Nadie en el vestuario del equipo femenino de fútbol del Chelsea ha olvidado la pesadilla que supuso la derrota ante el Barça en la final de la Champions League de hace dos años. Las azulgrana humillaron a las inglesas con un 0-4 que dejó huella en el seno del club británico, que ahora clama venganza. Y es que se avecina la semifinal que ambos equipos van a jugar este mes, primero en Londres y después en Barcelona, en el Camp Nou.
“Es una herida que vivirá con nosotras por el resto de nuestras vidas. Se siente terriblemente horrible que todo resultara de ese modo”, dice la estrella de la selección sueca, Magdalena Eriksson desde la concentración de la selección nórdica en Malmö. “Podemos mirar hacia atrás y aprender de ese partido”.
Eriksson no es la única sueca del Chelsea que jugará esas semifinales. También están Zecira Musovic y Johanna Rytting Kaneryd. Aunque Kaneryd no jugó en el club hace dos años, también siente la rivalidad con el Barcelona. “Se nota en toda la plantilla que es algo especial jugar contra ellas y que hay ganas de revancha. Estamos muy ansiosas por mostrar lo que realmente representamos. Tenemos una temporada potente detrás de nosotras y siento que estamos mejor que nunca”.
La azulgrana Fridolina Rolfö, compañera de Eriksson y compañía en la selección sueca, asegura por su parte que espera dos partidos duros. “Este es un buen Chelsea, un rival diferente a los que estamos acostumbrados a jugar en España con el Barça. Va a ser muy interesante. Para nosotras, la vuelta en casa será una clara ventaja”.