Trabajo a distancia, habitual ya con Chen


La excepcional situación que se está viviendo a nivel mundial por culpa de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus, ha provocado que casi todas las entidades y empresas estén cambiando su forma de trabajar en las últimas horas.



El teletrabajo se está instaurando en todas las instituciones, condición sine qua non para que los trabajadores puedan actuar desde sus domicilios. El Espanyol también se ha agarrado a esta modalidad, pero cuenta con una importante ventaja en relación al resto de clubs de LaLiga: ya dominan el trabajo a distancia.

Desde la llegada del presidente Chen Yansheng al Espanyol, en enero de 2016, la cúpula directiva se comunica a diario con el propietario a través de videoconferencia, para ponerle al día de toda la actualidad.

De ahí que el hecho de que en las últimas horas todos los clubs de LaLiga hayan variado sus dinámicas de trabajo en el plano institucional, al no ser presenciales sus reuniones, es un handicap que no afecta tanto al Espanyol, instruido ya en esas prácticas.

Mister Chen sigue en China, a resguardo del virulento brote del coronavirus que está haciendo estragos en su país, pero se mantiene en permanente contacto con la cúpula directiva, ahora más que nunca.

Chen reduce su cúpula de confianza

La actividad deportiva en el Espanyol, como en todos los clubs, se ha anulado por la pandemia que nos azota, pero la actividad en los despachos de la entidad no cesa. Sigue la catarata de cambios en el organigrama institucional.

Ayer el club perico hizo oficial que el hasta ahora responsable del departamento de Sponsoring, Hospitality y New Business, Antoni Alegre, asume también las funciones del área de Marketing y Comercial, que ocupaba Agustí Filomeno, cesado el viernes.

La entidad argumentó que “con esta reorganización el club pretende unir en una única dirección las dos áreas mencionadas y, de este modo, dotar a la entidad de una estructura más reducida y ejecutiva”. Algo así sucedió ya al más alto nivel en diciembre, cuando José María Durán regresó al Espanyol como director general, el cargo que hasta entonces se repartían Roger Guasch, que dejó la entidad, y Òscar Perarnau. Chen reduce el número de sus hombres de confianza, una estructura más corta y ejecutiva, para seguir trabajando telemáticamente, la solución en estos días convulsos.


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