partidas y que son decisivos para el éxito o fracaso de un título con sus opiniones, hasta una community manager que trabaja encerrada en el sótano del edificio, pasando por jugadoras que ponen a prueba las novedades antes de lanzarlas o la toxicidad masculina en el mundo del videojuego. Aunque no haga falta ser un iniciado en el universo gamer para disfrutar de ella, se han cuidado los detalles y sus responsables han contado con la colaboración de Ubisoft, la compañía detrás de juegos como Assassin’s Creed, para crear el juego que aparece en la serie, además de permitirles conocer su organización interna y su trabajo para reflejar mejor la industria.

Rob McElhenney, Charlie Day y Megan Ganz son los creadores de esta historia. Los tres coincidieron en Colgados en Filadelfia, y Ganz, además, trabajó en Community, Modern Family y El último hombre en la Tierra, títulos que sirven para hacerse una idea de por dónde van los tiros aquí. De hecho, Mythic Quest: Banquete de cuervos podría verse como la combinación de la irreverencia tecnológica de Silicon Valley con el frikismo un tanto naif de Community pasado por el pintoresco tamiz de Colgados en Filadelfia.

La mezcla funciona en una serie divertida desde el primer momento y que despega definitivamente en un tercer episodio centrado en la crisis derivada del descubrimiento de un grupo de jugadores nazis. Los nueve capítulos de media hora de su primera temporada (ya está renovada para una segunda entrega) se devoran como pipas. El dios de la tele bendiga a esas comedias que logran dar con una tecla diferencial y, a la vez, consiguen hacernos reír.


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